Paula Badosa pone voz a su purgatorio con la espalda mientras espera llegar a Madrid: "Siempre digo, 'esta es la última infiltración y paro'"

Cuando todo parecía volver a encauzarse para Paula Badosa, nuevamente la espalda le ha vuelto a jugar una mala pasada. La tenista española empezó la temporada como un tiro y se permitió soñar con disputar su primera final de Grand Slam hasta que su amiga Sabalenka se interpuso en su camino en semifinales en el Open de Australia. Una derrota dulce que anticipaba una buena temporada. Sin embargo, poco más de un mes después, todo se torció.

Badosa se retiró el 28 de febrero de los cuartos de final del WTA 500 de Mérida; el 6 de marzo anunció su renuncia al torneo de Indian Wells; el 24 de marzo se bajó de Miami antes de su partido de octavos; y el 25 de marzo reveló que se caía del cartel de Charleston y que no sabía cuándo volvería a las pistas.

Por fortuna, parece que esta vez la espalda no la tendrá demasiado tiempo en el dique seco. O al menos ese es el objetivo de una tenista que tiene el Mutua Madrid Open marcado en su calendario como posible fecha para su regreso… siempre que la espalda y esa maldita vértebra que tantas malas pasadas le ha jugado, se lo permita.

"No os tengo que dar la noticia de que voy a estar siete meses fuera del circuito, por suerte", confesaba la tenista nacida en Nueva York en El Larguero, donde ha hablado por primera vez tras anunciar su renuncia a Charleston. "mi objetivo es poder estar en Madrid".

"Tengo casi un mes y yo creo que me va a dar tiempo a llegar. Aparte me hace muchísima ilusión poder jugar en casa, es un sitio donde me gusta mucho y ojalá la espalda me responda, la verdad porque si la espalda me responde siempre lo digo, tenísticamente estoy mejor que nunca y mentalmente también", avisa una Paula Badosa que no está dispuesta a dejar que la espalda le aparte de lo que más la gusta.

De hecho es ese amor por el tenis lo que explica la cabezonería de la tenista española. Otros en sus circunstancias igual habrían hecho el petate y habrían puesto punto y final al dolor. Ella ha decidido seguir con su sueño, aunque no esconde que ese sentimiento de querer dejarlo le ha rondado la cabeza en más de una ocasión.

"Hay momentos que digo, mira, yo no puedo más, pero sí que es verdad que el amor que tengo por este deporte me hace seguir. Porque necesidad, si pensamos y somos sinceros, no la tengo pero sí que es el amor al tenis", reconoce la actual número 11 del mundo. "Lo disfruto tanto, el competir, el poder entregarme, el ver a la gente que me quiere tanto. Es como que me ayuda y quiero seguir, digo, 'va, un poco más, esta va a ser la última, infiltración y ya paro. No la última, la última…' y siempre es como que voy empujándome".

Esos empujones han convertido a Badosa en una especie de fénix como ella mismo escribió en redes sociales, cuando anunció una última lesión que además esta vez le ha cambiado el paso, porque el dolor llega justo del lado contrario al habitual, pasando de derecha a izquierda, lo que le hizo temer lo peor.

"Me siento muy identificada, el tocar fondo, tener que salir de ahí más fuerte que nunca, sacar fuerzas. Sí que se hace complicado emocionalmente cuando me dicen que hay que parar otra vez, que hay que volver a hacer pruebas", reconoce Badosa. "Además esta vez me asusté un poco más de la cuenta porque era el lugar contrario. Yo siempre he tenido molestias en la derecha, ahora en la izquierda y claro, lo que más me asustaba es que fuera otra fractura de estrés y más con el dolor tan intenso que sentí en la pista, pero afortunadamente no lo es".