WIMBLEDON

Raducanu deja tirado a Murray, pero sigue siendo el clavo ardiendo de todo un país

La madre de Andy calificó de "asombroso" que la jugadora quitase a su hijo la posibilidad de despedirse definitivamente de Wimbledon

Emma Raducanu celebra una victoria. /AFP
Emma Raducanu celebra una victoria. AFP
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Londres.- "Tardé literalmente diez segundos en aceptar la propuesta de Andy. Para mí es una oportunidad de esas que te pasan una vez en la vida. Creo que hay cosas que son simplemente más grandes que solo el tenis, hay cosas que guardarás en tu memoria para el resto de tu vida. Jugar Wimbledon con Andy Murray es una de esas cosas. Al final de mi vida, cuando tenga 70 años, sé que me acordaré de haber jugado Wimbledon con Andy Murray, ha sido un honor que me lo pidiese".

Emma Raducanu respondió así cuando le preguntaron qué sintió cuando Murray le pidió ser su pareja en el dobles mixtos de Wimbledon. La frase ha envejecido fatal, pues solo un par de días más tarde, cuando llegó el momento de disputar el partido, la jugadora inglesa le dejó tirado. Unas molestias en la muñeca le aconsejaron prudencia, así que no habrá dobles mixtos, no habrá recuerdos inmarcesibles, ni una de esas cosas que en la vida son más importantes que el tenis.

Lo que hay es un pequeño fastidio para Andy Murray, que esperaba jugar este sábado el último partido de su vida en Wimbledon y no podrá porque se ha quedado sin pareja de baile y las normas le impedían cambiarla. Es el segundo chasco que se lleva en estos días, pues ya no pudo entrar en individuales por su maltrecho físico.

La gran despedida de la leyenda local se quedó en el partido de dobles con su hermano Jamie. Fue algo emotivo, con entrevista final y vídeo. La organización ya debió temer el comportamiento errático de Raducanu, pues se aseguraron de que el gran homenaje llegase ese día, algo que era un poco raro si se tenía en cuenta que a Murray le quedaba un partido más por jugar.

El escocés se queda sin el último baile, aunque no podrá decir nada al respecto. Él, como una mayoría abrumadora de los buenos jugadores, siempre privilegió los individuales antes que cualquier otra cosa. Pero no poder decirlo no quita para que haya descontento. De hecho su madre y exentrenadora, Judy, respondió un tuit diciendo que lo que había pasado era "asombroso".

Raducanu citó problemas de muñecas y es una jugadora que las tiene ambas operadas, así que como excusa siempre puede funcionar. Lo cierto es que, más allá de ese disconfort, el partido le venía peor que mal. Se tenía que jugar en el último turno del día por necesidades tanto tenísticas -uno de los rivales jugaba por la mañana- como televisivas, para no coincidir con el partido de Inglaterra. Y ella, tras un par de años aciagos, está en cuarta ronda y juega al día siguiente.

Es la tormenta perfecta para que ni sueño cumplido, ni despedida, ni dobles mixtos ni nada. Todo este caos ha sido un golpe importante dentro del tenis británico porque Emma Raducanu es el clavo ardiendo al que se aferran todos los ingleses. Y eso significa portadas casi diarias y unos textos larguísimos que, quizá, no se justifiquen con las opciones reales de la jugadora.

Mientras tanto Raducanu se pasea por las pistas de entrenamiento del All England Tennis con una camiseta de Inglaterra. Es la gran estrella del tenis británico aunque sus resultados no sean tan impresionantes. O, para ser más exactos, lo fueron en algún momento pero parecen haberse traspapelado, lo cual es especialmente raro cuando se habla de una jugadora de 21 años.

Raducanu ganó con 17 años el US Open viniendo de la previa. Es la única campeona de un grande en conseguirlo y, por supuesto, ganar fue un cambio absoluto en su estatus como tenista. Es una buena jugadora, pero esa victoria supuso el punto en el que empezó la caída. Lesiones, problemas, una ausencia total de resultados. Quizá también una consecuencia de una presión excesiva.

Ella es hija de una pareja de las que solo se dan en algunos centros del comercio mundial. Su padre, rumano; y su madre, china; trabajan en finanzas. "No solo en el tenis, yo tengo que ser la mejor de la mejor, cuando era joven lo hacía para agradarles pero me he dado cuenta de que es lo mejor para mí. Los mejores resultados posible es lo que me hace crecer", explicaba hace meses en una entrevista en la que remarcaba que, sí, sus padres tienen unas grandes expectativas sobre ella.

Sus padres y un país entero, porque aunque esta semana haya tenido ese pequeño affair con Murray, la ven como la salvadora. Y, de momento, este torneo está siendo mucho mejor que todos los anteriores. Está en cuarta ronda, algo que no conseguía desde 2021 -unas semanas antes de su explosión final en el US Open- y su cuadro se parece mucho al de Paula Badosa. Las dos tienen una buena oportunidad, si lo hacen bien, de llegar a semifinales. Y las dos parece que han logrado por fin en este torneo explotar el talento que sin duda tienen.