MUTUA MADRID OPEN

Carlos Alcaraz afronta un calendario incierto con daños en el ranking y en el que todo queda supeditado a llegar bien a Roland Garros

El jugador murciano no ha podido rentabilizar del todo bien la ausencia de Jannik Sinner por dopaje.

Carlos Alcaraz, en el torneo de Barcelona./REUTERS
Carlos Alcaraz, en el torneo de Barcelona. REUTERS
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Carlos Alcaraz dice que el ranking no es su prioridad, y no es solo una pose. Una vez se ha sido número uno del mundo, y es su caso, el objetivo ya parece satisfecho y el tenista empieza a verlo más como una carga, pues buscar esa posición obliga a demasiadas cosas, como un reto con el que hay que obsesionarse. De todos modos, el circuito del tenis pide regularidad y premia a esos jugadores que no van por ráfagas, sino que están todo el año a buen nivel y, como Alcaraz forma parte del ecosistema del tenis, mirar la clasificación mundial es casi una obligación.

La baja en el Mutua Madrid Open es sensible en lo emocional, dolorosa para el torneo y también abre una duda en lo referido al ránking. Es un Masters 1000, el segundo peldaño en la escala del tenis, y defendía unos cuartos de final del pasado año, 200 puntos que se esfumarán del tanteador de Carlos. No es una pérdida irrecuperable, porque además tampoco hay nadie que se esté imponiendo en ausencia de Sinner, pero cada paso atrás es una losa de cara a estar al final de año en la mejor posición posible.

Losl problemas que sufre en el isquio de su pierna izquierda son una molesta lesión de pronóstico incierto. Tendrá que ir día a día probando sensaciones, viendo cómo responde esa pierna. La siguiente parada en el calendario es en Roma, un torneo de la misma categoría que el de Madrid y que, como el de capital española, también dura una semana y media. Es complicado que pueda llegar a una cita tan exigente, pero en este caso no tendrá afectación para los puntos de Alcaraz, pues ya el año pasado se perdió la cita. A pesar de todo, el murciano no se descartó. Irá día a día cogiendo sensaciones.

Alcaraz ha tenido a lo largo de su todavía corta carrera una serie importante de problemas físicos, ninguno de muchísima gravedad, pero sí capaces de hacerle saltar semanas importantes del calendario. Este año es el aductor, el pasado se perdió el torneo italiano por unas molestias en el antebrazo que ya le lastraron en su desempeño en Madrid.

En el caso de no jugar Roma llegaría a Roland Garros, que no deja de ser el objetivo más real en el horizonte, con menos sensaciones de las que son adecuadas, pero eso también tiene una solución. La muy compacta temporada de tierra, en la que los torneos se superponen y se suceden, le ofrece la posibilidad de no disputar Roma y darse un par de semanas libres más, pero sí ir a un ATP 500 en Hamburgo la semana previa a Roland Garros.

No es, probablemente, el calendario soñado, porque al final esos torneos 500, los terceros en la cadena del tenis, se disputan más por cuestiones personales o sentimentales —el Godó, por ejemplo, para los españoles— que por su posición en el tenis mundial, pero Hamburgo puede ser importante para que Alcaraz llegue a París habiéndose probado.

Aunque de momento no está en sus planes, porque su planteamiento es volver incluso en las pistas italianas. "Haremos pruebas al principio de la próxima semana para saber cómo está. Mi objetivo es jugar en Roma, y si no el siguiente torneo es Roland Garros".

Porque en lo que no hay dudas es en que el objetivo final es revalidar el título en Roland Garros. Los cuatro grandes no solo son la categoría más alta en el tenis, porque eso sería ponerles solo como hermanos mayores del resto de torneos y en realidad son algo más. Madrid, Roma o Hamburgo son citas placenteras, pero los tenistas las plantean más que nada como herramientas para estar a tope cuando llega la parte importante del calendario. Alcaraz se juega 2.000 puntos en París, lo que hace todavía más fuerte la responsabilidad, aunque a cualquiera que le preguntes recordará que ahí el ránking ATP es lo de menos, que se pelea por la historia.

Hay, eso sí, una contrapartida importante en caer en el ranking. Lo más probable es que Alcaraz llegue tercero en la lista mundial a Roland Garros, y eso significa que un mal sorteo le puede cruzar con Sinner en semifinales, no en la final. El segundo se evita ese trago.

La sombra de Sinner y el bonus del año

Lo que sí es evidente ya es que Carlos Alcaraz no ha aprovechado del todo bien la oportunidad que le había dado el tenis al dejar a su máximo rival, Jannik Sinner, fuera del circuito por una sanción por dopaje. Ahora mismo, ambos tenistas se enfrentan por la hegemonía en el deporte, y el italiano se ha pasado tres meses fuera tras haberle detectado clostebol en el organismo.

Ese tiempo incluyó la gira americana de primavera, con Indian Wells y Miami en la que Alcaraz logró llegar a semifinales en el primer torneo y cayó sorprendentemente en primera ronda en el segundo. De ahí se pasó a la gira de tierra, donde sí que había logrado un inicio prometedor, con victoria en Montecarlo y final en Barcelona, pero en la que ha tenido que rebajar el ritmo repentinamente por su lesión.

Sinner, como bien es sabido, volverá la primera semana de mayo en Roma, pues la sanción, a la que llegó de una manera negociada, le permitirá jugar sin problemas tanto en el torneo de casa como en el segundo grand slam del año.

Los aficionados se quedan, lógicamente, con la pelea por la gloria, pero los jugadores también miran el rédito económico que le sacan a su deporte, y ahí también está muy penalizado no aparecer por los torneos obligatorios de la temporada. El ejemplo claro es el del año pasado, 2024, en el que Sinner quintuplicó su bonus de final de temporada a Alcaraz. También Zverev, de hecho, se llevó más bolsa final que Carlos en ese reparto final, a pesar de que su temporada había sido mejor.

Esto es porque, a pesar de que el murciano ganó Roland Garros y Wimbledon, no compitió en suficientes Masters 1.000 para ser elegible para uno de los criterios del reparto final de premios de la temporada. Eso llevó a que su bonus fuese de 508.000 euros, considerablemente menos que Sinner (2.789.554) y Zverev (2.506.520).