La rodilla de Djokovic no es un problema por una operación muy asentada y su voluntad de hierro
Pedro Guillén, cirujano deportivo, explica que el buen nivel del serbio tras su operación no es una anomalía.

Londres.- Los tiempos de los deportistas de élite se miden de manera distinta. La parte central de sus carreras profesionales se agolpa en diez o quince años entre la veintena y la treintena. Eso mediatiza todo, también los tiempos de recuperación de una lesión. Lo que un ser humano normal tendría que llevar con calma y sosiego, un deportista profesional lo acelera al máximo, hace lo posible por convertir en días lo que la previsión cuenta por semanas.
Novak Djokovic es algo más que un deportista. Su historial le coloca en el ramillete de los mejores tenistas de la historia. No solo tenistas, deportistas, el primer grupo se le queda escaso. Durante su carrera ha ejercido como el primero de sus iguales, también en lo que a acortar sus lesiones se refiere. Ha tenido más suerte que, por ejemplo, Nadal, o quizá es solo que su manera de jugar no ha estragado tanto su cuerpo como con el español.
Esta temporada ha tenido una de las lesiones más relevantes de su carrera. El 4 de junio una resonancia magnética arrojaba como resultado una lesión en el menisco. Se tenía que retirar inmediatamente de Roland Garros, operarse y, muy probablemente, perder la oportunidad de ganar en este 2024 su cuarto Wimbledon. Eso era lo que estaba en el planillo y también lo que rechazó Djokovic de pleno.
Lo primero que hizo fue llamar a Taylor Fritz. El estadounidense había sufrido una lesión parecida y fue capaz de recortar los plazos hasta jugar 21 días después del incidente. Suficiente para llegar a Wimbledon, que era de lo que se trataba. Djokovic lleva dos semanas en Londres recordando esa llamada, pues fue ahí cuando se encontró con una ventana abierta a sus objetivos, y un cazador como él en cuanto ve un haz de luz de esperanza no tarda en agarrar el rifle.
No fue la única llamada. También habló con Wawrinka, Ibrahimovic o Lindsey Vonn, todos deportistas de élites que en algún momento sufrieron de la rodilla. A partir de ahí, el desafío con los médicos. Hacer todo lo posible por llegar, sin dejarse nada por el camino, y tomar una decisión poco antes de que empezase el gran baile.
"No he sido imprudente, si imprudente significa que he ido en contra del consejo de los médicos que llevaban mi rehabilitación. Nunca lo he hecho, nunca he forzado. Desde que empecé la rehabilitación he seguido cada día lo que me han dicho que tenía que hacer, incluso un poco más, pero ellos lo sabían. Acordamos no hablar de mi participación en Wimbledon hasta tres o cuatro días antes del torneo, para probar mi rodilla en la pista, por eso jugué algunos sets, para ver cómo reaccionaba mi rodilla. Entiendo que la gente crea que es prematuro, pero yo no lo creo, sinceramente", explicaba el serbio en su última rueda de prensa.

La opinión experta
Tampoco a los profesionales médicos le resulta extraño que esté jugando y lo haga a este nivel. Relevo pregunta a Pedro Guillén, uno de los más reputados cirujanos de rodilla del mundo del deporte. "Ya jugó Gordillo en los años 80 con la misma operación a los 12 días de operarse. El resultado de la artroscopia está en razón de la extensión de la lesión y de la técnica aplicada", cuenta el galeno.
"Los cuernos posteriores del menisco interno suelen evolucionar así, he realizado más de 30.000 artroscopias y la patología que sufría era para resolverla así, con una técnica artroscópica realizada por un excelente especialista", explica Guillén.
Guillén detalla que en este caso no hay una regeneración posible, pues el menisco no funciona así: "Lo que ha existido es una meniscectomia parcial bien realizada y en la que no había otra lesión asociada".
¿Hasta qué punto condiciona una operación así? Es evidente que Djokovic puede jugar, pero queda por saber si lo está haciendo con dolor, si una intervención así tiene algunos dolores asociados que hagan que su recorrido esté siendo más duro. "La rotura meniscal pequeña condiciona un disconfort que evita que un deportista siga ofreciendo grandes exigencias mecánicas, y si ese desarreglo interno lo regulariza por una artroscopia, cuyos portales de entrada no son mayores de un milímetro, las molestias quirúrgicas son mínimas", explica.
Hay, por supuesto, un factor humano que va más allá de la propia técnica. "Todo esto se da en un ganador como es este tenista, con hambre de competir y que se crece en las dificultades. En la ortopedia existe un triángulo de éxito que tiene que ver con la lesión, la calidad del cirujano y el deportista famoso", cuenta. Están hechos de otra pasta.
Y más todavía los que son la élite de la élite: "Estos grandes deportistas yo comento que han recibido la 'palmada de Dios' para mantener tanto tiempo estos grandes rendimientos".
Los rivales, que también le conocen, no le dan una extrema importancia a las cosas que le puedan ir pasando al serbio. Al final del camino él estará ahí, competitivo como el que más, favorito a todo. Lo explica Juan Carlos Ferrero, entrenador de Carlos Alcaraz. "Hay que acogerse a la realidad. La realidad es que ha salido de la operación y ha salido muy rápido, muy bien. Creo que ha conseguido otra vez jugar a un buen nivel y, sobre todo, lo más importante para él es estar a un nivel óptimo físico", razona el técnico.
Se nota en todo, pero aquí lo más importante es ver cómo recorre la pista. "Creo que se está moviendo bien, le estamos viendo deslizar. No le estoy viendo problemas a la hora de moverse o gestos que digas, bueno, todavía no está al 100%", analiza.
Todo lo dicho implica que para ganarle habrá que esforzarse al máximo, pues solo en ese nivel se le puede hacer partido a Djokovic. "Tenemos que planificar un partido de una batalla como mínimo como la del año pasado. Yo ya le vengo diciendo a Carlos que van a ser cinco horas otra vez, con lo cual el nivel mental tiene que ser muy alto y con una preparación alta", asegura.
Cierto es también que Djokovic ha tenido un recorrido bastante plácido hasta encontrarse en la final de Wimbledon. No se ha medido a un solo top-10 en el camino y eso le ha permitido simplificar, no forzar y mantener el físico lo más fresco posible. Solo ha perdido dos sets, contra Popyrin y Fearnley, y además se encontró con la retirada de De Miñaur y el consecuente descanso.
Lo normal es pensar que esa calma se acabó. "Nos planteamos un partido físico, que sea largo, que sea una batalla y que la juventud haga que las piernas de Carlos estén más frescas al final que las de Novak.
Siempre hay una parte física en una gran final de tenis, un deporte extremadamente exigente. Djokovic ha corrido menos, pero hace muchos años que dejó de tener los 21 de Alcaraz. Si el partido se alarga los nervios serán mayores, pero también el oxígeno que llega a las células de los músculos del español.