MUTUA MADRID OPEN

El adiós de Garbiñe y una presión externa que consume: "No es casualidad que se sufra, por cualquier cosa se te juzga"

Badosa, Swiatek, Sabalenka, Sakkari, Rybakina comentan la dureza actual del circuito y la importancia de las redes sociales en el día a día de las tenistas.

Garbiñe Muguruza, en los premios Laureus. /AFP
Garbiñe Muguruza, en los premios Laureus. AFP
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Garbiñe Muguruza deja el tenis con 30 años, aunque en realidad es solo la certificación de un adiós que llegó hace tiempo. Quiere hacer otras cosas, vivir una vida distinta, con menos presión y angustias. Tampoco es la única que se ha visto en esta situación. Ashleigh Barty lo dejó con 25, Naomi Osaka también tiene una relación algo distante con el circuito.

Todas ellas han sido muy exitosas jugadoras de tenis, pero no quieren ser solo eso. Sus compañeras de circuito las entienden, primero por la propia libertad de cada uno de hacer lo que quiera, pero también en buena parte porque saben mejor que nadie cuáles son las condiciones de vida en el circuito y lo que supone vivir en el mundo del tenis hoy en día.

"Competimos muchísimo, cada semana, el nivel es cada vez más alto físicamente", reflexiona Paula Badosa, que ha llegado a ser número 2 del mundo. Maria Sakkari, la 6 del ranking, viene a Madrid tras una semana de descanso. Se ha saltado Stuttgart para poder respirar. "Sentía que era demasiado, jugar en Charleston, luego la Fed Cup, llevaba como siete semanas seguidas y jugar una octava no era buena idea. Realmente necesitaba ese tiempo en casa, creo que ha sido una buena decisión porque he podido ver a mis amigos, a mi familia y recargar", explica.

Es obvio que en el tenis ha crecido la exigencia física, como ocurre en otros deportes, el calendario se ha multiplicado y no parece importar que quienes juegan estraguen el físico cada fin de semana. Pero ni siquiera es esa la parte principal del análisis. El problema para las jugadoras está en sobrevivir a algunos factores de la vida moderna.

Aryna Sabalenka es la número dos del mundo y doble campeona del Abierto de Australia. "Definitivamente hay mucha presión, por ejemplo en las redes sociales y esas cosas. Es bastante difícil de gestionar", explica la bielorrusa.

En la pregunta que se hace a las distintas jugadoras no se nombra a las redes sociales, pero son varias las tenistas que indican que por ahí viene parte del cambio de los últimos años. Ahora la presión es distinta porque todo está a la vista.

La opinión de Badosa, muy amiga de Sabalenka, va por el mismo camino: "Creo que al final igual estamos en una generación donde es más difícil llevar las cosas por las redes sociales, por lo que se comenta. Al final no es casualidad que mucha gente sufra mentalmente porque por cualquier cosa que haga se juzga, ¿no? Y quizá también eso perjudique un poco al deportista", cuenta la tenista catalana.

“Te consumes antes, hay situaciones muy duras”

Si hay una jugadora consistente en el circuito actual esa es Iga Swiatek. Ha cumplido cien semanas como número 1 y tiene en su haber cuatro grandes, tres de ellos en París. Aunque pueda parecer a veces inmutable, ella también percibe que se mueve en un mundo complicado. "Creo que vivir en el mundo moderno es más intenso. A ver, no puedo comparar, porque no estaba viva, pero hace 20 años no había redes sociales, ni internet estaba en todas partes. Quizá te puedas cansar más rápido, te consume antes porque hay situaciones muy duras para las jugadoras", cuenta en la previa del Madrid Open, que durante dos semanas centrará la atención del tenis mundial.

Swiatek especifica que no quiere relacionar esto con Garbiñe, no la conoce tanto, pero el síntoma es general. En algunas compañeras la huella de todas estas cosas es mayor, pero casi todas tienen que convivir con todo esto.

El caso es que comprenden estas decisiones que toman sus compañeras, porque es fácil encontrar los incentivos para ello. "Lo entiendo totalmente cuando alguien quiere terminar para tener una vida más estable, quedarse en un sitio, tener una familia… hay muchas razones, nuestras vidas son muy complicadas, para mí es muy difícil juzgar las motivaciones de nadie", abunda Swiatek.

Su principal rival en el circuito, Sabalenka, no se imagina demasiado mayor en las pistas. "No me veo jugando hasta, por ejemplo, los 40, no teniendo una vida fuera del tenis, creo que es realmente bueno que la gente pueda mirar la imagen completa y llegar a la conclusión de 'bueno, esto ha sido suficiente para mí en el tenis, estoy preparada para construir algo fuera del tenis, una familia, pensar en cosas distintas'... no veo nada malo en ello", cuenta la bielorrusa. Sabalenka recuerda también que solo tiene 30 años, siempre tiene la oportunidad de volver al tenis si se aburre de vivir. La bielorrusa hace lo posible por escapar cuando no está jugando y, si ve tenis, prefiere que sea masculino: "Creo que es más lógico y más interesante de ver". 

"Cada una tiene una manera diferente de parar, pero yo creo que Garbiñe ha tenido una carrera realmente buena. Dos Grand Slams, ha sido número uno, estoy bastante segura de que está feliz con todo lo que ha conseguido y ahora abre un nuevo capítulo en su vida", dice por su parte Elena Rybakina, campeona de Wimbledon en 2022 y número 4 del mundo.

Muguruza se va del tenis y al aficionado que mira de lejos le puede haber parecido poco, un rayo de luz brillante pero escaso. Esa sensación se disipa bastante cuando quienes hablan son sus compañeras de oficio. "Personalmente la envidio, dos grandes, número uno, una de las jugadoras con mejor imagen del circuito", explica la griega Sakkari. "Ha tenido una carrera increíble y tiene todo el derecho ahora de vivir su vida y hacer lo que crea que es mejor para ella", añade.

Se va con un legado, porque es de esas jugadoras que apetecía ver a todos, incluso a sus compañeras de oficio. "Cuando yo tenía 16 años, ella ya estaba top ten mundial. La he visto ganar en Grand Slams contra las Williams en la final, a mí me encantaba porque marcó una época, también por su estilo de juego, muy moderno, muy agresivo. Y era un poco, pues, donde me veía", explica Badosa.

"Era moda, era belleza, era una luchadora muy fuerte. Era muchas cosas, ha sido una jugadora increíble y estoy muy feliz de haber podido enfrentarme a ella unas cuantas veces, su carácter siempre estaba ahí, siempre peleaba, tengo solo cosas buenas que decir de ella", remata Sabalenka.