La crisis sin fin de FAA, el pupilo de Toni Nadal: "No puedo jugar bien cuando lo necesito"
Eliminado en la primera ronda del US Open, Felix Auger-Aliassime acumula más derrotas que victorias esta temporada después de un maravilloso 2022.

El 27 de noviembre de 2022, Felix Auger-Aliassime ponía fin a su temporada por todo lo alto. Estaba en Málaga, con la Ensaladera de la Copa Davis en sus manos. Era la guinda del pastel después de un último tramo de la temporada brillantísimo, con títulos en Florencia, Amberes y Basilea, la clasificación a la Copa de Maestros y con victorias ante jugadores como Carlos Alcaraz, Novak Djokovic, Rafael Nadal o Holger Rune.
La vida le sonreía al tenista canadiense, nacido un 8 de agosto como Roger Federer, aunque del año 2000. Tantas veces visto y aupado como un futuro top mundial, por fin estaba disfrutando de esa posición de privilegio. FAA, como le apodan en el mundo del tenis, acabó la temporada 2022 como número seis del ranking, la mejor clasificación de su carrera.
"Ha cambiado y ahora tiene un poco más de tranquilidad y más control de la pelota", analizaba entonces en Relevo Toni Nadal, que se unió a su equipo de trabajo en abril de 2021 como asesor durante todo el año y como entrenador en determinados torneos del calendario. "Antes era un jugador que tenía muy buenos golpes, pero había un cierto descontrol en el juego. Yo le veía y le decía: 'No sé si la tiras dentro, fuera o a la luna'. Ahora se ha estabilizado un poco más y ha subido su nivel. Nunca te hace un desastre, que es lo que hacen todos los buenos del mundo".

Más derrotas que victorias en 2023
Aquel final de 2022 era el trampolín que necesitaba su carrera y el 2023 tenía que ser el año de la confirmación. Pero su curso, sencillamente, está siendo ese desastre del que hablaba Toni Nadal.
"No puedo jugar bien cuando lo necesito", decía esta madrugada Aliassime en Nueva York a la televisión canadiense TSN después de caer a las primeras de cambio en el US Open 2023 por 7-6, 4-6, 6-1 y 6-4 ante el estadounidense Mackenzie McDonald. "Y como tengo ambiciones, es muy difícil de digerir".
Aliassime acabó el partido con 11 dobles faltas y un total de 52 errores no forzados (por 39 winners) y despidió una gira americana para olvidar, con tres derrotas y una única victoria ante Matteo Berrettini en la primera ronda de Cincinnati.
El problema para el canadiense de 23 años es que lo de este verano americano no ha sido una excepción, sino la continuación de su irregular 2023. Empezó el curso en el puesto 6 del ranking, ya ha caído al decimoquinto lugar y, si no espabila en los próximos meses, corre el riesgo de quedarse fuera del top 40 o incluso del top 50. Actualmente está 50º en la Race anual, la que contabiliza únicamente los puntos obtenidos en el curso presente.
Aliassime acumula ya 15 derrotas esta temporada y apenas 14 victorias. Aunque es cierto que ha tenido algunos problemas físicos con el hombro, su tenis está muy alejado del que le llevó a ganar a los mejores del mundo hace menos de un año. La última vez que ganó dos partidos seguidos fue en marzo, en Indian Wells, y desde entonces ha sufrido diez derrotas y sólo ha celebrado tres triunfos. Y lo peor es que no se ha enfrentado a un top 30 desde marzo y varias de sus derrotas han sido ante tenistas que están fuera del top 100.
Una vida con mil aristas
Auger-Aliassime nació en Montreal el 8 de agosto del año 2000, hijo de un emigrante togolés, Sam Aliassime, y de una francocanadiense, Marie Auger. "Soy hijo de dos culturas y dos religiones, musulmana y católica: llevo esta diversidad por todo el mundo", afirma orgulloso el jugador, que ha iniciado un proyecto para ayudar a gente necesitada en el norte de Togo.
Su padre emigró de Togo en busca de una vida mejor y fue el que le metió a su hijo el gusanillo por el tenis. De hecho, fue su entrenador hasta que el pequeño Félix empezó a despuntar y en casa entendieron que necesitaban un técnico profesional. El resultado se vio pronto: alcanzó el número dos del ranking júnior y ganó en 2016 el US Open de la misma categoría.
Dueño de una educación exquisita, en el circuito bromean con ello y algunos han empezado a llamarle Oxford, porque habla como si hubiera estudiado algo importante en dicha universidad. "Es muy educado y es muy buena gente", asegura Toni Nadal. Sin embargo, ahora son tiempos oscuros los que vive el equipo de Aliassime, obligados a recomponerse para regresar a los primeros planos del tenis mundial.