Iker Martínez vuelve al océano tras varios años apartado del mundanal ruido
El campeón olímpico disputa la Transat Jacques Vabre tras mudarse a Fuerteventura y descansar de la elite surfeando.

Iker Martínez fue el gran líder de la vela española en los inicios del siglo XXI. Él y su inseparable Xabi Fernández formaron un dueto que logró dos medallas olímpicas (oro en 2004 y plata en 2008), lucharon varias ediciones por ganar la entonces Volvo Ocean Race y protagonizaron los inicios de la vela voladora en la Copa América con el Luna Rossa.
Sin embargo, este frenesí competitivo le pasó factura a Iker. Fue una década de una actividad vertiginosa, en la que el esfuerzo que le pidió a su cuerpo (y, sobre todo, a su mente) no había dios que lo aguantara. Tras los Juegos de 2012, decidió separar su camino del de Xabi, ya que Iker Martínez quería seguir en la carrera olímpica y Xabi Fernández se plantó.
Xabi siguió con la Volvo Ocean Race y con la Copa América (aunque sin navegar, asesorando desde tierra), mientras que Iker intentó seguir en los Juegos con el Nacra, pero no logró clasificarse para Río. Este contratiempo y una serie de complicaciones vitales le hicieron por fin darse el descanso que tanto merecía, dejó la primera línea de batalla y se mudó a Fuerteventura, donde dio rienda suelta a una de sus grandes pasiones: el surf.
Ahora ha regresado a la primera división de la vela oceánica con un cruce transatlántico: la Transat Jacques Vabre, en la que ayuda al francés Sebastian Simon a prepararse para la Vendée Globe de 2024. Antes de tomar la salida, atiende a Relevo para compartir el momento vital que atraviesa.
"Llevo unos meses ayudando a un a un amiguete, Sebastián Simón, para intentar echarle una mano y que el barco fuese más rápido. Yo ya había navegado mucho en IMOCA, pero no con foils. Seb ha conseguido un patrocinador, el grupo Dubray que es un grupo muy muy fuerte y hemos estado arrancando el equipo, no teníamos ni una pizarra para apuntar las cosas. Arrancar un equipo de cero que no es nada fácil. El barco es el antiguo 11th Hour Racing, que viene de ganar The Ocean Race, y venía cansadete. Al final estoy ayudando a Seb a preparar la Vendée Globe", explica.
El reto que tienen Íker y Seb con el barco es apasionante, ya que el 11th Hour es el único IMOCA diseñado específicamente para competir con tripulación en The Ocean Race y no en solitario o a dos. "Sí, claramente es así. El barco es mucho más amplio y se ve en cosas prácticas, como que los winches están mucho más separados. Están para que haya sitio para cuatro, nosotros ahora vamos dos y hay que darse un paseíto; en los otros está todo mucho más compacto o. Luego habrá que ver como de fácil o de difícil es para manejarlo...", explica.
Tras vivir cuatro ediciones de The Ocean Race como patrón, Iker reconoce que ha seguido la última edición con una mezcla de sensaciones. "Ha sido muy diferente. Por un lado la he visto con mucha tristeza por no poder estar. Yo me moría de ganas de hacerla, de hecho en un momento pareció que podíamos lograrlo y habría sido magnífico, pero bueno, al final no se pudo. Por otro lado la he visto muy diferente, con pocos barcos y muchas diferencias entre ellos… Cuando en una regata se cambia el formato al principio las diferencias son muy grandes y luego cada edición se van recortando. Tiene muchas cosas buenas porque los barcos son fantásticos, la clase IMOCA es una pasada", describe.
Iker relata cómo ha vivido el proceso de apartarse de la vela de altísimo nivel durante unos años. "He estado un tiempo un poco tranquilo, la verdad es que me hacía falta y estoy encantado, me ha permitido organizarme. Me he ido a vivir a Fuerteventura, lo cual ha sido un cambio grande para mí. He dedicado tiempo a coger olas, que es lo que me encanta y ahí estaba yo con mis cuarenta y tantos tacos aprendiendo a hacer tubos… Ha sido muy bonito poder dedicar tiempo a mis hijos, que me apetecía un montón porque se van haciendo más mayores y me he dedicado tiempo a mí que me hacía falta. La verdad que ha estado muy bien, he tenido un montón de tiempo para pensar bien en lo que había hecho hasta ahora y en cómo me quería organizar. Me he hecho mi casita como yo quería, he navegado con mi J80 y he podido pensar, y el futuro pues evidentemente pasa por navegar, así que estoy con muchas ganas y por eso me apunté a este a este proyecto".
El campeón olímpico reconoce que tiene muy clara cuál sería su primera opción si pudiese elegir. "A mí la verdad lo que me encantaría sería hacer The Ocean Race. La vez anterior lo único que nos faltó fue la financiación. Afortunadamente es un equipo con mucho bagaje deportivo; ahora estamos exactamente igual, si en un momento dado hay financiación, pues habrá equipo. Yo por mi parte tengo muchas ganas, y Pedro Campos que es la persona que siempre ha tenido la gran responsabilidad de conseguir la financiación también está con ganas. Hay que tener esperanzas, tenemos que ser conscientes de que los tiempos no son lo que eran, pero todos tenemos la ilusión de que las empresas se vuelvan a animar a invertir. También es entendible que dieran un pequeño paso para atrás con todo el jaleo que habíamos tenido. Y ahora es el momento donde van a triunfar los valientes, esperemos encontrar gente valiente que vea que es el momento de tirar para adelante".
Iker Martínez fue uno de los primeros españoles, por no decir el primero, que empezó a volar a alto nivel cuando la Copa América introdujo los foils en la vela de alta competición. "Sí, hombre, claro. El foilear es maravilloso y entre una cosa y otra llevamos muchísimos años foileando. El primer momento en el que de verdad se empezó a foilear fue cuando fuimos Xabi y yo al Luna Rossa, no se sabía entonces que iba a pasar y al final los neozelandeses y los italianos fuimos los primeros barcos con foils . Además fue una época muy bonita porque ahí no se sabía nada, empezamos desde las bases a entenderlo, a encontrarnos con problemas, a testear… Ahora ya es un poco diferente, son barcos que ya vuelan muy bien y tienen mucha informática a bordo que te facilita mucho las cosas. Antes íbamos con una palanca para el hidráulico y aquello iba a 45 nudos, era para matarse... De todos modos es muy complicado. Es una dura decisión, una de las cosas que yo he estado pensando mucho en este tiempo de reflexión. ¿Qué rumbo quieres tomar? ¿Navegar o estás dispuesto a ayudar a otros equipos? De todos modos estos últimos años no estaba sin hacer nada, he entrenado a gente de vela ligera, he navegado un montón con armadores en diferentes barcos...".
De hecho, Martínez ha sido el entrenador de Nico Rodríguez y Silvia Mas en 470. "Sí, hasta hace no mucho, la verdad, y me gustó mucho. Nico es un figura, el tío da gusto trabajar con él. Al margen de que profesionalmente es un tío muy competente, es un tío estupendo, que sabe estar concentrado a tope y sabe también reírse un poco. Silvia un poco lo mismo, una tía estupenda, que tiene las cosas claras, que sabe navegar muy bien y una tía tranquila y la verdad que se ha disfrutado un montón".
Iker ha vivido muy de cerca la polémica generada tras la protesta pública de Nico de denunciar el método de selección para los Juegos. "He llegado a un punto al que no me quiero meter en líos, pero es una pena. Yo creo que no es tan complicado hacer las cosas mejor, creo que llevamos un tiempo importante, demasiados años ya donde todo el tema federativo está dando demasiados problemas. Tenemos que ser capaces de hacer las cosas mejor porque en España hay mucho nivel olímpico. Lo importante es tener a gente de calidad y eso se ha perdido, pues por un lado a la gente le pagan muchísimo más trabajando para otros países que para España, pero muchísimo más, y luego hay que tener tacto y hay que cuidar a la gente. Esto que ha pasado ahora con Silvia y Nico es el claro ejemplo. Cuando hay selecciones la gente puede quedar contenta y querer ayudar y echar una mano o descontenta y decir, mira no me apetece. Y es lo que ha ocurrido ahora", explica.
Para terminar, Iker Martínez hace una reflexión sobre la situación del equipo olímpico español de vela. Sus dos medallas le avalan. "No soy capaz de entenderlo, pero llevamos varias preparaciones olímpicas que hay demasiada gente que está descontenta. Hace falta tener profesionales de verdad con mucha experiencia que entiendan muy bien qué son los Juegos Olímpicos. Yo me he sentido muy atacado en el pasado por haber defendido a Jane Abascal , que es un tío que había ganado los Juegos Olímpicos, tenía las cosas muy claras. Jane decía lo que iba a pasar y allí no opinaba ni el tato. El momento que tú dejas opinar a gente que tiene intereses, como los regatistas, cada uno tiene que mirar por lo suyo. A un regatista no le puedes pedir que mire por el bien común, un regatista tiene que ser un tiburón que vaya a ganar a todos los demás, que busque lo mejor para él y los demás le den igual. En cuanto un regatista empieza a tener un poco de poder, es un lío. Es difícil, si a mí mañana me dicen que dirija la Federación digo ni de coña. No quiero follones, paso de movidas… Y lo digo con respeto para todo el mundo, es una crítica constructiva. Hay que tener directivos de primera y entrenadores de primera para que guían bien a los regatistas y los regatistas vean la Federación como una súper ayuda, como nosotros lo hemos visto siempre. Si no seguiremos perdiendo medallas por un poquito, porque eso al final te quita la diferencia entre hacer primero, segundo o tercero o hacer quinto o sexto. Espero que cambie, pero la verdad que no tengo ni idea de qué va a pasar ahí", concluye.