Rune, el 'chico malo' del tenis que tritura entrenadores: ¡tercer cambio en menos de un año!

Con 22 años, Jannik Sinner acaba de levantar su primer Grand Slam en Melbourne. Unas semanas antes, el de San Candido, bestia negra de Djokovic con un tenis incontestable, había liderado a Italia en el camino hacia la segunda Copa Davis de su historia. Casi en paralelo, Carlos Alcaraz, dos años menor que el transalpino, ya ha presumido de encabezar el ranking de la ATP tras levantar sus dos primeros majors (US Open, en 2022; y Wimbledon, en 2023).

Mientras, con la misma edad que el tenista murciano, y miembro, a su vez, de la generación de Sinner y otros baby boomers de la raqueta, Holger Rune trata de arrancar una máquina que parece averiada. El danés, solo seis días mayor que Alcaraz, esto es, aún joven, acaba de arrancar el año de la peor forma posible, cambiando otra vez de entrenador y, consumando, su tercer técnico en menos de un año.

En este caso ha sido Boris Becker quien, tras asumir el cargo en octubre, ha confirmado su renuncia como técnico de Rune. "Me gustaría contaros que dejaré de ser el entrenador jefe de Holger con efecto inmediato", ha señalado en un comunicado a través de las redes sociales. "Comenzamos este camino con el objetivo de llegar a las ATP Finals del pasado año, pero me di cuenta de que para que esto fuera exitoso, necesitaría estar disponible para Holger mucho más tiempo del que puedo dar".

"De esta forma, y debido a responsabilidades profesionales y privadas, en este momento no puedo darle a Holger lo que necesita", ha añadido el extenista alemán, vencedor de seis Grand Slams entre 1985 y 1996. "Le deseo lo mejor de ahora en adelante y siempre seré su fan número uno. Realmente he disfrutado este viaje juntos".

Reconocido por su carácter dentro y fuera de la pista, suficiente como para ser distinguido como uno de esos bad boys que tanta falta le hace, según algunos, al tenis mundial, Rune se ha erigido en los últimos tiempos como un compañero de viaje complicado para los entrenadores.

En abril de 2023, hace solo diez meses, el joven danés rompió con su técnico por aquel entonces, el controvertido Patrick Mouratoglou, mano derecha de Serena Williams y, por momentos, 'azote' de Rafael Nadal en redes sociales, donde publica contenido con asiduidad.

En octubre, el diestro de Gentofte, barrio del norte de Copenhague, unió su camino al de Boris Becker, que a sus 55 años, y tras un paso fugaz por prisión, donde ingresó tras no pagar unas deudas que ascendían a más de 50 millones de euros, buscaba retomar su carrera como entrenador tras guiar durante años a Novak Djokovic.

Dos meses después, en diciembre, y con el objetivo de dar un paso adelante para asentarse como uno de los mejores jugadores del mundo, Rune sumó a su equipo de trabajo al suizo Severin Luthi, otro gurú de la raqueta y entrenador de Roger Federer desde 2007 hasta su retiro, en 2022.

Ahora, solo unas semanas después, y recién comenzada la temporada tenística, Rune, séptimo en el ranking de la ATP y apeado del Open de Australia en segunda ronda, se ha quedado sin entrenadores. Luthi anunció su adiós el 30 de enero, solo un mes después de llegar al cargo, y para sorpresa de todos, Becker ha hecho lo propio este martes.

Parece claro que, más allá de justificaciones públicas, algo pasa. No es normal que ninguno de los tres últimos técnicos del danés hayan durado seis meses en el puesto, algo extraño si lo comparamos con sus rivales, y más extraño aún si retrocedemos a los tenistas que, como el danés, lucharon algún día por ser los mejores del mundo.