La etapa más salvaje de la historia
Sale desde Ciudad del Cabo la tercera etapa de The Ocean Race, una monstruosidad de 12.750 millas con llegada en Itajaí (Brasil).
La mítica Table Mountain sudafricana va a ser testigo este domingo de la salida de la mayor animalada que se ha hecho en la historia de The Ocean Race. A los pies de la mítica meseta de Ciudad del Cabo tomarán la salida los cinco IMOCAs que componen la flota, y que tienen por delante la friolera de 12.750 millas, las que separan la ciudad africana de Itajaí (Brasil), en cuyo recorrido pasarán por los tres grandes cabos (Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos) y se tragarán el inhóspito Océano Sur, que marca los límites con la Antártida, al completo.
En total las tripulaciones estarán poco más de un mes en modo competitivo, ya que la fecha estimada de llegada a Itajaí es el 1 de abril. Por el camino tendrán los vientos más huracanados (los famosos 40 rugientes y 50 aullantes) y las olas más montañosas (de más de 5 metros) de toda la vuelta al Mundo, en unas aguas cuya temperatura sube por poco de los cero grados y en las que los icebergs son un peligro real. Tanto es así que la organización tuvo que poner ya hace años unos límites al sur en función de los hielos, ya que el ansia ganadora de los participantes (cuanto más bajes menos millas recorres) les llevaba a tocar casi la Antártida y convertir su travesía en una lotería.
Bien es cierto que hay regatas como la Vendée Globe en las que los participantes dan la vuelta al mundo entera sin parar, mientras que en The Ocean Race hacen escalas. Pero la gran diferencia es que mientras en la Vendée se participa en solitario, con lo que los navegantes son más precavidos y no pueden forzar tanto los barcos, en The Ocean Race lo hacen con tripulación, por lo que llevan constantemente el barco a sus límites.
Dónde están esos límites es la gran pregunta que se hace la comunidad de la vela ante este etapón. Es la primera vez en la historia que los IMOCAs, monocascos foileadores, van a estar tan exigidos por cuatro 'bestias' exprimiéndolos al máximo, ya que al navegar en solitario es imposible exprimirlos tanto. Hay muchos que apuestan porque no van a aguantar, aunque yo particularmente creo que sí que lo van a hacer dada la calidad de las tripulaciones. Otra cosa es que choquen contra un OFNI (Objeto Flotante No Identificado) y que lleguen a Itajaí para que rehagan el barco entero, pero los cinco patrones van a matar por tomarse unas caipirinhas.
Hasta el momento hay un claro dominador, el Holcim-PRB de Kevin Escoffier, que ha ganado las dos primeras etapas. Sin embargo, el 11th Hour Racing Team de Charlie Enright es el único velero que ha sido diseñado expresamente para navegar con tripulación, mientras que sus cuatro rivales se diseñaron originalmente para navegar en solitario. Hay que ver si el barco estadounidense es capaz de explotar esta ventaja o si, como se rumorea en los pantalanes, finalmente ha tenido que hacer un diseño más tradicional para que el barco tuviera una mejor venta al final de la regata para los numerosos franceses que quieren hacer la Vendée Globe.
El Team Malizia y el Holcim han estado muy metidos en la pelea con los dos equipos de arriba, mientras que el único velero que se ha mostrado un pelo inferior hasta la fecha ha sido el Guyot, en el que irá a bordo nuestra Támara Echegoyen en la cuarta etapa una vez acabe esta monstruosidad.