Nadal aprende a no ser él: "Sin ningún tipo drama..."
El jugador español reflexiona sobre su físico y las posibilidades reales que tiene en este momento de su carrera.

Nadal ahora mismo forma parte de un experimento válido para los mejores científicos. Es difícil saber lo que supone para un cuerpo que ha competido tanto, se ha roto tantas veces y ha logrado tanto por el camino parar hasta dejarlo a cero durante un año y medio. Él, poquito a poco, va resolviendo el enigma: "Es una historia diferente, vengo de un periodo muy largo, de operaciones, tengo casi 38, lo intento, como siempre lo he intentado, no soy negativo solo realista, estoy aquí para explorar lo que viene por delante".
Dice desde el principio que no es resultadista, porque el resultado contra Blanch es propio de los días de vino y rosas, 6-1 y 6-0. También es engañoso, y él es el primero en admitirlo. "Hay que ser honesto, he jugado contra un rival con mucho potencial pero que ha cometido muchísimos errores. Con todo el respeto, es todavía un jugador que comete errores, el partido ha durado una hora, no cambia mi perspectiva", contaba.
Nadal hacía cabriolas verbales porque es un señor bien educado y tampoco iba a decir que su rival era un matado. Se agarró al clavo de su inexperiencia y comentó que todo el mundo sabe que este partido no definirá su vida. No fue, en ningún caso, un reto: "No he probado mucho mi cuerpo. Creo que jugué un partido decente. Haciendo las cosas que tenía que hacer para poder hacerlo. Pero al mismo tiempo jugué contra un jugador que hoy... no sé, en algunas semanas pero hoy no es lo suficientemente sólido"
Lo importante más allá del partido, de haberse dado otra oportunidad, es cómo está, porque este tour de despedida está teniendo demasiadas espinas. "Convivo con ello. Momentos menos felices, momentos más felices. Y aceptando las cosas como son. E intentando cada día poder dar un poquito más. Y al menos tener la opción de explorar qué más puedo dar. En eso estoy. Pero de verdad, sin ningún tipo de drama. Lo digo de corazón. Hace tres semanas no sabía si volvería a jugar a un partido oficial. Y hoy, pues, estoy en mi segunda semana consecutiva. Para mí esto es una gran noticia. Bueno, estoy aquí y estando aquí pueden suceder cosas, tener la posibilidad de que este cambio ocurra", explica.
La felicidad no será completa: "No creo que en ningún caso me vaya a ir contento al 100% de este torneo, pero si me voy sin hacerme daño y con la sensación de que he podido competir sin que pase nada y soy capaz de jugar a un nivel competitivo podré decir que es otra semana que está aprobada", explica.
Ahora bien, tiene que ir con mucho cuidado, porque ya le ha pasado antes lo de firmar cheques que su físico no podía pagar: "Es importante darme la opción de ver cómo puedo ir adaptándome a la competición y aunque sea difícil de entender, es que yo he jugado muy poco en el último año, yo necesito tiempo para ver todo y un error a nivel de cargas me puede llevar a no poder explorar y ver lo que puede suceder"
Los fallos de Australia
En este aprendizaje tiene un lugar importante Australia. Empezó la temporada en Brisbane a tope y allí se rompió, algo que cambió del todo sus planes. "Me gustaría que lo que está pasando estas semanas hubiese pasado al principio de año y estar hoy en otra situación, pero no ha podido ser de esta manera, lo que tengo que intentar es que no suceda lo que sucedió en Brisbane, pero cuando paras porque te rompes empiezas de cero y cuando empiezas de cero ocurren cosas y quizá en Australia me veía mejor de lo que realmente estaba y forcé y bueno pasó lo que pasó. Fue un error, pero yo en aquel momento a diferencia de hoy sí me había entrenado para llegar ahí y me sentía mejor preparado de lo que me siento hoy", explica.
"Es una temporada de tierra que me hubiese encantado jugar al 100% pero como no he podido hacerlo por los meses previos, pues me tengo que adaptar y hacerlo ahora". Paso a paso, porque Nadal nunca ha sido persona de grandes alegrías verbales. Él es mesurado, comedido, y así le ha ido bien.
No está teniendo que ser fácil esta manera de afrontar las cosas, con una cautela que nunca tuvo y que, desde luego, no está en su naturaleza: "Hoy tengo que ir con un poco más de cuidado y para alguien como yo, que entiende el deporte como yo lo entiendo, que es esforzándome hasta el final, sea cual sea el momento y las posibilidades, pues para mí a nivel mental es difícil. Tengo la experiencia, tengo aceptado el momento en el que estoy y convivo con ello", explica.