La frustración de Luka Doncic ante la autodestrucción de los Mavs: "Solía divertirme y sonreír en la cancha"

El pasado mes de febrero los Dallas Mavericks se convertían en aspirantes a todo con la llegada de Kyrie Irving. Un jugador tan polémico como genial que daba un salto de calidad al equipo tejano en su búsqueda por subir al siguiente escalón de la Conferencia Oeste y confirmarse como uno de los mejores equipos en la NBA. O por lo menos en uno capaz de competir con las grandes fuerzas del Oeste por un puesto en la final de conferencia.

Por nombre, la pareja Doncic-Irving no sonaba mal sobre el papel. Y la experiencia comenzó por el buen camino. Los dos primeros partidos del base se saldaron con victoria para los Mavericks, aunque en ambos partidos Doncic estaba fuera por lesión. Fue la vuelta del esloveno la que dio comienzo a un camino irregular (nueve derrotas en los últimos 13 partidos) que ha terminado por convertir al vestuario de los Mavs en un polvorín.

De hecho, el equipo de Dallas ha explotado por los aires tras la sorprendente derrota cosechada ante los Hornets, equipo ya eliminado de cualquier contienda esta temporada y que pasó por encima de los Mavericks a pesar de no contar con tres de sus jugadores titulares. Un tropiezo que ha sacado a los tejanos de los 10 primeros puestos de la Conferencia Oeste (eran cuartos en el primer partido de Irving) y que les deja fuera ahora mismo de los puestos del 'play-in'.

"Se supone que tenemos que luchar y jugar duro cada noche. Y eso tiene que comenzar conmigo. Tengo que ser el líder de este equipo y jugar mejor. Eso es todo. Tenemos que mostrar que nos preocupa todo esto", apuntaba Doncic en la rueda de prensa posterior a la derrota ante Charlotte. "A veces no siento que sea yo, sólo estoy ahí. Yo solía divertirme, sonreía en la cancha, pero ahora está siendo frustrante por muchas razones, no sólo por el baloncesto".

Las palabras del exjugador del Real Madrid han caído como una bomba en el entorno de los Mavericks. Un equipo que no sólo se llevó la derrota ante los Hornets. También tuvo que escuchar los abucheos de su afición durante el encuentro. Una muestra del malestar del público que provocó una reacción en cadena en la sala de prensa.

Primero fue el técnico, Jason Kidd, que dio la razón al pública de Dallas al enfadarse con el juego de su equipo. "Probablemente deberían habernos abucheado desde el primer cuarto. Nuestro esfuerzo fue horrible. Una mierda. Nuestro interés por el partido no era demasiado alto. Fue decepcionante".

Lo mejor estaba por llegar y fue la presencia de Kyrie Irving ante los medios de comunicación. El jugador de los Mavs no se mordió la lengua y consideró irrelevante la opinión de los aficionados tejanos, a los que incluso desafió a bajar a la cancha y cambiar sus posiciones.

"¿Y? ¿Y qué pasa con los abucheos? Es lo que pienso. He estado en Nueva York y sé lo que es eso. Obviamente quieres jugar bien, pero sólo hay cinco personas en la cancha que puedan jugar para los Dallas Mavericks. Si los fans quieren intercambiar posiciones, entonces, adelante. Lleva años de trabajo poder estar a este nivel. Nuestro foco no debe estar en los abucheos, tiene que estar en nuestro juego y en estar ahí para el resto", sentenciaba el controvertido base de los Mavs.

Perder ante el todavía equipo de Michael Jordan ha sacado a la luz los problemas de unos Mavs que tienen ocho partidos por delante para revertir la situación e intentar dar caza primero a los Thunder, con los que están empatados, pero que tienen mejor average que Dallas, y posteriormente a los Warriors, que ocupan la última plaza directa de playoffs y que superan a los tejanos en dos partidos.