Las semanas de lágrimas de Berrettini antes de su reencuentro con Alcaraz: "Habría firmado con sangre"

Londres.- Pocos esperaban ver a Matteo Berrettini en octavos de final de esta edición de Wimbledon. A pesar de ser el subcampeón de 2021, el italiano lleva meses atravesando un calvario físico, que ha trascendido a lo anímico, y los éxitos parecían lejos de su alcance. "Pasé días en la cama pensando en los torneos que me perdía, las lesiones que tenía, la tristeza que sentía", relata el romano a unas horas de enfrentarse a Carlos Alcaraz.

Una lesión abdominal le ha martirizado durante toda la temporada desde su retirada en los cuartos de final del ATP500 de Acapulco en febrero ante Holger Rune, poco después de caer en 1ª ronda en el Open de Australia. No levantó cabeza en la gira estadounidense con duras derrotas a las primeras de cambio en Indian Wells y Miami. Hasta que, en el inicio de la temporada de tierra, se repitió la historia: El abdomen le obliga a retirarse, de nuevo ante Rune, en los octavos del Masters 1000 de Montecarlo.

A partir de ahí, y después de todos los mazazos en forma de lesiones y decepciones, llegaron unas semanas fuera de las pistas que le hicieron dudar de si podría volver a su mejor nivel: "Pensé que ya no estaba preparado mentalmente, las lesiones me había hecho amar menos todo esto".

El zénit del dolor llegó hace menos de un mes. Berrettini caía derrotado en su vuelta a las pistas ante su compatriota Sonego, más dado a la tierra que a la hierba, en el torneo de Stuttgart por un apabullante 6-2 y 6-1. Matteo se marchaba de la pista llorando, implorando un perdón a la grada que parecía ser para sí mismo. "No es fácil pasar por el peor momento de tu carrera", señala sobre una imagen que impactó al mundo del tenis. "Me bloqueé emocionalmente por completo, no sé cómo explicarlo".

"No me sentía cómodo conmigo mismo, ni con lo que estaba haciendo", rememora el italiano, que llegó a ser número seis del mundo y ahora está en el puesto 38. La situación llegó a tal punto que su estado de ánimo y el mermado estado físico le llevaron, unas horas después, a renunciar a la defensa del título en el torneo de Queen's, ganado hace un año. Pensar en Wimbledon, y menos en hacerlo bien, era una utopía.

Berrettini, entonces, se agarró más a una cuestión más de fe que de realidad. "Ni siquiera estaba seguro de si iba a jugar en Wimbledon, volé aquí y me dije que tal vez la atmósfera me podría ayudar en lo mío", desvela. "Para jugar un Grand Slam tienes que estar preparado física, emocional y mentalmente. Unos días antes de empezar el torneo pensé: ¿cómo voy a jugar si no estoy listo? Pero me he perdido demasiados eventos en los últimos años y no podía irme de este lugar sin intentarlo".

La atmosfera del All England Club, su calidad innata en hierba o las ganas de romper con la mala racha no solo le han llevado a jugar y bastante bien, ya es uno de los 16 mejores del torneo: "Si me hubieran dicho hace unas semanas que iba a jugar cinco partidos seguidos en Wimbledon, habría firmado con mi sangre".

Tras vencer en el debut al propio Sonego y dos victorias de prestigio ante Alex de Miñaur [finalista en Queen's] y Alexander Zverev, su siguiente objetivo es amenazar el sueño del primer Wimbledon de Alcaraz, a quien se rinde solo unas horas antes de saltar a la pista: "Nunca he sido número 1 y siento presión, a él siempre se le ve disfrutando".

Este lunes, el último turno de la pista central acogerá el cuarto enfrentamiento entre ambos, con un balance hasta ahora de 2 victorias y una derrota para Alcaraz. Como curiosidad, los tres partidos previos al set de desempate y el único que fue al mejor de cinco, en Australia 2022, cayó del lado de Berrettini. ¿Se prolongará la resurrección del italiano o Alcaraz le cortará las alas?