VELA

La resurrección de los míticos Clase J

Los veleros más espectaculares de la historia, que surgieron en 1903, renacen en las regatas de maxis.

Los Clase J Topaz y Svea navegan en la Ibiza JoySail.  /SALING ENERGY
Los Clase J Topaz y Svea navegan en la Ibiza JoySail. SALING ENERGY
Nacho Gómez

Nacho Gómez

Los inicios del siglo XX se caracterizaron por el boom de la vela de competición. En este escenario, y con la Copa América como campo de pruebas de todos los avances en el mundo de los veleros (tal y como sucede hoy en día casi siglo y medio después) surgieron los Clase J, la flota de veleros más impresionante que ha habido en la historia de la navegación a vela.

Estos míticos Clase J disputaron únicamente las tres ediciones de la Copa América celebradas entre 1930 y 1937, pero la enorme huella que dejaron sigue latente hoy en día. Lo más llamativo de sus características era su tamaño, ya que siguen siendo los veleros más grandes que nunca han competido en la lucha por la Jarra de las Cien Guineas, pero además de ello lo que les hace famosos es su incomparable belleza navegando.

En los inicios del siglo XX, varios armadores quisieron recuperarlos para la competición, y en estos momentos existen nueve ejemplares navegando por el planeta: tres originales de la época, Velsheda, Shamrock y Endeavour y seis réplicas que se han ido construyendo desde 2003: Ranger, Rainbow, Hanuman, Lionheart, Topaz y Svea.

Dos de ellos, el Topaz y el Svea han estado compitiendo esta semana en la Ibiza JoySail, una regata de maxis marcada por la espectacularidad de sus tamaños: aquí un 70 pies, que para el común de los mortales es un pepino, parece un velerito enano. Los Clase J tienen entre 125 y 135 pies de eslora, por lo que todo lo que llevan a bordo tiene unas dimensiones descomunales; los winches con los que se cazan y amollan las velas parecen ruedas de camión.

"La primera vez que te subes a un Clase J estás en shock. Claro, yo lo máximo en que había navegado era un 90 pies y todo lo que ves aquí es inimaginable. Pesa 150 toneladas. Una vez te acostumbras al tamaño es una pasada, la verdad. A bordo vamos 34, somos tantos que aún no me conozco la cara de todos...", relata a Relevo Simbad Quiroga, el último español que ha tenido el privilegio de enrolarse en una de estas cotizadas tripulaciones.

Simbad, hijo de una leyenda de la vela española como Quino Quiroga, que hizo dio la vuelta al Mundo a finales del siglo pasado, destaca lo espectacular que va a ser el Mundial de la clase en 2024. "Estamos todos trabajando para estar al máximo en Barcelona, se va a hacer el Mundial de Clase J como previa de la Copa América y va a ser la bomba", relata. Otro aliciente más para esperar como agua de mayo la batalla por la Jarra de las Cien Guineas en 2024.