MUTUA MADRID OPEN

20 horas fatídicas deslucen las sesiones más esperadas del Madrid Open

Las derrotas de Nadal y Alcaraz, más la retirada de Sinner, dejan un cuadro masculino totalmente descafeinado para los últimos días.

Alcaraz, en la rueda de prensa pospartido. /EFE
Alcaraz, en la rueda de prensa pospartido. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Daniil Medvedev se pasó años odiando la tierra batida, asegurando que era un lugar en el que no podía ser feliz. Como él es un ruso algo desaforado, lo hacía con vehemencia para dejar muy clara su incomodidad. Lo curioso es que ahora es el mejor jugador que queda en el cuadro de Madrid, el único ganador de un Grand Slam y el probable favorito. En parte es porque él ha logrado encontrar una versión mejor de sí mismo en el polvo de ladrillo, pero quizá en este caso concreto también influye que sus rivales más fieros están cayendo sin oponer resistencia.

El espectáculo deportivo se ha ido sin ni siquiera llegar. El segundo jueves por la mañana debería tener gracia, ser una de las cotas más altas de un torneo como este, pero ahora mismo se ha quedado una sesión chuchurría que solo salva un buen encuentro entre Swiatek y Keys. Antes de eso, en la pista central, solo habrá dos partidos de dobles masculinos que, como suele ocurrir, congregan a jugadores desconocidos y casi ningún interés. Por si tienen curiosidad, Jaime Mrray y Michael Venus jugarán contra Doumbia y Reboul en el primer partido y Lammons y Withrow se enfrentarán a Behar y Pablasek en el siguiente. Unas cuantas horas en las que tiene más sentido ir a la Caja Mágica de compras y a comer que por el gran espectáculo.

Para llegar hasta aquí se sucedieron 20 horas funestas para los intereses del torneo entre el martes y el miércoles. Primero, de madrugada, perdió Nadal, y aunque no estaba para esta fiesta siempre es cabeza de cartel y reclamo máximo para los seguidores. La tarde siguiente fue el turno de Alcaraz, derrotado contra Rublev. Había llegado a Madrid tocado y dos partidos seguidos de tres sets fueron demasiados, no hay fuelle para más y también enfila ya el camino a Roma, el siguiente escalón.

El problema es que unos minutos después de su salida también se bajó Sinner del torneo. En su caso, por unas molestias en la cadera que han ido empeorando con el paso de los días. No le vino mal para tomar la decisión la eliminación de Alcaraz, que podría haberle puesto problemas para el ranking de cara a Roland Garros. Como el español ganó el año pasado Madrid y Barcelona se ha desplomado lo suficiente. Incluso puede ser superado por Medvedev si gana a Lehecka. Su salida del torneo llevará a la penúltima ronda a Felix Auger-Aliassime, que ni es muy consistente ni tiene una gran relación con la tierra batida tampoco.

El calendario se complica

Son el número dos y el tres del mundo que no sobreviven al fin de semana. El uno, Djokovic, ni siquiera se apuntó al sorteo. El serbio, desde hace tiempo, elige con más cuidado sus batallas. Su lucha ya no es tanto con el calendario como con el físico, como buen patricio del tenis puede permitirse hacerse una preparación propia pensando únicamente en los cuatro grandes, en los Juegos Olímpicos y, en realidad, en lo que a él le apetezca.

Resumen de los cuartos de final entre Rublev y Alcaraz en el Mutua Madrid Open.ATP

El cuadro femenino sigue bastante vivo, pero por la parte de los chicos, que suele ser la que más fervor concentra, la cosa cae bastante. Ya el año pasado hubo una semifinal entre Struff y Grenier que estaba muy lejos de ser un duelo deseado por la afición. Madrid, como Roma Indian Wells y Miami, ha crecido en el calendario. Ahora duran casi dos semanas y eso ayuda a reducir un poco la carga durante esos días, porque descansan más, pero también tiene sus problemas. Los jugadores pasan más tiempo ahora fuera de sus casas y eso implica temporada largas de viaje y hastío. Todo influye para que tomen la decisión de retirarse de algunos de ellos.

Lo explicaba Rybakina, semifinalista en Madrid, tras su encuentro con Putintseva: "Estaba sin emociones, solo tratando de hacer lo que tenía que hacer". Ella lo achaca a estos torneos cada vez más largos. "Estoy muy cansada, no fue fácil, Se hacen muy largos estos torneos y no ayuda. Si estás bien no te importa jugar cada día, pero aquí estás diez días y cuando terminas te tienes que ir a otro torneo obligatorio", comentaba.

Se viven momentos de cambio en el tenis y todos los actores del circuito quieren lo de siempre: más, más, más y más. Cuadro más grandes, más partidos, más días para vender entradas, que el circo no pare ni un segundo. Y la propia Rybakina, la que está confusa, sabe que esto es así: "No estoy aquí para quejarme por esto, gano un buen dinero".