Toni Nadal: "Djokovic está dispuesto a pagar un precio más elevado para ser el mejor de la historia"
El tío y exentrenador de Rafa Nadal inaugura con Quique Peinado una nueva temporada de 'El Vestuario' mientras recuerda la carrera de su sobrino.

Toni Nadal lleva tantos años viendo de cerca a estrellas del mundo del deporte que tiene un auténtico máster en gestión de comportamientos individuales. El mayor aprendizaje se lo dio, por supuesto, su sobrino, Rafa Nadal, al que siempre llama Rafael, y con el que compartió muchísimos años dentro y fuera de las pistas de tenis. Desde que dejó de entrenarle a finales de 2016 emprendió un nuevo camino en su vida y entonces se dio aún más cuenta del valor que tiene la normalidad en el deporte. Ahora habla con un punto de nostalgia, consciente de que las cosas han cambiado en las nuevas generaciones, y recuerda los momentos vividos junto al mejor tenista español de la historia. También repasa la rivalidad vivida con Federer o Djokovic, a los que respeta enormemente. Y es que hay cosas que Toni no se explica, como el hecho de que el Real Madrid y el Barcelona se lleven mal. Pone de ejemplo a su hijo, un "fanático" de Federer que, aún así, siempre ha querido que gane su primo de Manacor. Escuchando a Toni con Quique Peinado en 'El Vestuario' se entiende mejor por qué el tándem familiar de los Nadal ha llegado a lo más alto. El pasaje que vas a leer transcribe solo un fragmento de una entrevista en la que ha hablado de muchos otros temas.
Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Toni Nadal en 'El Vestuario'
El otro día te leí que Rafael Nadal y tú pensabais que su carrera se iba a acabar en 2012
Bueno, yo no dije eso, o no lo recuerdo porque he dicho muchas cosas. Un día estábamos entrenando en Montecarlo contra un argentino, Juan Ignacio Chela, en 2009, creo que era aquel año. Y el entrenador del jugador argentino le preguntó a Rafael en una pausa: "¿Cuántos años firmarías estar aquí arriba e irte?" Y Rafael dijo: "Este, dos más y me voy tranquilo". ¿Por qué? Porque Rafael siempre tuvo sobre su cabeza la espada de Damocles con el tema del pie, sabíamos que era una situación complicada, por eso yo le he dicho muchas veces a Rafael que tenemos que dar gracias porque la vida nos ha tratado muy bien, a pesar de haber tenido problemas a raíz del tema del pie, pero durante 17 años estuvo entre los mejores del mundo, ha tenido una carrera muy brillante.
Y ahora que él está afrontando el final, y además es este final...
Es un problema, evidentemente, porque el otro día que hablaba con él y lo comentábamos, a él le gustaría retirarse desde dentro de una pista de tenis. Y yo le dije: "Mira Federer, no pudo hacerlo". Y él me dijo: "Bueno...". Su idea es jugar, que es lo que le ha gustado toda la vida y le ha motivado. Evidentemente cuando uno alcanza los números que él ha alcanzado, una parte de obsesión hay, pero él tiene una vida fuera de las canchas de tenis y una vida bastante satisfactoria. Por consiguiente, él sabe que está cerca de su final. Los años están ahí, va a cumplir 38, pero él sigue con la ilusión y tiene ganas de despedirse a lo grande.
¿Y cómo se consigue cuando tú has ganado tanto? Un ejemplo es Barcelona, donde va a entrenar y la pista lleva su nombre. ¿Cómo se mantiene el hambre?
Bueno, a mí me preguntaron muchas veces periodistas cómo se consigue tener motivado a un chico que le ha ganado todo y yo siempre contestaba lo mismo, yo decía: "Mira, en primer lugar, mi sobrino no lo ha ganado todo y de lo que va a venir no ha ganado nada". Nosotros estamos en un mundo donde creo que uno tiene que ser agradecido por lo que vive, entonces esto ya es una gran motivación. Después, a todos nos gusta estar arriba, a mi sobrino le gusta estar arriba, me refiero a ganar, a poder levantar un trofeo. Claro, tú sabes que tienes que pagar un precio, tú sabes que para poderlo hacer tienes que estar motivado. Si mi sobrino no estuviera motivado creo que esto hablaría mal de él, porque en la vida y en esta sociedad donde hay tanta gente que lo pasa mal, gente que se esfuerza cada día, gente que hace todo lo posible para sacar a su familia adelante y le viene justo llegar a final de mes, cuando uno es un privilegiado, con más razón tiene que estar agradecido y motivado para seguir haciendo las cosas. Después, evidentemente hay momentos en el deporte que tienes problemas, momentos de frustración, no tanto por derrotas sino por lesiones, y a veces tienes que sacar fuerzas de flaqueza, pero lo normal es estar motivado cuando tienes la suerte de hacer lo que haces, lo que te gusta y que las cosas te vayan bien.
Muchas veces dicen que para un deportista lo que le cuesta es dejar de competir. ¿Tú, por ejemplo, como entrenador, echas de menos dejar de competir?
Bueno, yo lo eché de menos al principio cuando decidí dejar de entrenar a Rafael. Recuerdo la primera vez que no fui a Australia, que era el primer torneo, después de tantos años, pero después en la vida hay muchas cosas a hacer. El mundo no se acaba dentro de una pista de tenis, ni se acaba dejando de hacer lo que has hecho durante años. Siempre puedes encontrar motivaciones e ilusiones en otro lugar.
¿Y por qué es tan difícil?
Porque hay muchísimos deportistas que se la pegan gordísima cuando se retiran, que tienen problemas incluso de salud mental, hablamos de gente que tiene el futuro arreglado económicamente. No puedo hablar por ellos porque no lo sé, pero evidentemente, ¿qué pasa? Cuando tú has sido una persona muy destacada en una actividad, y además esta actividad te ha dado un renombre a nivel mediático, a nivel social, tienes una cierta relevancia y de repente pasas a ser una persona normal. Eso puede afectar. No creo que a mi sobrino le afecte, porque su aspiración nunca fue ser un tipo relevante. Aquí depende de cada uno: yo, por ejemplo, a Emilio Butragueño le veo siempre bien contento las veces que he coincidido con él. Era una figura mundial, dejó de serlo, pasó a ser otra actividad y creo que está encantado de la vida. Lo pongo como ejemplo porque me ha venido a la cabeza. A otros a lo mejor les cuesta más.
¿Y tú crees eso que dicen de que, para dar el salto entre los muy buenos y las súper estrellas, hay que tener un nivel de obsesión tan grande que es hasta insano? Por ejemplo, Michael Jordan decía: «Yo no juego porque me gusta ganar, juego porque odio tanto perder que no lo soporto y quiero seguir ganando«. Esas reflexiones son de personas que a lo mejor...
Sí, pero yo creo que hay un poco de literatura, un poco de montaje en todo. Al final yo he vivido la realidad de Rafael Nadal, que ha sido un tipo que ha ganado mucho, no odiaba perder, aunque no le gustaba, evidentemente. A mí él me decía: "Tú tienes un problema, tú lo pasas peor que yo cuando perdemos, a mí me gusta mucho ganar, pero si pierdo…". Al final él tenía una buena reflexión. La realidad es que hay gente obsesionada y gente que no. Por ejemplo, mira cuántos años lleva Ancelotti entrenando a equipos de alto nivel; ha ganado tres Champions y él reconoce que no es un obsesionado. Yo creo que para triunfar en el deporte lo que tú tienes que tener es la ambición de querer mejorar constantemente.
El propio Rafa hizo esa reflexión en una entrevista hablando de Djokovic. Él dijo que Djokovic estaba más obsesionado con ganar o con llegar a ser el mejor de la historia
Sí, yo creo que Djokovic tiene un pelín más de voluntad en querer ser el mejor de la historia y me remito a los hechos. Rafael siempre hizo una vida normal: jugó al tenis haciendo una vida normal, comiendo normal, yendo al fútbol haciendo esto y lo otro, porque a mí me interesaba, porque yo lo acostumbré en un principio así, porque creía que era bueno para él.
¿Peor eso lo hiciste como tío o como entrenador?
Como entrenador. En su época de formación yo recuerdo que una vez el manager, cuando Rafael era más muy joven, nos dijo: "Vosotros no sois muy profesionales", y yo le dije: "Es que no quiero que Rafael sea muy profesional, yo quiero que Rafael vaya al 100% en la pista, pero que fuera mantenga la vida cotidiana normal", porque yo no creo que marque tanto la diferencia. Después, cuando estás al máximo nivel es diferente. Por ejemplo, Djokovic ha cuidado mucho más su alimentación. Rafael no, Federer tampoco. Tiene una visión un poco diferente, indistintamente de que uno sea mejor o peor, porque no tiene nada que ver. Todos, Federer, Rafael o Djokovic, todos han querido ser el mejor de la historia. Pero el tema no es quién quiere ser el mejor, sino quién está dispuesto a pagar un precio más elevado para serlo. Yo creo que ese es Djokovic porque veo cómo se cuida y qué es lo que estaba dispuesto a hacer. Y se lo aplaudo porque esta es su decisión.
La carrera de Rafa Nadal ha sido una carrera marcada en gran parte por superar el dolor físico. ¿Cómo se lleva eso?
Bueno, se lleva con problemas. Nosotros no sabíamos si la lesión del pie iba a aumentar o no, si podríamos seguir jugando. El médico al que fuimos nos dijo que la carrera de Rafael, 2005, estaba próxima a terminar y creo que Rafael consiguió, a pesar de tener bastante dolor, jugar a un altísimo nivel. Cuando salía a la pista se olvidaba de todo, no pensaba en el pie, iba al límite y creo que él ha logrado una gran satisfacción personal porque se ha visto capaz de superar problemas que probablemente otros no lo hubieran hecho.
Pero la carrera de Nadal, si tenemos un análisis, es una de esas carreras marcadas por una lesión y que podría haber sido mucho más si el pie hubiera estado bien, ¿no?
Es que yo creo que hubiera sido más exitosa si no hubiera tenido problemas por una razón muy simple: él, entre otras cosas, se perdió unos 15 Grand Slam por lesión. Si él hubiera ganado alguno de estos 15, que lo lógico es que lo hubiera hecho porque tenía una victoria en cada tres participaciones, pues algo habría ganado de más y encima se las hubiera quitado alguna a sus rivales. Después, durante algunos años no consiguió acabar las temporadas, sino que sus temporadas se quedaron a la mitad. Por consiguiente, se perdió la posibilidad de ser número uno del mundo en según qué años, que creo que lo hubiera sido en 2012 y 2009. Esto es lo que había, aunque a mí no me gusta la queja. La vida, ya lo he dicho antes, nos trató muy bien. Él tuvo estas lesiones y lo que hubiera podido pasar si no se hubiera lesionado es ya otra historia.
Oye, ¿a ti qué tal te cae Federer?
Bien, a mí me cae bien casi todo el mundo. A mí me cae bien la buena gente.
Para tomarse un café, ¿qué tal es?
Bien, sí, buen tipo. Vino ahora hace dos meses a la academia, estuvimos hablando. Él me recordó (Toni se ríe mientras lo dice) un día en una final: "Toni, ¿tienes algún problema?". Lo decía porque yo le daba señas e instrucciones a Rafael y no le parecía bien. Y aquel día le contesté: "Sí, mira, no tengo ningún problema". Evidentemente él es suizo, nosotros españoles, pero creo que Rafael y él tienen una muy buena amistad, que es lo normal.
¿Es lo normal?
Es que es lo normal. Yo no concibo que Real Madrid y Barcelona se lleven mal, porque cuando tú has competido tantos años luchando por lo mismo, lo normal es que hubiera una relación de respeto, no digo de amistad, pero sí de valorar lo que el otro hace. En el caso de Federer es normal que Rafael le valore. Yo tengo un hijo que es fanático de Federer, aunque evidentemente quería que ganara Rafael. Al que le guste el tenis es normal que le guste Federer.
¿Y a tu hijo le gusta Federer a qué nivel? ¿Locura?
Máximo, me pasaba vídeos de él.
Dime qué aprendisteis de Federer
Uno en la vida siempre tiene que tener predisposición a aprender. Yo no iba nunca a un torneo en el que no mirara lo que hacía Federer, Djokovic o David Ferrer. Hay cosas que tú las puedes trasladar a tu jugador aunque lo haga de manera diferente, pero Federer es muy difícil de imitar, tiene algo especial que lo tiene poquísima gente, que es aunar la elegancia con la efectividad.
¿Y Djokovic qué tal te cae?
Bien.
¿Mejor que Federer o peor?
Yo he tenido siempre muy buena relación con Djokovic. Creo que dentro de la pista a veces transmite una imagen por la tensión que vive porque él ha vivido a veces una situación incómoda: él, siendo el mejor, está más a la sombra de Federer y Rafael y eso le amargaba, pero creo que es buena gente también.
¿Nos equivocamos mucho cuando valoramos a los deportistas en función de lo que vemos en 90 minutos a la semana, una hora y media cada tres meses? ¿La gente es muy diferente?
Depende, yo creo que un deportista, cuando tú le estás viendo constantemente, al final no te engaña. Igual que a mí me puede engañar, me puedes engañar tú si te veo puntualmente un día, pero si me tomo el café contigo o si te escucho declaraciones y te veo, me vas a engañar mucho menos.
Yo creo que en España hay un amor por Federer muy grande en la comunidad del tenis y por Djokovic no tanto
Yo creo que es normal, primero porque tú no has visto casi nunca a Federer una mala actuación.
Bueno, cuando empezó su carrera sí
Sí, sí, pero digo que tú casi nunca le ves ni una mala contestación. Hay un detalle que le he dicho muchas veces, bueno muchas no, pero le he contado a veces en petit comité: cuando Federer hacía un punto extraordinario, él hacía así (aquí Toni hace señales con un gesto con el brazo en diagonal de abajo hacia arriba) mirando hacia abajo, nunca mirando al público, lo cual demuestra su no agrandamiento. Sabes hoy en día que todo el mundo te hace así (ilustra el mismo gesto pero mirando al público), pero él no, él era un tipo discreto, era un tipo normal. Entonces, también es verdad que ha ayudado a esa imagen esta elegancia natural que tiene.