Johan Salen, de windsurfista a dueño de la Vuelta al mundo
El socio de Richard Brisius en The Ocean Race repasa su trayectoria en el ecuador de la regata oceánica.
Johan Salen es uno de los dos propietarios, junto a Richard Brisius, de uno de los tres grandes iconos del mundo de la vela: The Ocean Race. Junto a la Copa América y los Juegos Olímpicos, la Vuelta al mundo por equipos y con escalas conforma la Triple Corona, un reto que ningún regatista de la historia ha logrado completar.
La presente edición de The Ocean Race era una de las mayores incógnitas de los 50 años de historia de la regata, que arrancó en 1973. Tras haber llevado el nombre de Whitbread primero y Volvo después, Salen y Brisius asumieron el reto de mantener el prestigio de una prueba en plena resaca del COVID y con una nueva flota en competición: los IMOCA foileadores.
"Esta edición es una transición, encima hemos tenido el COVID, que ha creado mucha turbulencia e incertidumbre para nosotros y para los equipos, pero tengo que decir que estamos muy muy contentos. Las escalas hasta ahora han sido muy buenas y la competición en el agua es genial, mucho mejor que alguna gente pensaba", reflexiona Salen en pleno ecuador de la Vuelta al mundo, con la flota inmersa en la cuarta etapa entre Itajaí y Newport.
Mientras Richard Brisius asume todo el protagonismo mediático del evento, Johan Salen se encuentra más cómodo manejando los números desde un segundo plano. "Mi parte es más el negocio y la economía y creo que Richard es más el comunicador y el visionario. Es una descripción muy simplificada, pero básicamente estos son nuestros roles".
Pero... ¿cómo acaba un windsurfista poseyendo una de las regatas más emblemáticas de la historia? "Bueno, yo empecé con el windsurf profesionalmente y llegué a ganar dos mundiales. De hecho cuando empezó el windsurf olímpico estuve a punto de competir, pero al final me decidí por otro tipo de tabla más rápida, la olímpica era muy aburrida. De hecho, hoy sigo navegando en IQFoil (la actual clase de los Juegos)", rememora Salen.
"Llegó un punto en que quise competir con un equipo y Roger Nilson me dio la oportunidad de navegar en The Card en la Whitbread de 1989/90. Richard Brisius también hizo esa edición a bordo de otro barco, era el único sueco que no estaba en The Card, y ahí nos conocimos", relata Salen al repasar su debut de la mano del legendario Nilson, que hizo siete veces la vuelta al Mundo.
Desde esa primera edición, Salen y Brisius no han abandonado The Ocean Race de una manera u otra, primero como competidores y posteriormente como gestores de equipos, donde lideraron varias campañas legendarias como la del Ericsson o la del Team SCA. Hasta que un día de 2017, cuando ya habían pasado página, les llegó una llamada de un alto cargo de Volvo.
"Yo estaba navegando con mi barco por el Pacífico cuando nos pidieron ayuda para gestionar la regata. Volvo había decidido dejar la propiedad del evento, ya que no se sentían muy cómodos teniendo que decidir cosas como la clase de barcos en las que se tenía que competir. Durante unos meses se buscó una empresa que quisiera quedarse con la regata pero fue un proceso muy complicado, podría escribir un libro sobre esos meses... Y al final, buscando una solución llegamos a un acuerdo con Volvo y aquí estamos...", describe con una sonrisa.
Pensando en el futuro, Johan Salen tiene muy claro que el matrimonio con los IMOCA tiene muchos visos de prolongarse. "Sí, parece que están muy contentos y de cara al futuro todos los equipos IMOCA más grandes que hay quieren participar en la próxima edición. Esta es una base muy buena y muy importante para nosotros, pero al mismo tiempo estamos trabajando para generar más equipos de más países. Lo que no parece viable es que haya otra nueva clase de barcos, al menos en un futuro cercano".
Mientras tanto, y en el agua, la llegada de la cuarta etapa a Newport está prevista para este miércoles 10 de mayo, y el 11th Hour Racing lidera la flota con cierta ventaja sobre el Team Maliza.