La selección española vive la fiesta más larga del mundo

Las fiestas se sabe cuando empiezan, pero no cuando acaban. Y esta del baloncesto español parece no tener fin. La dulce resaca que dejó la copa del Europeo aún permanece en el paladar de una selección que no está por la labor de perder el regusto a victoria. Aunque siempre habrá alguien que quiera amargar el trago. En este caso fueron Países Bajos, que durante tres cuartos quisieron convertirse en protagonistas, pero que terminaron sucumbiendo (84-72) ante el fondo de armario del equipo de Scariolo.

El conjunto nacional tiró de funcionalidad y de baloncesto coral para celebrar en Huelva, donde jugaba por primera vez la selección, un nuevo éxito de este equipo. Con dos 'veteranos' como Yusta, Saiz y Jaime Fernández como estiletes ofensivos, la muchachada dirigida por el técnico italiano sufrió para entrar en el encuentro, pero al ritmo que marcaban sus bases y su defensa supieron cortar la vía de agua que se había abierto con los triples 'tulipanes'. Fue la forma de despegar y asegurar su séptima victoria en las Ventanas. Un triunfo que certificaba el pase al Mundial y que pone a España a un paso del primer peldaño del baloncesto mundial.

Mola ver a Jaime Fernández. Y mucho. El madrileño es de esos jugadores diferentes que no entra en ninguna casilla y por eso entra tan bien por los ojos. Cuando está entonado es un jugador eléctrico que se atreve con todo. Y ahora mismo vive uno de esos momentos. Lo aprovechó ante Italia, donde fue uno de los bastiones de España, y volvió a mostrar su clase ante Países Bajos (cómo me cuesta no decir Holanda, por dios) cuando su equipo más lo necesitaba. Con velocidad y con descaro a la hora de atacar la canasta rival. Un producto de las Ventanas que no ha desaprovechado sus oportunidades.

A pesar de sus 25 llevamos toda la vida escuchando su nombre. Un jugador que destacó en categorías inferiores, que estaba llamado a hacer puerta grande en esa siempre complicada plaza que es el Real Madrid y al que las lesiones apartaron de una faena mayor con la casaca blanca. Sin embargo, el gallego es un ejemplo de trabajo y tesón en ambos lados de la cancha como hizo ante el combinado 'oranje'. Scariolo miraba al banquillo y sabía dónde encontrarle para que saliera a cancha a apagar incendios.

"Juan, qué bien te veo". Al final, y como siempre, Scariolo iba a tener razón cuando decidió volver a llamar a Alberto Díaz y te dejó fuera del Eurobasket. No era tu torneo. Todavía no. Esa presión de ser segundo base de un equipo como España podía ser demasiado para ti y Sergio, viejo zorro donde los haya, decidió guardarte para más adelante y te ha demostrado que sigue teniendo plena confianza en ti con minutos en esta nueva Ventana. Con la experiencia que te está dando tu aventura alemana y la pausa que quieren tener contigo en la FEB, a sabiendas de lo que puedes llegar a ser en el futuro, se te ve mucho más tranquilo y con más tablas para seguir creciendo con un equipo que no tardará en ser tuyo.

Sergio Scariolo no entiende de fiestas ni de celebraciones. Lo suyo es el baloncesto y lo vive con intensidad mayúscula sin importar la magnitud de la cita. Da igual que sea una final de Eurobasket, la prórroga en las semis de un Mundial o un choque sin aparentemente nada en juego. Aunque en realidad sí lo había y era la posibilidad de alcanzar el número 1 del ranking FIBA. Eso bien valen las protestas a los árbitros del técnico italiano cuando entendió que una falta de Parra no debía ser de tiro. La baja intensidad no existe para él y ese es uno de los secretos de su éxito.

Los festivales musicales siempre guardan invitados sorpresa que aumentan todavía más el caché del cartel. Lo mismo pasa con esta España. Siempre se guarda algo bajo el sombrero. En este caso era la aparición de Eric Vila y Pep Busquets. Los últimos productos de la factoría de las Ventanas. Dos jugadores que se estrenaron con la camiseta de España y que amplían la nómina de futuribles para que Scariolo tenga fondo de armario donde elegir mientras dure este conflicto absurdo entre FIBA y Euroliga y que mengua el número de jugadores seleccionables.