El temor por la retirada de Nadal desata la locura en el Mutua Madrid Open: "Yo nunca he visto algo así"

Algo ocurre en la pista 9 del Mutua Madrid Open. Hay un revuelo que no es normal. Los pocos asientos que tiene esta cancha, una de las más pequeñas de todo el recinto, están todos ocupados. Son las 10:30 de la mañana y Coco Gauff y Barbora Krejcikova intercambian derechas sobre la tierra batida entre el murmullo de la grada. Fuera de la pista, un par de centenares de personas se agolpan para poder ver algo y para, si hay suerte y alguien se levanta, poder tomar asiento. Pero aquí no se levanta nadie.

"¿Quién está en la pista?", pregunta un aficionado al miembro de seguridad encargado de controlar ese avispero. "Están dos chicas, pero la gente está aquí porque en un rato viene Rafa", es la respuesta. Ese rato, concretamente, es una hora. La gente ha estado más de una hora esperando estoicamente para ver un entrenamiento de Nadal. "Yo nunca he visto algo así, es una locura", dice un empleado que lleva muchos años trabajando en el Mutua sobre la expectación que ha generado Nadal en el primer día de torneo con las puertas abiertas. Hasta ahora, todos los entrenamientos del exnúmero uno habían sido sin aficionados, a puerta cerrada.

La pista 9, ubicada en una de las esquinas de la Caja Mágica, es únicamente para entrenamientos y sólo tiene gradas en uno de los laterales. En el otro lateral está la pista 10 y luego, otra grada más con un puñado de asientos. Ahí también están todos llenos e incluso con gente de pie. Y todos miran a la 9. Todos miran la pista en la que va a entrenar Nadal.

Mientras el alboroto crece, el equipo de Nadal al completo -con los entrenadores Carlos Moyà, Marc López y Gustavo Marcaccio al frente– apura un café en el restaurante de jugadores a la espera de que llegue la hora de entrenamiento. Y es entonces cuando se desata la locura en la pista 9. Después de una hora esperando -hay que decir que hacía un frío importante a primera hora de la mañana-, los aficionados aplauden la entrada de Nadal casi como si de un título se tratara.

Todos sacan los móviles y e inmortalizan el momento. Algunos de los que están más atrás y no ven nada se suben incluso a los hombros de sus amigos para poder ver al exnúmero uno. "Yo ya voy a poder decir que he visto a Rafa jugar", se ríe uno de los centenares de niños que corrían este lunes de lado a lado por la Caja Mágica.

Nadal es Nadal y siempre genera una expectación tremenda a su alrededor. Pero este Mutua Madrid Open 2024 tiene un aroma especial para él. Todo apunta a que va a ser el último. De hecho, es bastante probable que este torneo sea la última vez que Nadal compita en España. Lo siguiente que podría jugar en casa sería las finales de la Copa Davis en noviembre o ya esperar al 2025 y jugar otra vez el Conde de Godó y/o el Mutua.

"No sabemos cuántas veces va a venir más, me lo tomo como si fuese la última", decía este lunes Feliciano López, director de Mutua, a Radio Marca. Ese sentir de Feliciano es general: la gente no quiere perderse ni un solo paso de Nadal en este Mutua. Cualquier momento puede ser el último.