Alcaraz salva a Kate Middleton y la Casa Real británica de una crisis en Wimbledon
Es habitual que la princesa de Gales entregue el trofeo a los ganadores como 'patrona' del torneo.

Londres-. Desde que, en marzo de 2022, comenzara oficialmente la primera ofensiva de la invasión en Ucrania, estar cerca de cualquier símbolo de Rusia o Bielorrusia está bastante mal visto en las sociedades occidentales. Jefes de Estado y políticos en general huyen de cualquier cercanía con el régimen de Putin y su 'sancho' bielorruso. Sanciones, vetos y repudio se han convertido en la tónica de comportamiento.
Las medidas tomadas contra estos dos países y sus representantes ha impedido más de una polémica con encuentros indeseados. Pocos rusos o bielorrusos han podido estar en lugares donde, quienes mandan, no estén muy a gusto a su lado. Ni hablar de poder premiarles o hacerles un homenaje. Parece que esas acciones podrían ser un guiño al 'enemigo'.
Entre los grandes países, Reino Unido es uno de los más frontales contra los actores que han promovido la guerra en terreno europeo. Y, por consiguiente, su Casa Real busca no tener lazo alguno de unión con Moscú y Minsk. La celebración de Wimbledon y sus resultado ha traído un problema.
La princesa de Gales se ha convertido en la madrina oficial del torneo ['Patrona', la llaman en la competición] en los últimos años. Hace unos días, acompañó a Roger Federer en el homenaje tras su retirada. En todas las ediciones, visita las pistas en alguna ocasión y, sobre todo y como máxima representación en el Royal Box [Palco real de la pista central] es la encargada de entregar los títulos a los campeones. Así lo hizo hace un año al serbio Novak Djokovic, en el cuadro masculino, y Rybakina, que había decidido abandonar la nacionalidad rusa y pasar a representar a Kazajistán; así lo ha hecho este año también con Carlos Alcaraz, por el lado masculino, y Vondrousova por el femenino
It was a pleasure to welcome our Patron, HRH The Princess of Wales to The Championships once again 🙌#Wimbledon | @KensingtonRoyal pic.twitter.com/0iCPwTX8k4
— Wimbledon (@Wimbledon) July 4, 2023
En 2022, los tenistas rusos y bielorrusos estuvieron vetados de participar en Wimbledon. Una decisión que les costó ser sancionados por los circuitos ATP y WTA, pero que se tomaba para impedir una posibilidad que este año podía suceder: que un ruso o bielorruso consiguiera ganar el torneo y ser agasajado en suelo británico.
Con la vuelta de los Medvedev, Sabalenka, Rublev o Azarenka se abría la posibilidad de que un representante de uno de los países que inició la guerra de Ucrania consiguiera alzarse con la victoria. O, lo que es lo mismo, que la princesa de Gales, Kate Middleton, tuviera que entregarle el trofeo de ganador a un representante de estas dos nacionalidades provocando una imagen que daría la vuelta al mundo.
Ya saben cómo son las casas reales y, más si cabe, la institución británica en cuanto a tener medido hasta el más mínimo detalle de todos sus movimientos. La posible foto con un ruso o una bielorrusa se había convertido en un problema de magnitud nacional y sin el poder habitual de la monarquía para controlarlo o solventarlo. La única posibilidad era ausentarse de la final que, incluso, podría empeorar la imagen internacional y un abandono al torneo.
Alcaraz, el 'héroe'
La victoria de Carlos Alcaraz ante Daniil Medvedev dio un respiro a la organización de Wimbledon, ya que el ruso era el último representante vivo en los dos cuadros individuales tras la eliminación de Sabalenka en las semifinales femeninas. Era un tema candente en los pasillos de poder del All England Club y que había llegado a trascender a las declaraciones públicas en los últimos días.
Por ejemplo, ante la consulta de un periodista sobre si la Casa Real se sentiría cómoda entregando el trofeo a un tenista ruso o bielorruso, la directora ejecutiva, Sally Bolton, afirmó que "la decisión de la vuelta de los deportistas rusos y bielorrusos fue de la organización del torneo" y que "el Palacio [la institución monárquica] no estuvo involucrado".
Sin rusos y bielorrusos en las finales que se disputaron este sábado, la femenina entre la tunecina Jabeur y la checa Vondrousova, y el domingo, la masculina entre el español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic, Wimbledon y la Casa Real británica evitaron una crisis de imagen en plena pista de tenis.