La revancha de Ruud es la eterna condena en el Godó de Tsitsipas

Casper Ruud fue una máquina desde el fondo de la pista Rafa Nadal del Real Club Tenis de Barcelona y destruyó a Stéfanos Tsitsipas en apenas una horas y 35 minutos (7-5 y 6-3). Una venganza soñada por el noruego, que había perdido hace una semana la final de Montecarlo ante el griego pero aprendió de sus errores y le dio la vuelta en el Barcelona Open Banc Sabadell - Trofeo Conde de Godó. Ruud lo sacó del partido a base de reveses paralelos y derechas demoledoras, y el griego acabó con la lengua fuera y desquiciado. Mientras Ruud logra romper su tabú y suma su primer ATP 500, Tsitsipas sigue con sus demonios en el Godó, pues ya acumula cuatro finales perdidas, como David Ferrer y Guillermo Vilas.

Con la ausencia de Alcaraz y la eliminación de Nadal, no había mejor final posible que la de Ruud ante Tsitsipas. El número seis y el siete del mundo. El griego venía de ganar en Montecarlo y se había reencontrado con su juego pese a que en este Godó tuvo varios avisos. Remontó una bola de partido ante Facundo Díaz en los cuartos de final y sufrió ante Lajovic en semifinales, mientras que Ruud había mostrado más solvencia y madurez. Y nunca antes una final fue tan fidedigna a los presagios.

Empezó Tsitsipas fuerte, consciente de que quizás tenía gasolina para un partido donde ganara el primer set después de los esfuerzos acumulados. Se puso 1-3 con una rotura, pero el noruego, cuyo entrenador es el español Pedro Clar, le empezó a fluir la derecha y sorprendió con el revés a dos manos. Le devolvió la rotura y ambos llegaron al 5-5. Eran juegos rápidos, con pocos peloteos por la impaciencia de Tsitsipas, más ansioso por cerrar los puntos, con la debilidad de su revés a una mano que sufre y no es estable. Ruud cerró con firmeza el set (7-5).

El revés fue duro para Tsitsipas que no levantó cabeza ante un Ruud sólido, que sigue golpeando largo y profundo y sacando las debilidades del griego, siempre a merced. Ni su saque le trajo descanso (5-2). Tsitsipas aguantó su saque pero no pudo alargar más el partido con un golpe largo que se marcho out. Nórdico como él, apenas celebró la victoria y eso que era histórica para él. Una sonrisa de oreja a oreja. "Es muy importante para mí, por fin he podido ganar un torneo así", dijo el noruego, que se formó en la Rafa Nadal Academy.

"La pista Rafa Nadal es mi nueva pista favorita", dijo Ruud en un improvisado español, muy aplaudido por los espectadores que llenaron el Godó. Durante el partido, Tsitsipas apenas tuvo dos opciones de break y Ruud marcó la diferencia con un 79% de efectividad en los puntos ganados en su servicio. "Seguro que Ruud ha tenido momentos como el mío, de perder, seguro que en el futuro volverá a estar ahí. Barcelona es especial", añadió el griego.

"Esto le va a ir muy bien a Casper a nivel mental", dijo Clar, su entrenador. "Sabía que tenía que cambiar cosas, y una de las cosas era el revés paralelo. No estaba en mi repertorio y lo he tenido que incorporar", comentó el noruego a pie de pista. La cara de Tsitsipas era un poema. Cabizbajo.