WIMBLEDON

Una agenda de amigos famosos y el FOMO empujan a Djokovic a intentarlo otra vez en Wimbledon

El serbio ha hecho lo posible por recortar los plazos de recuperación por no perderse el gran torneo londinense.

Djokovic se lamenta en un entrenamiento. /REUTERS
Djokovic se lamenta en un entrenamiento. REUTERS
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Londres.- Todos los famosos se conocen de una manera u otra. Y si son deportistas, todavía más. Por eso cuando en la cuarta ronda de Roland Garros la rodilla de Djokovic empezó a dar problemas él tenía una buena lista de teléfonos a los que recurrir. El primero de todos, Taylor Fritz. "Tuvo lo mismo, me dijo que en 21 días jugó. Llamé a Wawrinka, Lindsey Vonn… todos me dieron fe y optimismo", explica Djokovic. También ha contado que llamó a Ibrahimovic. Una ráfaga de llamadas para llegar a la conclusión de que igual sí le daba para llegar a Wimbledon. Algo con lo que quizá no están de acuerdo lo doctores.

"Tres semanas no es lo ideal, quizá en los ojos de los doctores te dirían que más cerca de seis semanas mejor, que le des a tu cuerpo tiempo, pero esto es algo bastante subjetivo, todo el mundo tiene una respuesta diferente a la recuperación", explica el serbio, que lleva una semana entrenándose y ha tenido buenas sensaciones.

"No he tenido ningún retroceso, si hubiese tenido una inflamación no hubiese podido venir. Pero no ha pasado y mi intensidad es bastante alta. La rodilla está bien", cuenta. Ha llegado a jugar tres sets y medio en la hierba estos días. Quizá no es lo ideal, pero tampoco tiene opciones para mucho más.

Djokovic tiene 37 años y ha ganado todo varias veces. Si alguien argumenta que es el mejor tenista de siempre, nadie podrá mirar raro. Si dice que nunca hubo un deportista como él, no se le podrá llamar loco. Su legado deportivo es inmenso y por eso al común de los mortales le puede sorprender que tres semanas después de operarse una rodilla esté forzando -porque evidentemente es forzado- para jugar Wimbledon. ¿Por qué lo hace?

"Es una pregunta válida para la que yo tampoco tengo una respuesta. Mi mujer también me lo pregunta. Es normal, quizá podría correr menos riesgo y preparar los Juegos. Pero hay una cosa que se llama 'miedo a perderse algo' [FOMO en sus siglas en inglés, una expresión juvenil muy en boga] y no me quiero perder un Grand Slam mientras siga jugando. No lo llamaría miedo, pero solo diré que es un deseo increíble de jugar, de competir. Especialmente en Wimbledon, un torneo que siempre ha sido un sueño, desde que era un niño. Solo pensar en perderme Wimbledon... no lo veo correcto. No puedo vivir con eso", explica.

También añade que quiere probar cuánto tiempo necesita para recuperarse. Él, que a diferencia de Nadal, ha tenido una carrera bastante plácida en lo que a lesiones se refiere.

Queda por ver, por supuesto, a qué nivel estará. Es difícil saberlo, ni siquiera él tiene una respuesta tampoco para eso. Aunque se conoce lo suficiente para saber, al menos, que no irá con el freno de mano puesto: "Cuando salgo a la pista hago todo por ganar, no me veo calculando o restringiéndome o siendo más cauteloso. No lo veo, iré a por todas, es como he jugado toda mi carrera. Si yo no creyese que puedo jugar el martes no estaría en el cuadro ni hablando con vosotros. Creo que puedo hacerlo".

En días previos dijo que solo competiría si se veía con opciones de ganar. Pues bien, aquí está. Alcaraz, unos minutos antes, decía que es un superhombre, así se lo dijo cuando se cruzaron en el club. Djokovic apunta de nuevo a Fritz, que se recuperó en menos tiempo. Lo de recortar de una manera loca las recuperaciones es algo más o menos común dentro del deporte profesional. "Hemos puesto una enorme cantidad de horas en estas tres semanas para rehabilitarme, subiendo el nivel cada día", explica.

De momento, la cosa funciona. "Ha sido una gran semana de entrenamientos, en especial estos últimos tres días con Sinner, Tiafoe, Medvedev, hoy con Rune. Grandes jugadores, mucha intensidad, muchas situaciones para probar la rodilla. Ha respondido muy bien por el momento, es una gran señal para mi participación. Tengo dos días, estoy confiado por mi rodilla, mi físico está bien. Obviamente cuando el torneo empiece sabré más, pero estos días han sido muy positivos", explica.

Ha ganado siete veces este torneo. Está tan cómodo en Londres que incluso se preocupa por los planes de ampliación que tienen las instalaciones, lo habla con los gestores del lugar como si fuese uno más de los que viven en este suroeste londinense. Djokovic es también un poco así, capaz de ganar un torneo llegando desde el quirófano y, también, de parecer en la siguiente pregunta un jubilado preocupado por unas obras.