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Yo jugué con Domantas Sabonis: "No nos las vamos a dar de listos diciendo que veíamos el potencial NBA. Para nada"

Compañeros y entrenadores recuerdan la figura de 'Domi', el niño de Torremolinos que creció a la sombra de su padre y que hoy supera sus números en la mejor liga del mundo.

Domantas Sabonis, en el centro, con sus hermanos Zigimantas y Tautvidas./Efe
Domantas Sabonis, en el centro, con sus hermanos Zigimantas y Tautvidas. Efe
Guillermo García

Guillermo García

Pocos nombres suenan menos malagueños que Domantas Sabonis. De hecho su ADN y su pasaporte dicen que es lituano. Sin embargo, si uno le escucha hablar cualquiera podría pensar que ha nacido en El Palo. Y no iría desencaminado. Domantas nació en Portland, cuando su padre apuraba sus últimos años de carrera en la NBA, pero se crió en Torremolinos, donde la familia Sabonis pasaba los veranos y el lugar que eligió para criar a sus hijos.

En la turística ciudad de la Costa del Sol 'Domi' creció jugando al baloncesto con sus hermanos mayores Tautvydas y Zygimantas. Siempre bajo la atenta mirada de su padre Arvydas, gran estrella del baloncesto durante los 80, 90 y primeros 2000. En un principio sólo era un juego siguiendo los pasos de su famoso progenitor, una forma de pasar el tiempo sin que nada hacía presagiar lo que estaba por llegar.

Hoy Domantas es una estrella de la NBA y uno de los grandes del baloncesto a nivel global. Tres veces seleccionado para participar en el All Star de la NBA, líder de un equipo de playoffs como los Sacramento Kings, integrante del tercer mejor quinteto de la NBA en 2023 y máximo reboteador de la competición esa misma temporada. Un ejemplo de regularidad que ha hecho historia en la mejor liga del mundo al firmar un doble-doble durante 54 partidos consecutivos. Una cifra nunca antes vista en la liga estadounidense y que le ha llevado a hacer historia de la competición.

Sabonis, junto a sus hijos. Efe
Sabonis, junto a sus hijos. Efe

Una historia que comenzó en Los Guindos, en la cantera de Unicaja, donde coincidió con Alberto Díaz, que recuerda para Relevo aquellos años en los que compartieron vestuario. "Era un chico fantástico", apunta el capitán del equipo malagueño. "Era un junior, que en ese momento era un poco más introvertido, pero sí es cierto de que se veía la calidad que tenía. Y no solo como deportista, sino como persona, el ser humano que era, tan noble y tan dispuesto siempre a ayudar al equipo, a hacer lo que fuera por el equipo. Era una persona fantástica".

Ese juego para el equipo, sumado a sus características físicas, fue lo que llamó la atención de Joan Plaza, que ayer estaba en Sacramento viendo a Domantas batir un récord de Chamberlain y que en su primera temporada como inquilino del banquillo del Carpena, abrió las puertas del primer equipo de Unicaja al joven Domantas con sólo 17 años. "Yo intentaba ir cada fin de semana a ver los equipos en etapa de formación y ahí, sin destacar mucho, ya me llamó la atención su sobriedad y manera de jugar. Por lo que propuse al club incorporarlo paulatinamente en el equipo profesional ACB".

Domantas Sabonis y Joan Plaza en su primera temporada en ACB. Joan Plaza
Domantas Sabonis y Joan Plaza en su primera temporada en ACB. Joan Plaza

Junto a Joan Plaza estaba su inseparable segundo Antonio Herrera, que recuerda a un joven Domantas al "que no podíamos comparar ni por altura ni por físico con su padre. Pero eso no le afectaba negativamente. Su apellido nunca supuso presión para él. Eran jugadores totalmente diferentes. Él tenía una visión de juego y una intensidad brutal en todas las acciones que hacía", recuerda Herrera sobre un Sabonis cuya ética de trabajo se convirtió en una de sus principales virtudes. "Tenía un tiro no muy eficiente, pero él se preocupaba de trabajar cada día para mejorarlo".

En aquel Unicaja, Sabonis compartió vestuario con nombres como Jayson Granger, Nick Caner-Medley o Sergi Vidal. El escolta de Badalona era uno de los veteranos de aquel equipo al que sorprendió la incorporación de Sabonis. "Hacía gracia escucharle hablar", recuerda entre risas el internacional español. "Era Domi, el hijo de Sabonis. Estaba con su hermano Tuti. Sabías quiénes eran, que eran hijos de una gran estrella, pero tenías la sensación que realmente son más malagueños que lituanos. Al principio chocaba".

Del mismo modo, impactaba para todas las voces consultadas para este reportaje, la humildad de Domantas, un jugador que en la cancha nunca usaba el apellido Sabonis. "Para nosotros de hecho era Domi", recuerda Vidal. "Evidentemente, él tiene ese apellido y su padre es quien es, pero con esa humildad, con esa manera de ser, nadie pensaba que estuviera ahí por ser el hijo de Arvydas Sabonis. No, realmente él se lo ganó. No era para nadie el hijo de, sino era Domi, un chico con muchísimo potencial y con ganas de hacerlo bien".

"Evidentemente, él tiene ese apellido y su padre es quien es, pero con esa humildad, con esa manera de ser, nadie pensaba que estuviera ahí por ser el hijo de Arvydas"

Sergi Vidal

"Era un trabajador incansable y con una humildad y ganas de aprender como es difícil de encontrar. Su evolución solo la frenaba su timidez y exceso de respeto hacia los consolidados y más poderosos, físicamente, profesionales con los que entrenaba. Debía pedirle que cuando jugara, se soltara y se divirtiera como si estuviera jugando en el parque y a fe que sigue haciéndolo hoy en día", señala Plaza, que recuerda una anécdota para reflejar la humildad del hoy jugador de los Kings.

"Debía pedirle que cuando jugara, se soltara y se divirtiera como si estuviera jugando en el parque"

Joan Plaza

"Siempre mantuvo su sonrisa, paciencia y buena predisposición a trabajar y doblar entrenos para su mejoría. Fue ganando protagonismo, hasta el punto de ser titular en el PlayOff de semifinales contra el FC.Barcelona y recuerdo que al decir quien empezaba el partido en el vestuario, se puso la mano en el pecho como corroborandolo con un: "Yo?".

Ese chico trabajador y callado, criado en Málaga, es hoy una estrella en la mejor liga del mundo. Sin embargo, en aquella etapa en Unicaja, apenas se podía vislumbrar lo que podía llegar a ser. "Con 16,17 años no creo que nadie pudiese aventurar que aquel chico, fíjate lo que te digo, terminase ganándose un puesto en el primer equipo de Unicaja, que estaba peleando por la Euroliga y la ACB. Para nada. ¿Cómo podíamos imaginar eso? No nos la vamos a dar de listos diciendo que sí, que veíamos el potencial NBA. Para nada", reconoce sin tapujos Antonio Herrera a la hora de recordar al Sabonis jugador.

El Domantas más juvenil, el que se crió en Torremolinos, era un joven normal, tímido y que pasaba el tiempo con sus hermanos y sus compañeros, como recuerda Díaz. "Pasamos muchos viajes en autobús, viendo películas, viendo series, jugando. Yo me quedo con las risas con él y su hermano, porque muchas veces compartíamos vestuario con el hermano, y nos lo pasamos muy bien". Eso es todo lo que quería ese chico, divertirse en una cancha. Hoy ha conseguido algo más. Y siempre sin perder su sentido del trabajo y ese acento malagueño tan característicos en él.