Del mar al cielo: cómo sacar a las regatistas olímpicas de su zona de confort
La RFEV e Iberdrola sorprenden a siete de sus navegantes haciéndolas volar en parapente para recrear una situación de estrés competitivo.

Lanzarote es, en estas fechas, uno de los centros neurálgicos de la vela mundial. Su bonanza meteorológica y las excelentes condiciones de su campo de regatas, donde hay un viento estable a diario, convierten a la isla en un hervidero de regatistas de diferentes nacionalidades, incluido el equipo olímpico español casi al completo. Los regatistas españoles cuentan, además, con la ayuda de otro grande del deporte español fuera del agua: el campeonísimo Enhamed Enhamed.
El ex nadador paralímpico se encarga de motivar psicológicamente a los regatistas, y la semana pasada, con el apoyo de Iberdrola, se sacó de la chistera un plan para reforzar su mentalidad. Reunió a siete de las regatistas concentradas en Lanzarote para sacarlas de su zona de confort e invitarles por sorpresa a que volaran en parapente.
Dicho y hecho: Nora Brugman, Pilar Lamadrid, Ana Moncada, Nicole van der Velden, Gisela Pulido, Tara Pacheco y Silvia Mas amanecieron en los alrededores del volcán de Timanfaya, lo que generó cierta expectativa entre ellas. "Todavía no tenemos ni idea de lo que vamos a hacer", decía Pilar Lamadrid al llegar al punto de encuentro entre las risas nerviosas de algunas de sus compañeras. Enhamed rompió el hielo explicando varias vivencias personales que le llevaron al extremo y en las que siempre tuvo que confiar en una tercera persona para llevarlas a cabo. Mientras tanto, las deportistas recibieron unos cascos.
"Estamos aquí con la idea de ampliar nuestra zona de confort, intentar que nuestras habilidades y nuestras capacidades nos ayuden y permitan ir un poco más allá", explicaba Enhamed quien aseguró que el deporte de la vela está centrado en afrontar la incertidumbre, en nunca saber qué va a pasar en el agua. El objetivo de la dinámica que estaba a punto de desvelarles era confiar en otra persona, tener muy claro el porqué de lo que haces y estar preparado para afrontar las incertidumbres. "Navegar no es el medio natural del ser humano y como tal ahora queremos exponeros a otro medio completamente diferente".
A la pregunta de qué creían que iban a hacer Tara Pacheco espetó: "Paracaídas seguro, o en moto a 200". La intuición de la regatista canaria no estaba demasiado lejos de la realidad, pues al final la experiencia se podía resumir en que las deportistas iban a volar. Gisela Pulido, aficionada al salto en paracaídas, mostraba templanza y tranquilidad, algo que animó a sus compañeras.

Una vez desvelado el propósito, volar en parapente, empezaron las dudas para algunas deportistas. Silvia Mas, quien hace un año fue sometida a una operación de rodilla, se enfrentó a la decisión de no participar en una actividad que ella misma reconocía que le hacía especial ilusión. "Parte del reto es también asumir lo que podemos y debemos hacer", explicaba el psicólogo Enhamed.
Un breve viaje en furgoneta llevó a las deportistas hasta la zona de salto. Miedos fuera, adrenalina a punto y muchas ganas de experimentar algo que no conocían. "¿Puedo volver a hacerlo?", dijo Nora Brugman nada más tocar tierra, "ha sido muy chulo". Risas, aplausos y una sorpresa final: el presidente de la RFEV, Javier Sanz, se unió a las regatistas y también se "dejó llevar" y protagonizó el último salto del día.

Esta actividad está enmarcada dentro de la colaboración que existe entre la Real Federación Española de Vela e Iberdrola, patrocinador oficial de la vela femenina en España. Además de la vinculación de Iberdrola con el equipo olímpico de vela, también es el principal impulsor de la Liga Femenina, un circuito en el que en la edición de 2021 han participado 17 equipos con tripulación 100% femenina y que ha contado con un total de cuatro regatas.