El oficio que vence a la máquina y que está detrás de los golpes de Carlos Alcaraz o Jannick Sinner: "El cordaje tiene su lado artístico"
Roger Selga encuerda hasta 700 raquetas en un Conde de Godó y explica las diferencias entre los distintos tenistas top.

Roger Selga no para junto a la pista principal del Real Club Tenis de Barcelona. Una raqueta tras otra, cuerda para aquí y cuerda para allà... Un oficio que mezcla la tecnología con la artesanía, porque el cordaje es una parte indispensable para los tenistas, pero todavía no ha nacido máquina que suplente a estos profesionales. "Creo que si hoy en día no se ha hecho una máquina que lo haga solo, dudo que se haga. Hay un tema de sensibilidad y el jugador lo nota: cómo se pasan las cuerdas, cómo se hace la raqueta, cada jugador quiere una cosa y nosotros lo ejecutamos", explica el que fuera tenista en su juventud, su hermana Gemma campeona de Catalunya y su padre un pionero abriendo la tienda Matchball en Barcelona.
Ahora, Selga, que estudió Magisterio de Inglés pero que siempre tuvo claro que se quería dedicar al tenis, afronta otro Conde de Godó en el que se le acumula la faena, aunque menos que en otras ediciones por la reducción del cuadro de competición. "Hacemos el cordaje de todos los tenistas que participan. Este año haremos algo menos, en la pasada edición realizamos 700", explica. Durante el año se encarga de los socios y de los tenistas júniors de edades del club. Como cuenta, el cordaje tiene su parte artística: "Más que un arte es un oficio, pero tiene su parte artística. El aspecto manual sigue existiendo. Las máquinas te facilitan el trabajo, porque a nivel de tensióny sujeción te ayudan a que sea la adecuada; eso ayuda mucho, pero el pasar los cuerdas es tradicional y artístico".
Junto a otras dos compañeros, están a disposición de los tenistas todo el tiempo. "La mayoría tienen un cordaje con el mismo material. Hoy en día es monofilamiento de poliester, pero hay elasticidades y grosores distintos. Escogen la cuerda y después la tensión. Raqueta, cordaje y tensión, esa es la secuencia: cada jugador tiene sus manías e historias", añadió. Y hay ejemplos claros entre, por ejemplo, lo que demandaba antes Rafa Nadal y lo que pide ahora Carlos Alcaraz o Jannick Sinner, que también participó en el Godó en ediciones anteriores.
"Nadal y Alcaraz tienen muy pocas diferencias: ambos utilizan, o utilizaban, la misma marca, Babolat, y el mismo tipo de cordaje con diámetro de 1,30. Alcaraz quiere una tensión entre 25 y 23, mientras que la Nadal era más de 25. Sinner, en cambio, jugaba con 26 y 27 kilos, y su raqueta es Head. La superficie marca. No es lo mismo tierra batida, que hierba o pista rápida. Hay variables, los jugadores lo notan", argumenta Selga, quien detalla que el tenista que menos tensión en este Godó fue Alex de Miñaur, quien cayó en los cuartos de final ante Carlos Alcaraz este viernes, y el que más utiliza se sitúa entre 27 y 28 kilos.
Las seis raquetas por partido y un no parar en los torneos grandes
El tipo de tenis y especialmente la fuerza del tenista marca la tensión de la raqueta. A menor tensión más potencia pero menos control, por lo que aquellos jugadores más livianos pero de gran técnica buscarán menos tensión y los que cuentan con fuerza y un gran saque priorizarán mayor tensión para ganar precisión. "De Miñaur es fino, busca el punto suave para encontrar ese equilibrio. Los que juegan con más fuerza buscan control", resume.
Pero la tensión apenas dura unos juegos. Poco a poco se va perdiendo, y por eso los tenistas utilizan "entre cinco y seis raquetas" cada día, y de ahí que el trabajo de los encordadores es continuo. "La raqueta pierde tensión desde el momento en el que se tensiona. Desde el primer impacto, vaya. Los jugadores notan cuando pierde medio kilo y ya la descartan y la dejan de lado", explica, mientras en sus años de profesional nunca ha tenido problemas por un mal cordaje: "A los torneos importantes vamos profesionales con experiencia. Quizás alguien tuvo un mal golpe y rompió una raqueta, pero son casos aislados. Los jugadores no rompen cuerda ya. Cuando notan que se ha perdido tensión, directamente la apartan, incluso se llevan nuevas a cada partido".
Este sábado, con la disputa de las semifinales tanto del torneo sub-14, como del dobles y el individual, Selga y sus compañeros tendrán menos trabajo. Detrás de los golpes importantes de los Rune, Kachanov, Alcaraz o Filsse esconden las manos artísticas de un oficio que resiste a las máquinas en una mañana pasada por agua en Barcelona.