OPEN DE AUSTRALIA

El día que un español con las piernas acalambradas enmudeció a Hewitt en Australia: "Me echó al público en contra"

Beto Martín recuerda en Relevo su victoria sobre Hewitt, entonces número uno de mundo, en la primera ronda de Australia 2002. "La tarde de antes en el hotel estaba convencido de que ganaba".

El día que un español con las piernas acalambradas enmudeció a Hewitt en Australia: «Me echó al público en contra»
Nacho Encabo

Nacho Encabo

El lunes 14 de enero de 2002, Beto Martín estaba en la habitación de un hotel en Melbourne dándole vueltas a la cabeza. Llevaba ya un par de semanas en suelo australiano y tenía la moral por las nubes: venía de alcanzar las semifinales de Adelaida, donde estuvo cerca de ganar a un top ten como Tim Henman. En su hotel de Melbourne, el tenista español estaba visualizando lo que le esperaba el día siguiente: debutaba en el Open de Australia en la pista central y ante el hombre del momento, Lleyton Hewitt, el gran ídolo local y número uno del ranking ATP.

Y lo que veía Beto Martín era una victoria. Él, número 39 de la clasificación, tumbando al mejor en su propia casa. "Fue muy significativo. Yo estaba el día de antes, la tarde antes de jugar con Lleyton, dentro de mi habitación y estaba convencido de que le iba a ganar. No sé por qué, pero tenía esa creencia. Hay veces que lo dices y no te lo crees, pero aquella vez estaba convencido de que le ganaba. Me sorprendió a mí mismo también", recuerda Beto Martín en una conversación Relevo más de veinte años después.

"Es cierto que el juego de Hewitt no me iba mal del todo, pero era el número uno del mundo, jugaba en su país, en la pista central. Pero yo tuve esa creencia. A veces también puedes estar convencido y luego perder, eh, que esto no es matemático", añade. Pero las sensaciones que tuvo aquel lunes eran de que algo grande le esperaba. "A este tío le gano", se dijo sí mismo varias veces.

"No sabes lo que hubiera pasado, pero todo habría sido mucho más fácil si hubiéramos jugado limpio"

Lleyton Hewitt

Al día siguiente, el martes 15 de enero, Beto Martín abandonó por la mañana el hotel y se dirigió a las instalaciones de Melbourne Park. La pista central estaba llena a rebosar para ver el debut de Hewitt. Los aficionados aussies llevaban desde 1976 sin celebrar la victoria de uno de los suyos y veían a Hewitt un campeón para rato. Ganador del US Open unos meses antes y coronado como el número uno más joven de todos los tiempos -récord que le arrebató Carlos Alcaraz en 2022-, el de Adelaida era la gran esperanza local.

Y aunque se llevó por 6-1 el primer set ante Beto Martín, el español remontó y acabó ganando los tres siguientes por 6-1, 6-4 y 7-6 (7-4). Nunca antes el máximo cabeza de serie del Open de Australia se había despedido en la primera ronda. Fue un golpe muy duro para Hewitt y para el torneo, huérfano de su estrella a las primeras de cambio.

Hewitt se lamenta durante el partido con Alberto Martín.  AFPI/WILLIAM WEST
Hewitt se lamenta durante el partido con Alberto Martín. AFPI/WILLIAM WEST

Los calambres y el tiempo médico de la polémica

El partido no estuvo exento de polémica. Hewitt había tenido varicela las semanas anteriores y llegaba con el físico al límite. Tanto, que tuvo que pedir asistencia médica en varias ocasiones, primero por ampollas en los pies y después por molestias en los muslos. Pero el tiempo médico que generó debate fue el que solicitó Beto Martín en el tie break del cuarto set cuando estaba a dos puntos de la victoria, con 5-4 en el tanto a su favor,

"Me acordé de toda la pretemporada que había hecho, que entrenaba cada día siete, ocho horas. Al final ha valido la pena todo los sacrificios por este momento"

Beto Martín

Hewitt se cabreó. "No sabes lo que hubiera pasado, pero todo habría sido mucho más fácil si hubiéramos jugado limpio", se quejó el australiano en la rueda de prensa posterior. "No presentaré una queja oficial. Ya lo ha visto suficiente gente y si nadie hace nada no tiene mucho sentido que yo vaya y discuta".

"¿Qué iba a hacer? Tenía calambres en las dos piernas. No hice nada contra las reglas. Si hubiera seguido, habría acabado en el suelo", dijo en aquel entonces Beto Martín. Ahora, veinte años después, los recuerdos de aquellos problemas físicos son más borrosos. "Tenía las dos piernas enrrampadas, pero lo que recuerdo bien es que tenía a todo el público en contra. Él me los echó encima porque sabía jugar a eso".

Beto Martín firma autógrafos tras vencer a Hewitt en Australia.  AP Photo/Rick Rycroft
Beto Martín firma autógrafos tras vencer a Hewitt en Australia. AP Photo/Rick Rycroft

¿Y qué se siente después de una victoria así? "Estás muy feliz porque hay mucho trabajo detrás y a veces no salen las cosas. Cuando te sale un triunfo así, dices: 'Merece la pena'. Me acordé de toda la pretemporada que había hecho, que entrenaba cada día siete, ocho horas. Al final ha valido la pena todo los sacrificios por este momento", responde Beto Martín, que actualmente es entrenador y psicólogo de Andrey Rublev.

Las grandes victorias de Beto Martín

Aquel fue la primera y única victoria de Beto Martín sobre un número uno. Sin embargo, el barcelonés tiene en su palmarés grandes triunfos ante tenistas que alguna vez pisaron el primer puesto de la clasificación mundial. Y hay un hilo conductor: "Siempre en casa del otro", dice mientras esboza una sonrisa.

"En aquellos años, 2001 y 2002, tuve varias victorias buenas. En Cincinnati 2001 gané a Pete Sampras (6-4 y 6-4), después gané a Carlos Moyà (6-4 y 6-2) en las semis de Mallorca, que luego gané a Coria (6-3, 3-6 y 6-2) en la final. Y en 2002 lo hice con Ferrero en el Godó (6-2 y 6-3). Aquellas fueron mis mejores victorias de la época y siempre era en la casa del otro".