Andy Murray se despide con un minuto y medio de ovación: "Querría jugar para siempre, amo este deporte"
El doble campeón de Wimbledon se marcha en casa a regañadientes: "Me encantaría seguir jugando, pero físicamente es demasiado duro"

Londres.- Se va con un minuto y medio de ovación, con la pista central de Wimbledon rendida a sus pies. Se va un grande que además es de la casa, se marcha Andy Murray del tenis. No ha podido hacerlo en sus propios términos, no ha podido jugar el cuadro individual, el físico no le ha dejado. Ha perdido en primera ronda de dobles con su hermano, Jaimie. Está programado que juegue el mixto, pero nadie parece creerselo del todo porque tiene la pierna dormida por un pinzamiento. Y, en todo caso, su figura es lo suficientemente grande para que el adiós se dilate un poco más.
La organización hizo lo posible para abrazarle en el final, para demostrarle que no es uno más, que pasó por estas pistas y dejó huella. Cuando terminó el partido sus contricantes hablaron primero. Se les veía casi incómodos porque eran conscientes de que no era esa su fiesta. Invitados casuales, no protagonistas. Los dos, Hijikata y Peers, felcitaron a Andy algo azorados. Murray, que es el protagonista, también escucha atento a su hermano. En ese momento sí, le toca a él.
De ahí se pasa a un vídeo en el que RafaNadal, Novak Djokovic y Roger Federer le recuerdan que es uno de ellos, que ha sido un honor competir contra él y convivir con él. También Serena Williams acompaña en el metraje y habla de Murray. Es un vídeo con un tono publicitario, cada uno dice una frase escrita, al final se va llegando a una especie de imagen de Murray. Un increíble tenista y una persona sin duda especial.
You made us dream.
— Wimbledon (@Wimbledon) July 4, 2024
You made us believe.
You made us cry.
And you made us proud. pic.twitter.com/yNsnkEsEhc
Se nota en dos tramos del vídeo. En el primero se ve una entrevista pasada. El periodista le dice "¿Un chico inglés ganando el US Open junior?" y él responde rápido "escocés". En el segundo, otro entrevistador con mayor voluntad que acierto le felicita por un título: "Es el primer jugador americano en ganar...". Y él responde: "Hombre". Porque Murray es muy escocés, no inglés, y tiene muy claro que es importante dar valor al tenis femenino. Siempre fue muy cercano e hizo cosas que sorprendieron como tener a Amelie Mauresmo de entrenadora.
Al vídeo le siguió una larga entrevista en la que se ve fácilmente qué tipo de jugador y qué tipo de persona es. Ganó en 2013 Wimbledon en un título que fue pura historia. Necesitó para lograrlo varias bolas de partido y la entrevistadora le recordaba aquellos nervios de la grada. Él, cuando recuerda eso, pone media sonrisa y dice "Evidentemente Novak tenía un mal día".
El humor británico está presente en él. Cuando se pone a recordar su segunda victoria en Londres, en 2016, es muy expresivo. "Fue diferente, sentía menos presión y lo disfruté. Tuve una tarde maravillosa. De los slams es mi favorito. No recuerdo demasiado de esa noche, desafortunadamente vomité en el taxi de vuelta a casa".
A Murray siempre le quedará haber convivido con tres monstruos, aunque probablemente el que más le ha marcado es Djokovic, pues ambos nacieron con unos días de diferencia. El serbio estaba ahí, en el fondo de la pista, plantado con otras leyendas como McEnroe, Navratilova o Conchita Martínez. Después, en twitter, aparecerán otros como Alcaraz para rendirle homenaje. Andy es en parte un jugador de jugadores, los tenistas sabe apreciar su juego y también su resistencia. Estos años en los que ha intentado seguir contra lo que dictaba su cuerpo son vistos como una muestra más de la fuerza que siempre tuvo. Y sus datos son tremendos, ganó tres grandes, pero es que perdió ocho finales.
La leyenda de 𝗔𝗻𝗱𝘆 𝗠𝘂𝗿𝗿𝗮𝘆 🥹.#Wimbledon dice adiós al ídolo escocés.#LaPistaDelTenis pic.twitter.com/bdv68pxTBY
— Tenis en Movistar Plus+ (@MovistarTenis) July 4, 2024
Hablan de muchos temas, repasan una carrera lustrosa. Murray no llega a llorar, quizá porque es algo frío, siempre lo fue, como también fue alguien con una robusta determinación. Ni siquiera se emociona cuando cuenta un par de anécdotas sobre su mujer y cómo la conoció en Nueva York y en la primera cita le pidió el correo electrónico.
Cuando las preguntas se agotan solo quedan unas pocas frases más por decir. Son para hablar del presente, un presente que le dejará fuera del tenis. Esas palabras son de una cosa que todo el mundo lleva repitiendo sin parar esta semana en Londres: Andy Murray amó su deporte.
"Me encantaría seguir jugando, pero físicamente es demasiado duro. Querría jugar para siempre, amo este deporte. Me ha dado muchísimo, me ha enseñado lecciones que usaré toda mi vida. No quiero parar pero... es duro".
Y así es como se dice adiós en escocés.