El momento más emotivo en 30 años al frente de la Biblia del basket: "Le regalé la última entrevista de Fernando Martín a su hijo Jan, él no recordaba bien su voz"
Paco Torres repasa con Relevo anécdotas con jugadores a la hora de fabricar portadas y reportajes que marcan la historia del baloncesto en España.

Esta semana la revista Gigantes del Basket ha sido la gran protagonista en el ecosistema del baloncesto nacional. Como lleva siendo desde su primera aparición en los quioscos en 1985. La publicación pronto se convirtió en la gran referencia periodística para los amantes del deporte de la canasta y hoy, cuando está a punto de cumplir 40 años, sigue ostentando esa categoría.
No en vano, por sus páginas y sus portadas han pasado los nombres más importantes de la escena nacional e internacional. De hecho, como se encarga de señalar Paco Torres, no recuerdan ningún personaje que en todo este tiempo les haya dicho que no. En esta segunda parte de la entrevista con el que fuera director de Gigantes durante más de 25 años, el periodista revive anécdotas con jugadores, entrenadores y las más de 1.550 portadas que la revista lleva en sus espaldas.
Una publicación que ya en su tercer número llevó en su portada a Michael Jordan.
La entrevista con Jordan se hizo en la cancha de entrenamiento de los Bulls y con Jordan posando con su camiseta. Ese fue el inicio de Gigantes.
Antes viajabas a Estados Unidos y aprovechabas para venir con cuatro o cinco entrevistas bajo el brazo. Ahora se ha perdido un poco ese romanticismo, ¿no?.
Aquello era un mundo absolutamente nuevo y también había mucha más facilidad. Me refiero a que, por ejemplo, los periodistas viajábamos con el Real Madrid o con el Barcelona a los partidos de la Copa de Europa. Los redactores de Marca, de la Ser, de Antena 3, de Mundo Deportivo, Sport... Todos viajaban con los respectivos equipos. Entonces era muy cercana la relación con jugadores y con entrenadores.
Eso en Europa. En cuanto a la NBA, era un mundo que en ese momento se quería expandir por todo el universo. Entonces, el que hubiera una revista española y que te atendieran para ellos también era positivo. Supieron ver que era una puerta. De hecho, en el número tres o cuatro teníamos una entrevista con David Stern [entonces comisionado de la NBA] en los despachos de la Quinta Avenida y para la foto posaron todos los directivos de la NBA. Ellos también tenían una visión de expansión.
Los jugadores estaban muy acostumbrados a tratar con la prensa todos los días, pero eran preguntas del día a día, de un partido específico. Entonces claro, supieron interpretar nuestro deseo de preguntarles por sus orígenes, por su trayectoria en el instituto incluso, porque era algo que a ellos les sonaba muy raro, que fuéramos a preguntar por sus inicios, por ejemplo.
Ese romanticismo sí se ha perdido. Está claro que ahora mismo pues para conseguir una entrevista con un jugador ya no es tan fácil.
Eso es cierto.
Yo admiro vuestro trabajo. Antes ibas en un avión y viajabas con ellos. Tengo mil anécdotas, pero recuerdo una cuando el Madrid ganó la Recopa al Snaidero de Caserta en Atenas. Yo venía en la parte de atrás hablando con Fernando Martín. Nos fumamos un paquete de '3 Carabelas', que es lo que yo fumaba, y fuimos charlando. Al día siguiente saqué el titular de 'Los 62 puntos de Petrovic levantan ampollas entre sus compañeros'. Contabas la trastienda del partido. No sólo el encuentro, sino todo lo que sucedía a su alrededor, como la bronca que hubo entre Petrovic y Fernando Martín. Trasladabas otras cosas.
No sé si es romanticismo o cómo llamarlo, pero sí que tenías, digamos, información de primera mano. Yo tenía los teléfonos de todos los jugadores y todos los entrenadores y podías acceder a ellos de primera mano llamándoles por teléfono, No había que pasar tanto filtros como imagino que hay ahora.
¿Cuál es la portada que más recuerdas de Gigantes?
Además de la del número 1 con Fernando Martín y Greg Wiltjer, tengo un especial cariño cuando contamos el oro del Mundial de 2006, que fue espectacular y sublime para nuestro baloncesto. Luego hubo una a la que le tengo un gran cariño, es la del All Star del 88 en Chicago, con el duelo entre Jordan y Wilkins. Tuvimos que hacer una segunda edición. Eso de ver en una portada segunda edición da mucha alegría.
También la de los chicos de oro, que les vestimos de buscadores de oro en su momento. Entonces se podían hacer esas cosas. Nosotros pudimos vestir de buscadores de oro y de disfrazar a los juniors de oro antes de ir al Mundial. Había una gran cercanía.
Luego una entrevista que le hice a Jan Martín, el hijo de Fernando. Después de la entrevista le regalé la cinta que tenía de la última entrevista que le hice a su padre, el 9 de noviembre del 89, que le hice una entrevista en la Ciudad Deportiva de Madrid y el día 3 de diciembre falleció. Le regalé la cinta porque él no recordaba la voz de su padre.

Esa portada del 4 de diciembre, tras el fallecimiento de Fernando, entiendo que es la que más costó.
Complicadísima, la más dura. Es la portada que nunca hubieras querido hacer. Además, de la forma en que se produce, cómo se produce, justo antes de la jornada de liga, con su equipo jugando en casa… Aquella noche pues tiras hacia delante porque tienes que tirar. Yo recuerdo haber ido a El País a por la foto que había hecho Raúl Cancio, que nos la cedieron, y pasar por el mismo sitio donde había sido el accidente. Fue durísimo, ya no solo en el plano personal, que también. Pero profesionalmente meterte ese palizón emocional y sabiendo que tienes que salir al quiosco. Luego lo ves a posteriori y te destroza otra vez.
Cómo fuimos capaces de articular todo esto, de hablar, de preguntar, de coger todas las fotos, porque tenía que ir buscando foto por foto todas sus imágenes para recordar. Yo cuando hice el número 1000 dije que no me hubiera importado que fuera el 999. Ojalá esa portada no hubiera existido.
Éramos profesionales y había que sacarla adelante, pero nunca estás preparado para hacer ese tipo de ese tipo de trabajos en el mundo del baloncesto. En el mundo deportivo parece que no casa la muerte de un deportista de 25 o 26 años. Mentalmente, tú estás preparado para contar los partidos, pero no para hacer necrológicas.
"Ojalá esa portada no hubiera existido. En el mundo del deporte parece que no casa la muerte de un deportista de 26 años"
¿Qué personaje de todos los que han salido en Gigantes te hizo más ilusión que apareciera en Gigantes?
Con la vista atrás, conseguir a Jordan en el número 3 es increíble. Tu lo ves ahora y piensas, ¿qué jugador ahora posaría así para portada con su camiseta? O a David Robinson, que le hicimos una foto con una camiseta con el 11 para el número 11…
Yo, aparte de las que hice con Fernando porque queda con el poso de que es alguien que ya no está y es quizás el personaje que más me ha perdurado en la memoria. Y después hacerle una entrevista a su hijo Jan fue la mayor recompensa posterior, que era un tío con la cabeza muy bien amueblada, pues fue muy interesante.

¿Y el reportaje que más ha costado sacar adelante?
Ninguno. Nadie se ha negado jamás a salir en Gigantes. Yo estoy ahora recordando portadas y me acuerdo de cómo sacamos a Bodiroga y a Mijatovic en la portada de Gigantes. Mijatovic con un balón de baloncesto y Bodiroga con un balón de fútbol. Y era posando en el estudio, no era un 'aquí te pillo, aquí te mato'. En las que he estado personalmente jamás nadie nos ha dicho que no a una entrevista. A ver, yo siempre bromeo con Iturriaga porque en su época de jugador era un poco huraño con los periodistas. Pero al final siempre ha dado la entrevista.
Pero alguno habrá que recuerdes.
Quien sí nos costó mucho fue Sabonis. Sobre todo, una que le hicimos cuando jugaba en Valladolid, con una idea que teníamos Juan Carlos Hidalgo y yo. Queríamos hacer una foto para una sección que se llamaba 'El Personaje' y él iba a inaugurar. Queríamos que fuera icónica, en una bocana del pabellón Pisuerga con él en traje, sosteniendo una bola del mundo con un dedo. Llegamos a Valladolid, a su casa, le dijimos la idea que teníamos y nos dijo que no, que ni de coña se ponía el único traje que tenía, que era el de su boda. Al final dijo que sí, pero que había que hacerlo en su casa, pero no había ningún sitio donde pudiéramos hacer esa foto. Luego dijo que sí, pero que zapatos no se ponía, que tenía que ser en zapatillas. Al final accedió.
Sabonis siempre te decía de entrada que no, pero al final acababa haciéndolo. Con él también tengo otra anécdota. Me concedió una entrevista en su primer año retirado, en Málaga, cuando había dicho a todos los medios que no. "Cómo no voy a dar un entrevista a Gigantes si mis hijos han seguido leyendo en español en Estados Unidos gracias a Gigantes", me decía. Bueno, eso y el kilo de ibéricos que le llevábamos a Portland. Nos la jugábamos siempre en la aduana. [Risas]
"Busca tú en Barcelona una camiseta del Real Madrid. Al final conseguimos una bufanda y Petrovic posó con ella en un palacete de Barcelona"
¿Y Petrovic?
Yo a Petrovic nunca le entrevisté, pero tenemos otra portada famosa. La portada que Petrovic iba a firmar por el Barcelona. Ya estaba volando. Aíto dice que no le quiere porque no le gusta que un jugador acapare tanto. Entonces se lo ofrecen a Ramón Mendoza y dice que sí. Yo llamé a Miguel Panadés y le dije: "Va Petrovic para allá, pero no va a firmar por el Barça. Al final firma por el Madrid". Entonces, busca tú en Barcelona una camiseta del Real Madrid. Al final conseguimos una bufanda y él posó en un palacete de Barcelona. Luego aquí le hicimos otra en una bolera en Chamartín a su llegada a Madrid…
Hemos hecho muchas cosas, como por ejemplo subir a Shaquille O'Neal a un cochecito infantil…
En La Vaguada, ¿no?
Sí, sí. Metimos a Shaquille en un cochecito. A un tío de la NBA, que pesaba 20.000 kilos y lo logramos. Por eso te decía, que no recordaba a nadie que nos haya dicho que no.