La cena de los campeones de Wimbledon no será un impedimento para que Alcaraz vea a España
La rutina postpartido después de la final del campeonato inglés le complicará disfrutar a pleno rendimiento de la final de la Eurocopa.

Londres.- La agenda anda este domingo de julio todavía más apretada que lo habitual. Los aficionados tienen una tarde casi soñada, con una final de Wimbledon que hizo de puente hasta la final de la Eurocopa. Alcaraz y la Selección luchando contra Djokovic e Inglaterra respectivamente, muy capaces de representar sin dudar el papel de supervillano. Todo perfecto, no cabe duda.
"The most beautiful court that I've played on"@carlosalcaraz on his love for Centre Court and why it still makes him nervous 💚#Wimbledon pic.twitter.com/KUP0AxD1Og
Wimbledon (@Wimbledon) July 1, 2024
Aunque más perfecto para el aficionado que para los propios protagonistas. Los partidos como tal no se solaparon, pero para un tenista o un futbolista la liturgia de los días grandes no se reduce a lo que estén en la pista o en el campo. Alcaraz tendrá complicado poder disfrutar de todo el partido. Y los jugadores de España probablemente no pudieron estar sentados durante las horas de partido viendo a Carlitos, como merece la ocasión.
En el caso de Alcaraz, para empezar, dependía de la duración de su propio partido. Pero cuando dio el último golpe para vencer a Djokovic, la cosa no estaba ni mucho menos acabada. Primero, las finales tienen un epílogo enjundioso en la pista, que es la ceremonia de premiación. Hay bienvenidas, discursos y una entrega de trofeos que presidió la princesa de Gales, que es patrona del club y cuyos recientes problemas de salud no han impedido su asistencia.
La recuperación
Alcaraz lleva casi todo el torneo coincidiendo con España. Partidos suyos coincidieron en mayor o menor medida tanto con la semifinal contra Francia como con los cuartos contra Alemania. En ambos casos su partido ya había terminado cuando el balón echó a rodar, pero las obligaciones que tiene ser una superestrella le impidieron ver el partido con normalidad.
Primero las físicas, las de recuperación. Carlos Alcaraz tiene una estricta rutina postpartido en la que se da duchas de contraste frío-calor para recobrarse lo antes posible. Esos baños de contraste sirven para estimular la irrigación sanguínea y recuperar mejor el tejido muscular fatigado. No importa que juegue España, la profesionalidad de Alcaraz no se toma días libres.
Tras eso le toca la prensa, que necesita algunas palabras de Alcaraz para rellenar los textos que se leerán un poco más tarde. Un partido siempre se entiende mejor cuando el protagonista lo explica. No suelen ser muy largas estas ocasiones, 15 o 20 minutos a lo sumo, primero con preguntas en inglés, después en español.
Y, como es campeón, queda una obligación más: la fiesta. No la privada e independiente que cualquier buen campeón se merece, sino una cena de campeones tradicional que Wimbledon organiza cada año en el Lawn Hospitality al que acuden los vencedores masculino y femenino a una ocasión de estricta etiqueta.
Esto suena largo, pero en realidad no deja de ser otro trámite más dentro de la agenda del día. Es posible que hace años esta parte del día fuese más estricta, pero con el tiempo ha dejado de serlo. El año pasado, cuando fue campeón, Alcaraz estuvo poco más de tres cuartos de hora en el baile.
Hizo acto de presencia tarde, a eso de las 23.00, estuvo un rato, se hizo fotos con quien se lo pidió, aunque en principio no está permitido. El baile, el histórico baile, no llegó a aparecer en la última edición, pues de algún modo esa parte de la tradición también ha caído en desuso.
Como el partido de Alcaraz y Djokovic duró sólo dos horas y media -mucho menos de lo esperado-, el murciano tendrá tiempo para ver a España. Además, la organización decidió retrasar la hora del inicio de la fiesta -de las 21:00 a las 22:00 horas- para que no coincida con la final. Como en Berlín es una hora menos, si el partido no va a la prórroga acabará justo antes de que empiece el baile de Alcaraz.