Carlos Alcaraz avanza a las semifinales del US Open como un cohete

Alexander Zverev, chico díscolo, se enrabieta en el octavo juego. Acaba de desperdiciar dos pelotas de break hace unos instantes anterior y ahora pierde su servicio tras estar 30-0 arriba. Cede el saque, entrega el primer set y también un pedazo de su alma. Y el que recoge todo se llama Carlos Alcaraz, un caníbal en esto del tenis que no entiende de sentimientos ni de nada. Lo suyo se llama ganar.

Y le da igual que Zverev esté de regreso a su mejor nivel tras reventarse hace poco más de un año los ligamentos del tobillo. Con el primer set en el bolsillo, Alcaraz acelera y rompe en el inicio del segundo. Tiene a su presa en la boca y no la va a soltar. Un rato después, el número uno completa el 6-3, 6-2 y 6-4 en dos horas y media y, tranquilo y sin sobresaltos, se clasifica a las semifinales del US Open con el modo cohete activado.

Son ya cuatro semifinales en sus últimos cuatro Grand Slam, una auténtica barbaridad para un jugador que cumplió los 20 años en mayo. A dos victorias de repetir el título de hace un año. El viernes se enfrentará a Daniil Medvedev, al que arrasó ya en las semis de Wimbledon, en busca de un billete a la final. Por el otro lado del cuadro se medirán Novak Djokovic y Ben Shelton, la gran sorpresa del torneo.

"Me siento muy cómodo jugando aquí en Nueva York. En esta pista he mostrado mi mejor nivel", ha señalado Alcaraz nada más acabar el partido. "El año pasado aquí en Nueva York tuve que jugar cinco sets desde la cuarta ronda hasta la final. Ahora me siento bien tenística y mentalmente. Estoy preparado para una gran batalla contra Medvedev en semis".

Tras superar las primeras cuatro rondas en Nueva York sin apenas oposición -se dejó un set por el camino-, Alcaraz tenía en los cuartos de final su primer gran examen con Zverev enfrente. El alemán está de regreso tras muchos meses en la oscuridad. En junio de 2022, en el mejor momento de su carrera, derrotó a Alcaraz en los cuartos de Roland Garros y cuando tuteaba a Nadal en las semis se rompió el tobillo y estuvo seis meses en el dique seco.

Aunque le ha llevado tiempo, el mejor Zverev ha reaparecido en este US Open y el lunes dio una buena muestra al vencer en casi cinco horas al italiano Jannik Sinner. Estaba avisado Alcaraz, que además había caído derrotado los dos únicos precedentes con el germano en pista dura.

Pero este Alcaraz no es el mismo que perdió en aquel 2021 en Acapulco y Viena. Este ya es el número uno del mundo, campeón del US Open y de Wimbledon, un tenista que se las sabe todas. Que sabe cuando acelerar y cuando frenar. Y los rivales sienten como una losa cuando dejan escapar cualquier oportunidad.

Eso fue exactamente lo que le ocurrió a Zverev, que acabó el partido con cero de cinco en bolas de break. El 12º del ranking ATP acabó el primer set con más aces, menos dobles faltas, más primeros saques, más oportunidades de break y los mismos winners. Pero perdió 6-1. ¿Por qué? Porque Alcaraz no perdonó en su única oportunidad de quiebre.

Lo mismo le ocurrió en el segundo y en el tercer set. El murciano convirtió las cuatro bolas de break que se procuró y Zverev ninguna. Ahí se le esfumaron las opciones al de Hamburgo, voluntarioso y que no agachó la cabeza ni cuando estaba ya en el pozo.

"Estoy muy feliz de verle de vuelta jugando a su mejor nivel en unos cuartos de final de Grand Slam", comentó Alcaraz después de que el alemán abandonará la pista entre aplausos. "Ha luchado mucho para volver, ha trabajado mucho y estamos muy felices todos por verle de vuelta".