Jaycee Carroll: "Me gustaría que el Real Madrid retirara mi camiseta"
La leyenda blanca se abre en un documental de Movistar+ sobre su nueva vida. Echa de menos la cancha, pero no se arrepiente de su decisión, según ha contado a los medios con motivo del estreno.

Si uno pregunta a un madridista por Jaycee Carroll, la respuesta irá en la línea de la siguiente: "Un jugador hipercarismático, que hizo historia anotando triples y se ganó a la gente en el Real Madrid". Por eso, no resulta extraño que a más de uno le gustase ver su dorsal número 20 colgado del WiZink Center. Bastan solo unos minutos de charla con él para darse cuenta de todo. O basta con ver el documental El método Carroll que ha hecho Movistar+, estrenado este jueves, para comprobarlo.
Que un deportista que ha hecho historia abra las puertas de su nueva vida e invite a entrar en su casa a las cámaras no es habitual. Pero así es Carroll, un jugador fuera de lo común que, como reconoció a Relevo y el resto de medios que pudieron hablar con él con motivo del estreno, le gustaría que el Real Madrid de baloncesto retirase su camiseta. "Si el Real Madrid lo hiciera, ojalá lo hiciera conmigo", confiesa. Aunque su humildad, cualidad que queda patente si uno ve el reportaje anteriormente citado, le hace ponerse "en lista de espera" en caso de que el club blanco tomase esa decisión.
"Sería otra razón para volver a España. Una cosa bonita aquí en EE.UU. es la retirada de la camiseta, como fue la de Pau Gasol, en la que Felipe Reyes también estuvo. Ir a los pabellones y ver las camisetas de los grandes jugadores que han pasado por el equipo es muy emotivo e impresionante, algo único", reconoce Carroll, que ya sabe lo que es tener su dorsal y nombre colgado en lo más alto de un pabellón.
"Lo bonito es que en una universidad mía de aquí se retiró mi camiseta hace un mes y, claro, estar ahí con otros cinco jugadores, porque sólo se le ha hecho a seis en la historia…", dice. Pero confiesa que le gustaría que, en caso de que el Real Madrid retirase camisetas, "ojalá que lo hicieran" con él… Aunque fuese el último: "Hay otros jugadores muy históricos, de los años 70, ahora Sergio Llull, Felipe Reyes, Rudy Fernández, ahora que ha vuelto el Chacho… Me gustaría, pero creo que estaría en la lista de espera detrás de estas leyendas". Y es que al igual que el madridismo le tiene a Carroll un cariño especial, él también se lo tiene al club, a la ciudad, a la afición y a España.

La realidad es que su salida del Real Madrid fue caótica. El qué pasa con Carroll se convirtió en un mantra que le hubiera gustado que no se crease. Más que nada porque, como reconoce, sintió que era una "distracción" del equipo, algo que habla por sí solo de sus sentimientos hacia el Real Madrid. "Me hubiera gustado salir del Real Madrid con menos indecisión. En el informe da un poco la sensación de que no había comunicación entre el Madrid y yo y sí estuvimos hablando como un mes, pero era por la presión, porque había mucha gente preguntando y me sentí mal, por la posición en la que estaba, por ejemplo, Pablo (Laso). Tras cada partido le preguntaban por mí y no quería ser una distracción para el equipo y pasó", mantiene. "Cuando llegó el momento de tomar la decisión definitiva es cuando llamé al Madrid y le dije que gracias por la paciencia y por esperarme, pero que no iba a volver".
La decisión no era fácil, pero no se arrepiente. Y ahí tuvo mucho que ver su familia, su mujer y su hija mayor Bella -a la que ahora entrena-, otras dos de las protagonistas de ese reportaje que a él tanto emocionó. Y es que al igual que su familia también tuvo que sacrificar sus sueños o metas por su profesión, sintió que era el momento de intercambiar los papeles y que fuese él quien lo hiciese por ellas. "A mí me emocionó mucho el ver las entrevistas de mi mujer y Bella. La decisión de dejar España, de no volver a Madrid, fue muy difícil y eso se ve en las caras de mi mujer y Bella en esas entrevistas. También me hizo sentir bien y que fue una decisión muy buena ir a Europa, jugar al baloncesto y tener esta época de nuestra vida. Ojalá que pudiéramos hacerlo por muchos años más, pero también como ha dicho mi mujer, ella también tiene muchas metas y cosas que quería conseguir en su vida. Ella tuvo la oportunidad de hacerlo y fue difícil dejarlo al lado otra vez", explica.

Entre animales, porque ahora se dedica a cuidar su rancho, además de ser asesor financiero de estrellas del mundo de la canasta como, por ejemplo, el propio Willy Hernangómez, Carroll tiene una vida plena. Al menos, así se demuestra en el reportaje y así lo reconoce Menchu de la Iglesia, de Movistar+, que tuvo la suerte de entrar "hasta la cocina" para grabar El método Carroll. Y aunque cuando le toca limpiar las cuadras -tiene caballos, ovejas, gallinas…- se acuerda de que todavía podía estar jugando, asume que "los viajes y los hoteles" para jugar en un sitio y otro ya se han acabado para él.
"Los últimos días he estado limpiando todo lo de los animales y en esos momentos pienso que podría estar jugando. Echo mucho de menos jugar partidos y a los compañeros, pero no tanto los viajes y los entrenamientos. Ojalá pudiera jugar la copa 20 años más o los playoff, pero lo demás, los hoteles y el estar viajando… Eso llegó a su punto final". Por eso, cuando se le pregunta si defender a Spanoulis, como le tocó en aquella famosa final de la Euroliga, es más fácil que lidiar con la nieve y los animales, tampoco resulta de extrañar su respuesta.
"¡Spanoulis! Aquí tengo esto más o menos controlado. Defender a Spanoulis era un gran reto para cualquiera y sobre todo en una final para ganar la Euroliga. Fue un reto enorme. Lo bueno es que no tuve mucha oportunidad de pensarlo porque la decisión fue antes del partido: Jaycee titular y a defender a Spanoulis y por lo menos en ese partido nos salió muy bien", confiesa, aunque por suerte para él, la defensa no era su único cometido.

Su figura como jugador se definía como un gran triplista o quien asumía las llamadas bolas calientes, esas que en el Real Madrid de hoy en día daría a "Llull o al Chacho. Esos jugadores han estado en los momentos importantes y eso da confianza. En mi primera final de Euroliga yo estaba nervioso pero tenía tantas ganas y confianza y quería tener el balón para tirar… Ellos ahora tienen eso, esa veteranía".
Ahora, a sus 39 años, desde su casa en Utah, donde la nieve tuvo que interrumpir justo esta conversación con los medios de comunicación -hasta tuvo que abandonar unos minutos la reunión para quitar la nieve acumulada en la antena que le daba red-, recuerda todo lo que vivió durante esos diez años. Como también se ve en lo que pronto será una pieza documental para el recuerdo de aquellos que lo vieron jugar. Y no duda en encumbrar el nombre de quienes estuvieron y algunos están (todavía) en ese Madrid casi "dividido" al que llegó en su día, pero esa familia que acabó siendo cuando se fue.

"Pablo (Laso) tuvo mucho que ver con esto, nos dio papeles y un rol dentro del equipo. También creo que yo tenía la capacidad de hablar y compartir con la gente en español y en inglés y fui parte pequeña de eso, pero pudimos empezar a hacer más equipo. Luego Felipe Reyes, Sergio Lull, Rudy Fernández, Chacho… Este grupo de españoles y nacionales que han hecho tanta historia en España tenían un papel muy grande. Empezaron a invitarnos a cenas de equipo, hicimos un chat de whatsapp para hacer tonterías e hicimos amistades y eso salió del vestuario a nuestras casas e hizo que pudiera haber compañerismo en pista y que jugásemos de una manera muy alegre", explica.
Entonces entendieron una premisa clave: "En el Real Madrid la cosa más importante era ganar títulos. Si no los ganas, la gente te va a olvidar. Y con suerte y con trabajo, en los diez años que yo estuve, ganamos muchos". En un Real Madrid al que le gustaría volver… para despedirse. "Les dije que me gustaría volver para despedirme, no para tener un homenaje, pero sí para decir gracias a todos: a Florentino, a Juan Carlos Sánchez, a Pablo… Darles las gracias por la oportunidad. A la afición, a la ciudad de Madrid, por recibirnos con tanto cariño y gracias a España por una experiencia de vida inolvidable". Quizá, con una retirada de camiseta, como él reconoce, sería una buena forma para ello.