Qué fue del Último Guerrero de la WWE
A principios de los 90, una generación de niños españoles quedaron fascinados por la irrupción del wrestling en nuestro país.

El wrestling es un espectáculo como pocos existen en el mundo. Se trata de una mezcla de teatro y habilidades físicas en la que el resultado está guionizado, pero los golpes son reales. Los límites entre realidad y ficción son difusos. Todo pensado para que el espectador suspenda su incredulidad y entre de lleno en un mundo de héroes y villanos que luchan entre tres cuerdas. Cuando la lucha libre irrumpió en España a principio de la década de los 90 fue un fenómeno instantáneo. Toda una generación de niños quedó pegada a la pantalla para presenciar lo que por aquel entonces Telecinco llamó pressing catch.
Ante ellos se presentaba una colección de personajes coloridos e hipermusculados que en seguida se hicieron un hueco en el imaginario popular. De aquella primera hornada que llegó a nuestro país, lo que en Estados Unidos se conoce la época dorada, dos luchadores captaron especialmente la atención del público español: Hulk Hogan y el Último Guerrero. El primero era el gran héroe del espectáculo. El estadounidense perfecto (The real American decía su música de entrada). El perenne campeón, que pedía a sus seguidores tomarse las vitaminas y rezar sus oraciones. Sin embargo, a su altura, los niños de los 90 colocaron al Último Guerrero, nombrado así por un fallo de traducción (Ultimate Warrior, el guerrero definitivo).
Quién fue el Último Guerrero de la WWE
En el gran esquema de la lucha libre, el Último Guerrero no posee el lugar destacado que sí tiene en nuestro país. Sus años de esplendor, eso sí, coincidieron con el primer boom del wrestling en España, motivo por el cual es un icono absoluto para toda una generación. Para contextualizar, Warrior, como sería conocido posteriormente, incluso se cambió el nombre legalmente para poder ser llamado así, permaneció en la WWE (entonces llamada WWF) de 1987 a 1992. Un lapso de tiempo en la que ganó el campeonato mundial de los pesos pesados en una ocasión y el campeonato intercontinental en dos. Justo la época que los españoles vimos por televisión, cuando la empresa le posicionaba como la próxima cara de la compañía.
De hecho, el Último Guerrero derrotó a Hulk Hogan en Wrestlemania VI (1990) por el título de la WWF. Sobre el papel, aquello iba a ser un cambio de guardia. El icono de los 80 perecía ante la nueva y pujante superestrella, llamada a marcar una nueva época. Los dos titanes se abrazaron en señal de respeto tras el combate. Sin embargo, el recorrido de Warrior no iba a ser tan longevo como cabría esperar. En total, mantuvo el cinturón de campeón durante 293 días. Concretamente, hasta el 19 de enero de 1991, cuando lo perdió contra el Sargento Slaughter en Royal Rumble.
Meses más tarde, tras su rivalidad con el Enterrador, una de las más recordadas de la época, en la que el Último Guerrero llegó a ser enterrado vivo para shock de los espectadores más jóvenes, Warrior mandó un ultimátum a la empresa. Pedía 550.000 dólares por participar en Wrestlemania VII o se quedaría en casa. Vince McMahon, propietario de la WWF, cedió en su momento. Sin embargo, se la guardó y, tras Summer Slam, le suspendió provisionalmente por sus amenazas. Ahí comenzó un litigio que se resolvería en 1992, con la salida del luchador, esta vez en un contexto de control del uso de esterorides por parte del Gobierno estadounidense en el wrestling.
El último combate del Último Guerrero fue en España
El Último Guerrero estuvo retirado aproximadamente de 1992 a 1996. Aquel año la WWE decidió repescarle, sin embargo la idea no funcionó. Su estilo de lucha, caracterizado por una gran energía en el ring pero sin una especial técnica o variedad de movimientos, había quedado desfasado. Las rivalidades que tuvo, además, no le ayudaron a ganar momentum con el público. La cosa terminó tan mal que en 2005 la WWE sacó un polémico DVD llamado La autodestrucción del Último Guerrero, en el que dejaba al luchador en muy mal lugar. Básicamente, el documental se fundamenta en opiniones negativas de sus coetáneos, tanto sobre sus capacidades como luchador, como de su profesionalidad e, incluso, a nivel personal.
Tras salir de la WWE, el Último Guerrero estuvo dos años en la WCW, la empresa de la competencia, y anunció su retirada en 1999. Sin embargo, ofreció un último combate en España en 2008. Se trató de un evento extraño, organizado por la empresa italiana Nu-Wrestling Evolution. La velada tuvo lugar en Badalona. Ante un público de 15.000 espectadores, Warrior derrotó a Orlando Jordan por el título de la empresa. Un cinturón que posteriormente dejaría vacante, ya que según declaró aquello se trataba de cosa de un día.
La muerte joven del Último Guerrero
Aquel regreso al ring en nuestro país fue la última pelea del Último Guerrero. El luchador, sin embargo, tras un pleito que perdió a causa del DVD, arreglaría la situación con la WWE. De hecho, en 2014 fue incluido en el Salón de la Fama de la empresa, que reconocía así su aportación a la lucha libre. Al día siguiente, hizo una aparición en Wrestlemania XXX y el posterior, lunes 7 de abril de 2014, se dirigía a los aficionados durante el programa Raw. Aquella sería su última aparición pública.
El 8 de abril de 2014 el Último Guerrero falleció con solo 54 años de edad. Según se publicó, el luchador se desplomó cuando se dirigía hacia su coche acompañado de su mujer. Pese a que fue trasladado al hospital, los servicios médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida. Según la autopsia, Warrior pereció a causa de un ataque al corazón. Como muchos luchadores coetáneos, se marchó mucho antes de tiempo. Aunque, en su caso, vio su legado reconocido.