El sueño de los Ruigómez: padre e hija comparten podio en la Reina
Carlos Ruigómez y su hija Martina, de 12 años, hacen historia en Valencia con el Mercedes Valdisa.

El pasado fin de semana el Real Club Náutico de Valencia acogió el Trofeo SM La Reina, la primera gran cita de la temporada veraniega de la vela de crucero en España, que se saldó con un éxito tremendo. Entre los 109 veleros que compitieron había una infinidad de historias humanas, pero hubo una que sobresalió sobre el resto: la protagonizada por un padre y una hija.
Carlos Ruigómez, más conocido en los pantalanes como Puro, navegó a bordo del Mercedes Benz Valdisa junto a su hija Martina, de 12 años, y consiguieron meterse en el podio en la clase más complicada y competitiva del Trofeo de la Reina, los ORC 0/1, donde están los veleros más grandes y los tripulantes con mejor palmarés de toda la flota.
El tema no tendría más historia si fuese una regata de aficionados, pero el nivel que ha existido en este Trofeo de la Reina le da al logro de los Ruigómez un cariz histórico. La Reina no es una pachanga, sino una regata en la que había regatistas de Copa América (como el propio Puro), olímpicos y vueltamundistas; es decir, lo mejorcito de la vela en nuestro país. Gonzalo Araujo, Luis Martínez Doreste, Pichu Torcida, Pablo y Marcos Iglesias, Toni Guiu, Toño Piris, Iñaki Castañer, Jaime Arbones... La lista sería interminable.

Al final, esta es la historia de uno de los grandes sueños de todos los padres del mundo: que nuestros hijos hereden nuestras pasiones. "Yo tengo tres hijas y mi mayor ilusión es que las guste el mar como a mí y que lo puedan disfrutar, que naveguen y se lo pasen bien. Luego ganar o perder regatas es secundario, pero que disfruten del mar es mi principal objetivo", relata Puro nada más bajar del escenario recoger con Martina y el resto de la tripulación el premio por su tercer puesto.
Nos sentamos en el centro del village que acoge a todos los regatistas una vez acaba la jornada. A Puro se le nota el brillo en los ojos cuando ve cómo Martina coge un taburete alto, se sienta a nuestro lado y se dispone a escuchar qué le querrá preguntar el periodista este que conoce a su padre. "A mí me gusta mucho navegar, lo único que el optimist no me gusta mucho porque es muy aburrido, pero en general me gusta mucho navegar y surfear", nos cuenta muy aplicada.
¿Y navegar con tu padre te gusta también o es diferente?. "Me gusta mucho navegar con él, también me gusta navegar con otra gente, pero cuando estoy con él me gusta ver cómo es en el barco. Es parecido a como es en tierra, en el barco se pone más nervioso porque todo es mucho más rápido, pero sí que es parecido. A bordo me enseña muchas cosas", relata Martina.
Puro no puede oculta el orgullo de padre. "No sé, es mi hija, qué voy a decir, la verdad que yo como padre y como regatista estoy muy contento con ella, siempre está atenta y la verdad que estoy muy sorprendido gratamente porque veo que le gusta y que lo lleva en la sangre y eso para mí es lo máximo, es no se puede pagar con dinero".
La siguiente cita que tienen ambos es la Copa del Rey de Palma, aunque en esta ocasión no navegarán juntos. Puro tiene un compromiso con un Swan 50, uno de los veleros más profesionales de la flota, y Martina repetirá presencia en el Dorsia Covirán junto a Natalia Vía Dufresne, donde debutó el año pasado con un segundo puesto. "Es una pena porque yo voy en un Swan 50 y ella navegará en el J80 del Dorsia, pero sí a mí me encantaría poder navegar otra vez con ella. Me gusta llevarla en un barco que haya buen ambiente y que haya buenos marineros, ahora en el Mercedes lo hemos pasado muy bien, Martina se ha integrado muy bien y estamos encantados".