El tenis femenino agoniza entre llamadas de auxilio: "Chicos, por favor, venid a vernos"
El estadio de las WTA Finals en Cancún luce medio vacío en los primeros días de torneo pese a que tiene una capacidad de 4.000 asientos.
Palmeras, aguas cristalinas y turquesas, arena blanca, hoteles de cinco estrellas, barcos... El buscador de imágenes de Google arroja una fotografía idílica cuando tecleas "Cancún". Sin embargo, no todo es paradisiaco en el Caribe mexicano. Al menos no para las mejores tenistas del mundo.
La turistificada cuidad mexicana es sede estos días de la WTA Finals, el torneo que reúne cada temporada a las ocho mejores jugadoras del curso. Aryna Sabalenka, Iga Swiatek, Coco Gauff, Elena Rybakina, Jessica Pegula, Ons Jabeur, Marketa Vondrousova y Maria Sakkari son las protagonistas este año del que antes se conocía como el torneo de maestras. Y están entre ilusionadas, enfadadas y tristes.
Ilusionadas porque es el torneo más importante del año al margen de los Grand Slam. Enfadadas porque la organización está siendo un desastre: la sede se conoció hace menos de dos meses y la pista se terminó de instalar unas pocas horas del inicio del torneo. Y tristes porque el público no está respondiendo como esperaban y las gradas están medio vacías.
"Espero que el estadio esté lleno en los próximos días. Hay muchos asientos vacíos. Chicos, por favor, venid a vernos jugar. Estamos dando el 100% en cada partido y seguro que lo disfrutáis", señaló en la noche del lunes Swiatek, actual número dos del ranking WTA, tras vencer a Vondrousova por 7-6 (7-3) y 6-0 en su debut en el torneo.
Iga Swiatek after beating Vondrousova at WTA Finals:
— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) October 31, 2023
“Polish people are everywhere. I think half the stadium is Polish. I’m happy they’re here.. I hope next matches we can make the stadium full. Guys please come watch our game. We’re giving 100%. Hopefully you’ll enjoy it” 🇵🇱❤️ pic.twitter.com/N2Y50PZyv6
Las WTA Finals reparten nueve millones de dólares en premios y si hay una ganadora invicta (hay una fase de grupos) se embolsará más de tres millones. Sin embargo, no consiguen llenar unas gradas con una capacidad para 4.000 personas. Es, de largo, el estadio más pequeño de los grandes torneos de tenis. Algo falla. Y el problema es que no es algo nuevo de este año que se pueda achacar al público mexicano: la temporada pasada, en Fort Worth (Texas), la organización rebajó el precio de las entradas a seis dólares y ni por esas logró llenar el estadio.
El delicado futuro de la WTA
El tenis femenino está en un momento complicadísimo. Tras la retirada de Serena Williams y Maria Sharapova, sus dos últimas grandes figuras, la WTA no ha encontrado estrellas para dar continuidad. A eso se añade la sombra del tenis masculino, que con Carlos Alcaraz y Jannik Sinner sí ha encontrado recambio para los Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael Nadal. Sumad a eso el agujero económico que provocó la salida de China del circuito durante tres años por la pandemia y el escándalo de Peng Shuai. Según un cálculo de The New York Times, la ATP repartió en 2022 un 70% más de premios que la WTA sin contar con los cuatro Grand Slam.
"La WTA puede caer en bancarrota en 2026 o 2027. Hay una realidad innegable: el tenis masculino genera muchísima más atención mediática e ingresos"
Vicepresidente de la Federación kazajaMientras crecen los rumores sobre una posible fusión entre la WTA y la ATP, las tenistas están elevando la presión para mejorar sus condiciones económicas. Según ha publicado esta semana The Athletic, una veintena de tenistas, entre ellas la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, envió una carta de tres páginas a principios de octubre al CEO de la WTA reclamando una mejora en los premios, un calendario más flexible, la ampliación de los cuidados de los niños y la entrada en el Consejo de Jugadoras de la WTA a través de la PTPA, el nuevo sindicato comandado por Djokovic. De momento, los mandamases del circuito femenino no han dado una respuesta.
"Si no hay un acuerdo entre la ATP y la WTA y cambia la situación financiera, la WTA puede caer en bancarrota en 2026 o 2027", decía recientemente el vicepresidente de la Federación de Tenis de Kazajastán, Yuri Polski, en el medio ruso Championat, unas declaraciones que corrieron como la pólvora. "Hay una realidad innegable: el tenis masculino genera muchísima más atención mediática e ingresos que el femenino", añadía.
Arabia Saudí y CVC, ¿las soluciones?
Steve Simon, el CEO de la WTA, quiso zanjar ese debate asegurando que su organismo está "en una buena situación financiera". "No consideramos una fusión con la ATP y estamos ilusionados con nuestro fuerte futuro en el que continuaremos creciendo y expandiendo el tenis femenino. A comienzos de este año la WTA anunció un incremento de 400 millones de dólares en compensación a las jugadoras durante los próximos diez años", dijo el dirigente.
La tabla de salvación puede estar en CVC y Arabia Saudí. La WTA firmó en marzo un acuerdo con CVC Capital Partners, el mismo fondo que ya dio oxígeno a LaLiga, para crear WTA Ventures, una subsidiaria que tiene como objetivo maximizar los ingresos y generar nuevas oportunidades de negocio. El fondo puso sobre la mesa para empezar 150 millones de dólares.
Y mientras tanto, de cuando en cuando se escuchan los cantos de sirena de Arabia Saudí. El país del Golfo Pérsico quiere invertir en el deporte de la raqueta y recientemente la ATP anunció que las Next Gen Finals se disputarán en Jeddah. El circuito femenino no ha pasado de momento por el aro, pero parece que es una cuestión de tiempo. De hecho, se daba por hecho que las WTA Finals de este año iban a ser ya en Arabia Saudí. Pero no: se eligió Cancún. Y ahí, en el lujoso caribe, la imagen de la agonía no mejora.