El recado de la "generación Alcaraz" a Djokovic en Break Point: "Los viejos deben aceptar que los jóvenes van a por ellos"
La nueva temporada de la serie de Netflix tiene un capítulo dedicado a Holger Rune en el que Carlos Alcaraz también es protagonista.

"Tengo un rollo con las camas… Tienes que hacerlas", dice Holger Rune en la habitación en la que duerme durante el Masters 1000 de Montecarlo. Aneke, su madre y mánager, estira la colcha y le hace la cama. Unas semanas antes, una fotografía similar: Aneke le esparce crema con protección solar a su hijo por la cara antes de un entrenamiento en Indian Wells. Dos escenas que ejemplifican bien quién es Holger Rune, más allá del ojito derecho de su madre: es uno de los mejores tenistas del mundo, pero todavía es un crío.
Rune, nacido en Dinamarca el 29 de abril de 2003, apenas seis días antes que Carlos Alcaraz, es uno de los protagonistas de la nueva temporada de Break Point que acaba de estrenarse en Netflix. El segundo capítulo está dedicado al joven danés, al que dibujan -y con mucha razón- como uno de los grandes tenistas del futuro, como un potencial ganador de varios Grand Slam. Pero hablar de Rune y del futuro es también hablar de Alcaraz. Amigos desde que tenían poco más de diez años, Rune y Alcaraz lideran junto a Jannik Sinner -dos años mayor- la nueva rebelión del tenis, la generación que quiere dominar el circuito y que no quiere esperar. Y, claro, el español también aparece en la segunda entrega de Break Point.
"Me encanta ver a estos jugadores escalar. Hay jugadores como Rune o Alcaraz que toman la delantera. Mola. Ojalá pudiera volver al pasado y ser uno de ellos", dice Nick Kyrgios en el segundo capítulo. "Van a ganar Grand Slam seguro. Alcaraz ganará más de uno, igual que Rune. Son la siguiente hornada para empezar una nueva era".
En el camino hacia ese objetivo, tienen un pequeño gran problema llamado Novak Djokovic. El serbio arranca la temporada 2024 como número uno del ranking mundial tras conquistar en 2023 tres Grand Slam (Australia, Roland Garros y US Open) y llegar a la final del otro (Wimbledon). A sus 36 años, sigue siendo el rey. Pero en este nuevo curso los imberbes quieren su cabellera, algo que dejan cristalino en Break Point.
"Si me preguntas contra quien quiero jugar te voy a decir Novak. Estoy obsesionado con conseguir ese éxito. Ganar. Nada más", indica Rune. "Él sabe cómo ganar cada Grand Slam, es muy consistente. Y nosotros todavía no".
Durante el capítulo, Rune recuerda una polémica que tuvo con Stan Wawrinka en el Masters 1000 de París 2022. "Deja de actuar como un bebé", le dijo el veterano suizo en la red nada más perder aquel partido. Y Rune habla de aquello pero lanza un mensaje más global, dedicado no sólo a Wawrinka, sino a todos los "viejos" del circuito. "Sintió que debía hacerme un comentario después del partido, como hacen los viejos con los jóvenes, que les dan consejos. La vida es así, pero a veces los viejos deben aceptar que los jóvenes van a por ellos".
Con Becker y Luthi en el banquillo
El 2024 de Rune promete emociones fuertes. Tras acabar su asociación con Patrick Mouratoglou, el danés se ha puesto en manos de dos leyendas: Boris Becker, campeón de seis Grand Slam y que después sacó lo mejor de Djokovic como entrenador, y Severin Luthi, entrenador que guió a Roger Federer durante sus dos décadas en el circuito. La apuesta del danés es total.
Sin duda, el gran rival a batir será Djokovic. Pero Alcaraz también promete luchar por lo máximo. "Lo que está haciendo Alcaraz es increíble, de locos. Me hace elevar mi nivel. Si no te duele (perder contra él), es que no te importe. Es una gran motivación", llega a decir Rune en el capítulo, en el que aparecen imágenes de los dos jugando juntos un dobles siendo unos niños. "Jugábamos mucho de júnior. Ahí se notaba que éramos diferentes. Teníamos la voluntad de ganar todo el rato. Era espectacular".
Los elogios son mutuos. "Vamos a tener guerra durante años con Holger como la han tenido Djokovic, Federer y Nadal cuando eran jóvenes", indica Carlitos en Break Point, donde se muestra bastante más comedido que de costumbre frente a los micrófonos.