VELA

El único deporte en que para llegar antes hay que recorrer más millas

La segunda etapa de The Ocean Race ya premia al grupo que apostó por una ruta más larga, pero con más viento.

Un regatista del GUYOT, castigado por Neptuno al pasar el Ecuador. /Charles Drapeau / GUYOT environnement - Team Europe
Un regatista del GUYOT, castigado por Neptuno al pasar el Ecuador. Charles Drapeau / GUYOT environnement - Team Europe
Nacho Gómez

Nacho Gómez

La vela tiene una curiosa peculiaridad y es que, en determinados contextos, para llegar antes a la meta que los rivales hay que elegir el camino más largo. La dependencia del viento hace que en ocasiones compense recorrer más millas buscando un viento más potente que haga que la ecuación distancia/tiempo sea menor. Y ese es exactamente el caso que estamos viendo en la segunda etapa de The Ocean Race, que lleva a la flota desde Cabo Verde hacia Ciudad del Cabo.

Para bajar desde el archipiélago caboverdiano hasta la capital de Sudáfrica hay que pasar por los famosos doldrums, una famosa zona de calmas en la que el viento se esfuma a la altura del Ecuador. Si un barco quiere navegar de forma directa hacia el sur, se tiene que comer estas calmas ecuatoriales por completo por lo que, aunque haga menos millas, va mucho más lento por la falta de viento. Esta apuesta ha sido la que ha hecho el GUYOT francés y que le dio buenos resultados hasta ayer.

Sin embargo, los otros cuatro IMOCAs de la flota eligieron navegar más hacia el oeste, completando una ruta más larga, pero con más viento. Han tenido que recorrer más millas que el GUYOT pero, al tener más viento, han bajado más rápido hacia el sur. Y el resultado ha fructificado la pasada madrugada, donde los cuatro occidentales han adelantado al equipo francoalemán.

En el último parte de posiciones, el líder era el Biotherm. seguido por 11th Hour, Holcim y Malizia, todos ellos compactados en una veinte millas, mientras que el GUYOT ya estaba a casi 50 millas por la popa. Tras sufrir los doldrums, ahora la flota se prepara para bajar a toda velocidad hacia Ciudad del Cabo, una zona donde los alisios permiten que los veleros alcancen unas velocidades de vértigo. La llegada de la etapa está prevista entre el 12 y el 13 de febrero.

Durante los últimos días además se ha vivido un ceremonial muy curioso. Toda la flota ha pasado por el Ecuador, lo que conlleva un peculiar ritual para aquellos navegantes que viven este paso por primera vez: la visita del rey Neptuno. Los veteranos del barco bautizan a los novatos con una experiencia que incluye cubrirlos con toda la porquería que llevan a bordo, como muestra la foto que ilustra este artículo. Dada la falta de viento en la zona, al menos pueden sacar una sonrisa mientras salen de las calmas.