Tommy Paul, la amenaza de Alcaraz que se relaja en la granja
El jugador estadounidense ha tardado en asentarse en la élite, pero su victoria en Queens demuestra que está preparado para todo.
![Tommy Paul, durante su enfrentamiento con Bautista. /AFP](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/08/media/cortadas/t-p-Rv7DIsuM2gZeD2x9OCo9kuN-1200x648@Relevo.jpg)
Londres.- Tommy Paul le pide cada año a su marca deportiva que los pantalones que le fabrican sean más corto. Lo tiene casi como un reto, aunque el objetivo es no llegar a ser Holger Rune, que en esto es el maestro. Viaja por el mundo con el honor de ser el segundo estadounidense en la lista mundial, muy cerca del primero, aunque ese honor en el pasado significaba mucho más que actualmente. El poder americano en el tenis se ha desplomado recientemente.
Paul será el rival de Alcaraz en los cuartos de final de Wimbledon y, por primera vez en su vida, entrará en la pista central del torneo para jugar un partido. Tiene 27 años, es bastante mayor que el murciano, pero la experiencia en este caso no está relacionada con el tiempo que llevas en el mundo. Carlos vive más rápido, ha logrado cruzar barreras a más velocidad que Paul y que casi cualquiera. Cuando entra en la pista suele ser favorito pero, cuidado, su historial con el estadounidense dista de ser brillante.
Alcaraz y él están en tablas, dos victorias para cada uno. Partidos siempre luchados, con tie breaks, incluso cuando gana, como el pasado año en Cincinnati, al español le cuesta sacar adelante los puntos.
Paul le conoce bien, y no solo porque hayan jugado ya unas cuantas veces. El estadounidense es un gran aficionado al tenis y durante la semana de cada torneo suele dedicarse a ver muchos partidos. Puede parecer solo un gesto de profesionalidad, pero en realidad no es tan común que los deportistas sigan con pasión su disciplina.
De todos modos, es probable que tenga algún que otro consejo más, en este caso de Frances Tiafoe. El jugador, que empujó a Alcaraz al quinto set en la tercera ronda del torneo, es amigo de Paul desde hace años, casi compañeros generacionales, miembros de una generación que ahora mismo es lo más brillante del tenis estadounidense.
"Cuando jugaron Alcaraz y él en la pista Central fue la primera vez que entré en la pista central de Wimbledon. Les fui a ver, llegué tarde, eso sí, al final del cuarto set. No le fue muy bien desde entonces", explicaba Paul estos días, asumiendo que pediría consejo al rival más duro de Alcaraz por el momento. En la respuesta iba implícito que por primera vez él jugaría en esa pista, pero la primera intención del torneo es que no sea así, pues han programado el partido para el segundo turno de la número 1.
Además, podrá revisar la final del año pasado, un partido que guarda en su memoria como buen aficionado que es. "Fue asombroso verle ganar el título, cómo jugo, con tanta agresividad. Muy emocionante. Recuerdo pensar que fue un partido increíble. Antes del partido no sabía quién podía ganar, y eso que en el pasado siempre que jugaba Djokovic piensas que ganará él, pero en este caso no tenía ni idea", relata el americano.
Paul está en el mejor momento de su carrera y viene con una inercia positiva después de haber ganado en Queens uno de los grandes torneos preparatorios en hierba. A pesar de esa victoria, y de su buen papel en Wimbledon, no es el cañonero que uno podría esperarse de un jugador estadounidense en estas circunstancias. Él juega muy bien desde el fondo de la pista, es capaz de aguantar el ritmo y en su educación tenística la tierra batida está muy presente, tanto que fue campeón junior en Roland Garros.
Es obvio en todo caso que su adaptación a la hierba es notable. En la ronda anterior, contra Bautista, logró once saques directos. "El servicio siempre es importante en el tenis, es algo que quiero hacer muy bien en la próxima ronda, pero también el resto es muy importante. Servir y restar es muy importante para mí, porque Alcaraz y yo jugamos un estilo agresivo de tenis, él está jugando bastante bien y ultra agresivo. Es divertido para la gente verle jugar", decía tras su último encuentro.
Se esperaba mucho de Paul, pero le costó crecer en el circuito. De él se recuerda una actitud no muy profesional, defectos de juventud y noche que hoy dice olvidados. Ahora cuida la dieta más, entrena más y hace todas esas cosas que uno espera de los deportistas de élite. Él destaca su capacidad de sufrimiento, se prepara en Boca Ratón, Florida, un lugar en el que la humedad está disparada, algo que le ayuda a estar especialmente fino.
Paul es hijo de una familia normal, nacido en New Jersey pero crecido en Carolina de Sur. En sus momentos de asueto se convierte en granjero, ayuda a su madre en su finca de Nueva Jersey y es capaz de usar un tractor y cuidar a los animales. Algo bastante raro para alguien que se dedica a darle raquetazos a una pelota.