Novak Djokovic recupera la sonrisa en el Open de Australia

"¡Nole, Nole, Nole!", gritan cientos de personas en la Rod Laver Arena a pocos segundos del regreso del rey. "Djokovic, Jordan, Messi", se lee en la camiseta de un aficionado en la grada. Y en la pista, esa en la que se siente indestructible, Novak Djokovic dibuja una sonrisa. Primero, porque está de vuelta. Después, porque gana.

Un año después de ser deportado, el serbio ha reaparecido este martes en el Open de Australia con un trabajado triunfo sobre el español Roberto Carballés. Desde luego, más exigente de lo que ha reflejado el marcador final de 6-3, 6-4 y 6-0. El granadino de 29 años, número 75 de la ATP, ha obligado a Nole a correr y a bregar durante dos intensísimos primeros sets. Después, abrumado por el nivel del ex número uno y con alguna molestia física, ha claudicado.

El jueves tendrá a priori un rival bastante más asequible que Carballés: se enfrentará en segunda ronda al boliviano Hugo Dellien (132º) o al francés Enzo Couacaud (190º), cuyo partido previsto para este martes se ha retrasado al miércoles por la lluvia. Será un encuentro ideal para que Djokovic siga creciendo camino a su objetivo, que no es otro que su décimo Open de Australia. El título que le catapultaría además al número uno del ranking. y además igualaría los 22 Grand Slam de Rafael Nadal.

Djokovic llegaba al debut entre algodones por unas molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda que le impidieron entrenarse el domingo en Melbourne Park. Apareció en la pista con el muslo vendado, pero apenas se le vio molesto durante las dos horas y dos minutos de partido.

Ganar a Djokovic en suelo australiano se ha convertido en una quimera en los últimos años. Además de llevar nueve títulos, acumula ya 83 triunfos por solo 8 derrotas en el primer grande de la temporada. Su última caída en Melbourne fue hace 1.822 días, el 22 de enero de 2018, cuando perdió con el coreano Chung en octavos de final.

Además, ha ganado sus últimos 22 partidos del Open de Australia de forma consecutiva, una racha que se puede extender a 34 si contamos todos los encuentros que ha disputado en el país australiano desde aquella derrota con Chung.