Carlos Alcaraz demuestra que las críticas de Andy Roddick tenían las patas muy cortas: "Nunca le he visto sacar tan fuerte"
El extenista estadounidense acusó a Alcaraz en febrero de no haber mejorado su saque. En la final de Wimbledon dio una masterclass y Djokovic acabó rendido.
![Carlos Alcaraz festeja junto a los aficionados su título en Wimbledon. /EFE/EPA/TOLGA AKMEN](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/14/media/cortadas/alcaraz-saque-wimbledon-RFiCdPCEmUjab7mqEYc0dII-1200x648@Relevo.jpg)
La final no ha acabado, pero Carlos Alcaraz está acariciando la copa de Wimbledon con las dos manos. Manda por 6-2, 6-2 y 5-4 y 40-0 y Novak Djokovic, menudo rival, parece que ha tirado la toalla. Carlitos, que lo está haciendo todo bien, que está bordando el tenis, tiene tres pelotas de campeonato. Lo tiene ahí.
Pero la tensión del momento se apodera de su mente y de su brazo: comete una doble falta, falla un primer saque, manda una volea fácil al pasillo y vuelve a fallar dos primeros saques. En un abrir y cerrar de ojos, el murciano ha pasado de tener el título en el bolsillo a devolver a la vida a Nole con sus errores con el saque.
Cosas del destino, una de las claves del triunfo, abrochado unos minutos después por 7-5 en el tie break, ha estado en el saque de Alcaraz. Porque igual que ese tercer set -y quién sabe qué más hubiera pasar- casi se le escurre por el tembleque con el servicio, no es menos cierto que el chico de El Palmar cimentó su victoria agarrado al servicio. El agujero de la semifinal ante Daniil Medvedev fue el ariete de la final.
"El saque es el aspecto del juego en el que más está creciendo", decía su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en la previa del duelo ante Djokovic en Londres. "Todavía le falta esa consistencia que queremos para que el nivel sea óptimo. En la semifinal con Medvedev es lo que más nos costó. Vamos a sacarle un poco de punta para que el domingo nos saque de algún apuro".
Djokovic, boquiabierto: «He visto primeros a 218 km/h»
Efectivamente, el saque evitó a Alcaraz algún que otro sudor frío. Concretamente en el momento más crítico del murciano. Fue al principio del tercer set: justo después de que Djokovic salvara cuatro break points y soltara un alarido para ponerse 2-1 arriba, Alcaraz dominaba con su servicio por 40-15. Un par de errores colocaron a Djokovic con ventaja. Que viene el lobo, pensaban algunos en la central. Fue ahí, tiempo de valientes, cuando llegó la masterclass de Carlitos con su saque.
Como si fuera Roger Federer en los mejores tiempos del suizo, cuando escapaba de cualquier apuro con cinco saques a la T, Alcaraz encadenó varios servicios de categoría. Salvó la bola de break con un saquetazo a la T que no volvió. Después sacó varios primeros borrando líneas y ganando puntos gratis. "Si soy honesto, he de decir que nunca le he visto sacar así. He visto primeros a 218 kilómetros por hora", dijo sorprendido Djokovic en rueda de prensa. "Quizás me perdí algo en este torneo, pero nunca le he visto sacar tan fuerte. Ayer debió tener una gran sesión de práctica".
En realidad, eso no es algo nuevo. El saque es algo que Alcaraz lleva trabajando desde la pretemporada. Incluso cuando Andy Roddick se atrevió en febrero a criticar su servicio, el murciano ya estaba cocinado lo que se vio este domingo sobre el césped de Wimbledon. "Su saque deja mucho que desear y creo que es el único aspecto del juego en el que no ha mejorado durante los dos últimos años", fueron las palabras de Roddick, una afirmación que no sentó especialmente bien en el entorno de Alcaraz.
"Es fácil criticarlo cuando es tu mejor virtud y lo ves todo tan sencillo", le respondió Juan Carlos Ferrerounos días después en una entrevista con Clay. "Es respetable la opinión, aunque no la comparto del todo, porque Carlos ha mejorado el saque muchísimo. Si lo veías hace tres años decías 'joder, cómo saca'. Es algo que se mejora poco a poco, no es tan fácil tener un saque con mucha velocidad y mucha dirección",.
Para entonces, Alcaraz llevaba ya un tiempo entrenando un pequeño ajuste en la mecánica del servicio. En su equipo le vienen insistiendo en que se lance la pelota más alta, más arriba. "Hay veces que el movimiento lo acelera demasiado y esto le lleva a tirarse la pelota un poquito baja, a no tener la pausa suficiente. En esto es en lo que se le insiste mucho", apunta en una conversación con Relevo Antonio Martínez Cascales, consejero de Alcaraz y que ejerce de segundo entrenador en ausencia de Ferrero. De hecho, muchas veces se le escucha a Ferrero gritarle "¡sube, sube!" desde el box cuando Alcaraz está al servicio. El técnico no se refiere a que suba a la red, sino a que se tire la pelota más arriba.
Todo ese trabajo de meses se vio este domingo en Wimbledon. Alcaraz triunfó y Roddick calló. Su crítica tenía las patas muy cortas.