Alcaraz también arrasa a Vukic sin tener que poner cara de velocidad
Una vez más, el jugador español demostró un talento extraordinario y fue capaz de sacar de la pista a su rival sin aparente esfuerzo.

Londres.- "Vamos, Carlitos, vamos", se dice Alcaraz a sí mismo cuando ya ha empezado a reconectar con su juego. "Vamos, Carlos, Vamos", piensa también un porcentaje elevado de los presentes en la pista número 1 de Wimbledon, entusiasmados con esa expresividad que tiene con la raqueta. La elección de la palabra puede sonar algo cursi, los deportistas no se expresan, ejecutan, muerden, atacan... ya se sabe, el vocabulario bélico habitual. Lo que pasa es que, aunque Alcaraz también haga todo eso, parece desarrollarlo con pluma o pincel, con una suavidad difícil de igualar.
De todas las cosas buenas que tiene Carlos Alcaraz, que son muchísimas, quizá la mejor es lo divertido que hace este deporte. El tenis, por su propia naturaleza, tiende a la repetición, a convertirse en un proceso un poco mecánico con algunos momentos de tensión y una mayoría de lances más previsibles. Él, sin embargo, es capaz de sorprender un buen número de veces en cada set. Nadie sabe qué pasará cuando la pelota cae de su lado. Bueno, se espera un solo desenlace, muy probablemente ganará el punto, pero difícilmente se sabrá el cómo.
De eso se dio cuenta Aleksandar Vukic, la víctima de Alcaraz en segunda ronda de Wimbledon por 7-6, 6-2 y 6-2. Alcaraz ganó con sus propias normas, es decir, marcando un ritmo infernal y consiguiendo volver un poco loco a su rival, un australiano que sabe jugar en hierba pero no lo suficiente como para encaramarse al campeón.
La diversidad de recursos con la que cuenta Carlitos es única. Quizá única en la historia del tenis. No existe ningún golpe que evite dar, simplemente va facturando uno a uno el que toque en esa ocasión. Por eso, por ese control absoluto de la raqueta, es capaz de hacer tres o cuatro dejadas seguidas, de esas que luego no suben ni un palmo del suelo y que no hay ser humano que sea capaz de responderlas. Y luego tres cañonazos de derecha o de revés. O una bola angulada que haga correr. Lo que sea.
Carlos Alcaraz, you CAN'T do that 😱#Wimbledon | @carlosalcaraz pic.twitter.com/DYUN6cwBjR
— Wimbledon (@Wimbledon) July 3, 2024
Esa variedad hace que este deporte sea mucho más divertido y es algo por lo que no va a cobrar un céntimo, porque en el tenis la economía va al peso, tantos partidos ganas tanto dinero te llevas, pero es algo de lo que puede estar orgulloso. En un futuro no muy lejano muchos niños dirán que les gusta el tenis porque vieron a Alcaraz, y bien que harán, porque durante muchos momentos es un ejemplo perfecto de los límites por arriba que puede tener un deportista.
Es verdad que a veces tiene lagunas, están más que contadas. Le ocurrió por ejemplo en el primer set, que aunque se lo terminó llevando perdió cuatro juegos seguidos. Quizá porque, a diferencia de otros muchos menos talentosos, él no parece tener miedo de sus rivales. Los ve crecer y no se altera, sabe que tiene una velocidad más y en cuanto resintoniza vuelve a ser temible.
Aunque el marcador parezca decir lo contrario, Vukic es un buen jugador y no estuvo mal en el partido. Hubo ratos en que su derecha se impuso, capaz de sacar de punto a Alcaraz y obligarle a pegar desequilibrado. Saca bien, entiende la hierba y le pega fuerte a la bola.
Lo que no puede ser culpa suya es que, si está en el fondo, no sea capaz de llegar a una bola que Alcaraz ha sido capaz de congelar a pocos centímetros de la red con una dejada increíble. Ni él ni Usain Bolt. Tampoco es un desdoro pensar que, cuando Alcaraz subió un poco su agresividad, se quedó sin mucho que decir en este partido.
Cuando el español controla el centro de la pista no hay manera de contraatacarle. Demasiado rápido, demasiado fuerte, demasiado preciso. Las cifras de golpes ganadores de Alcaraz se movían rápidas como el cuentakilómetros de un fórmula 1. O falla él o no se esperen nada que no sea una victoria. La cifra final fueron 42 golpes ganadores y 11 aces.
En fin, que es incontestable y en Wimbledon no hay nada que parezca que le va en contra. Porque en Roland Garros llegó con algunas dudas, su primavera no ha sido memorable, tuvo problemas en el brazo… esas cosas, tampoco nada grave, y la prueba es que lo terminó ganando, pero suficiente para dar por ahí tema de conversación.
No hay nada hecho, esto es deporte. Hay en el cuadro tenistas mucho mejores que Vukic, tipos que le pondrán las cosas más complicadas a Alcaraz. El tenis tiene muchos enigmas, partidos que pueden complicarse, jugadores que dificultan los partidos e incluso llegan a desesperar. Es seguro que las pruebas serán notables, pero también es obvio que Carlitos está preparado para enfrentarlas. Parece nacido para hacer esto.