ROLAND GARROS

Badosa, Tsitsipas y el significado del amor: "Sí, somos tenistas, pero también personas con sentimientos"

La española y el griego forman pareja en el cuadro de dobles mixto de Roland Garros.

Badosa y Tsitsipas./
Badosa y Tsitsipas.
Sebastián Fest

Sebastián Fest

En los últimos años en el tenis habrán escuchado hablar mucho de "resiliencia" y "salud mental". Y siempre, siempre, de dólares. Pero seguramente pocas veces se hayan cruzado con otra palabra tan sencilla como poderosa: "amor".

[Esta es una columna publicada en Clay y reproducida íntegramente en Relevo]

¿No son acaso humanos los tenistas? ¿Por qué en un mundo de hombres y mujeres jóvenes en la plenitud de sus facultades emocionales y físicas se escucha tan poco la palabra "amor"?

Eso cambió en la tarde del viernes, cuando el griego Stefanos Tsitsipas la pronunció nada menos que en el estadio central Philippe Chatrier, escenario de "batallas de gladiadores", "dramas" y "duelos épicos", pero lejos habitualmente del amor.

Habría que remontarse a 1997, cuando el brasileño Gustavo Kuerten dibujaba corazones sobre la arcilla para agradecer al público, al tenis y a la vida, para encontrar algo de amor en la arcilla naranja. Años después, Novak Djokovic imitó al brasileño.

¿Cuál es la razón de que juegues individuales, dobles y dobles mixtos?, le preguntó el español Alex Corretja a Tsitsipas en la entrevista post partido.

"Bueno, todo es por amor. Sí, si lo piensas… De ambos lados. Todo tiene que ver con el amor, y combinar amor y tenis es bastante excepcional".

A Corretja le corrió frío por la espalda: "Estoy emocionado".

Lo estaba también la españolaPaula Badosa, novia de Tsitsipas, cuando CLAY le preguntó este sábado si ella y Tsitsipas están contribuyendo a humanizar un circuito que a veces es muy duro.

"Totalmente. Y estoy de acuerdo con él. Yo también lo hago por eso y porque es algo muy especial. No todo el mundo tiene la suerte de poder compartir momentos así. Y nosotros la tenemos. Tenemos una relación también muy bonita. Y queremos, si nos lo permite el físico y el tiempo y todo, compartir momentos así, pues es algo único. ¿Y por qué no?".

¿Por qué no? No hace falta decirlo, pero Badosa lo dejó claro, por si había alguna duda: "Sí, somos tenistas, pero también somos personas con sentimientos. Entonces creo que es algo bonito".

Coincide su novio, cómo no.

"Nuestro principal objetivo es ayudarnos mutuamente a resolver ciertas cosas. Nos hacemos muchas preguntas. Creo que somos igual de expertos en nuestro oficio y que entendemos muy bien cómo deben resolverse ciertas situaciones. Hablamos de cosas que podemos mejorar. Paula dice todo el tiempo, y me molesta, que le gustaría tener mi derecha. Yo le digo: 'Lo siento, pero eso no es posible'".

"Tener a tu lado a una persona a la que quieres y con la que puedes hablar cómoda y mutua y recíprocamente de tenis, en nuestro caso, creo que es un soplo de aire fresco. Una persona así en la que puedes confiar. Creo que en mi caso esa persona sabe mucho de tenis y analiza bastante bien el juego."

Más allá de hablar de tenis, la española, que sigue adelante en el circuito pese al sufrimiento que le generan sus dolores de espalda, dejó otro concepto importante: diversión.

"Estamos acostumbrados también a jugar el single, que es algo mucho más estresante y más duro. Entonces, pasar un rato relacionado con el tenis divertido creo que también ayuda mentalmente".

El "tenis divertido", todo un concepto que muchas veces se olvida. ¿O acaso el deporte no es también una forma de divertirse?

Es un trabajo, responderían los hombres de la ATP y las mujeres de la WTA. Y tendrán razón. Pero el trabajo tiene que ser algo más que obligación y sufrimiento. Ya lo dijo Badosa: también puede haber diversión. Y amor.

Que lo digan, si no, Jannik Sinner y Anna Kalinskaya, Elina Svitolina y Gael Monfils, Alex De Miñaur y Katie Boulter o Nadia Podoroska y Guillermina Naya. En medio de un circuito por momentos impiadoso, subidos a una carrera desenfrenada de aviones, ciudades, hoteles y canchas de entrenamiento, ellos y ellas encontraron un espacio para combinar el tenis y el amor.