El padre con prorrusos y la madre llamando "arrogante" a Federer: la familia, un lastre para Djokovic
La reputación del tenista serbio se ha visto a menudo afectada por el comportamiento de sus familiares.
Aunque tenísticamente lo tiene todo para discutir el trono a Roger Federer y Rafael Nadal, en carisma y personalidad Novak Djokovic tiene la batalla prácticamente perdida. Su personalidad, sus exabruptos en pista y su rechazo a la vacuna le han colocado en una posición de inferioridad de la que difícilmente podrá escapar. Pero parte de esa condena le viene también de casa.
Mientras las familias de Federer y Nadal han mantenido siempre un perfil muy bajo -quitando de la ecuación claro a Toni Nadal, entrenador del español durante más de dos décadas-, el entorno de Djokovic ha protagonizado numerosas polémicas que han terminado por salpicar al de Belgrado.
La última ha ocurrido esta semana en el Open de Australia. Mientras Nole se duchaba y atendía a los medios en la noche del miércoles tras clasificarse a las semifinales, su padre, Srdjan, se hacía fotos con hinchas prorrusos. "Larga vida a Rusia", dijo el progenitor del tenista según varios medios australianos. Las imágenes corrieron como la pólvora y la organización le dio después un tirón de orejas al campeón de 21 Grand Slam. "Los jugadores y sus equipos han sido informados y se les ha recordado la política del evento en relación a banderas y símbolos y evitar cualquier situación que tenga posibilidad de perturbar", indicó la Federación Australiana, organizadora del torneo.
Este viernes, el propio Srdjan Djokovic ha emitido un comunicado disculpándose por los hechos, aunque se ha desmarcado de cualquier connotación política. "Estoy aquí para animar solamente. Estaba ahí fuera celebrando con los seguidores de mi hijo nada más. Mi familia ha vivido los horrores de la guerra y solo deseo paz para todas las personas. Por eso, para no distraer ni a mi hijo ni a su rival he decidido ver el partido desde mi casa", ha señalado en relación a las semifinales de este viernes en Melbourne.
No es la primera salida de tono de Srdjan
Djokovic de momento no se ha pronunciado al respecto, pero desde luego que es un nuevo golpe a su ya mermada reputación. Pese a que Rusia ejerce una enorme influencia política en Serbia -en los últimos meses ha habido manifestaciones a favor de la invasión-, Djokovic nunca se ha mostrado a favor de la guerra e incluso le mostró su apoyo al tenista ucraniano Sergiy Stakhovsky al poco de estallar el conflicto.
Lo ocurrido en Melbourne Park no es ni mucho menos la primera salida de tono de Srdjan, que rara vez se muerde la lengua a la hora de hablar de su hijo y de sus rivales. Famosa es su entrevista con el diario Kurier en 2013, cuando atizó a Federer y a Nadal. "Federer tal vez es todavía el mejor tenista de la historia, pero como persona es todo lo contrario", dijo sobre el maestro suizo. Con Nadal fue algo más suave, pero aún así se despachó a gusto: "Nadal era su mejor amigo mientras le ganaba. Cuando las cosas cambiaron, ya no eran amigos. Eso no es deportivo".
Nadal respondió a los pocos días: "Al padre de Djokovic le convendría hablar con su hijo. Mi relación con él siempre ha sido muy buena y lo sigue siendo. He perdido muchos partidos con él, y él conmigo y nunca hemos tenido ningún problema".
Con Federer, Srdjan y su mujer, Dijana, ya tuvieron de las suyas en 2007. Durante las semifinales de Montecarlo, el suizo mandó callar a los padres de Djokovic, que estaban en el box del jugador junto a Marian Vajda, entonces entrenador, y al fisio Miljan Amanovic.
Años después de aquello, Dijana habló sobre la tremenda final de Wimbledon 2019, en la que Djokovic levantó dos match points ante Federer, y aseguró que el suizo era "un arrogante".
Pero, sin duda, fue con el escándalo de su deportación de Australia cuando la familia de Djokovic adquirió más notoriedad que nunca. Mientras el tenista estaba retenido en un hotel de Melbourne, Srdjan, Dijana y Djordje, uno de los hermanos pequeños de Nole, organización una concentración en Belgrado para pedir su liberación. Megáfono en mano, Srdjan se dirigió a la masa. "Jesús también tuvo problemas, le hicieron de todo, pero él sigue vivo entre nosotros. A Nole también lo intentan crucificar. ¡Pero no pueden con él! ¡Él es el corazón de Serbia y del mundo libre!"