'Sólo' Luka Doncic es capaz de bajar a Florentino Pérez del palco

La presencia de Luka Doncic no era un evento más para el madridismo. Era la vuelta del hijo pródigo. Una estrella NBA que es algo más que un ex de la Casa Blanca. Doncic rezuma madridismo por los cuatro costados y presume de escudo siempre que puede. Y por ello la afición blanca quiso agasajarle en su vuelta al pabellón que tantos aplausos le dio cuando vestía su camiseta.

La mejor prueba de lo que significa el jugador de los Mavericks para el Real Madrid es el propio presidente de la entidad blanca. Florentino Pérez, habitual en el palco del Real Madrid en los partidos grandes de la entidad, cambió su asiento en el WiZink y 'bajó al barro' para sentarse en primera fila en un emplazamiento en el que apenas se le ve cuando recibe la visita de Giorgio Armani con el EA7 Milán.

Florentino ejerció de anfitrión y fue el encargado de dar la bienvenida a las autoridades presentes en el partido. Ahí estaban Víctor Francos, presidente del CSD, Dejan Bodiroga, presidente de la Euroliga, y Jorge Garbajosa, presidente de FIBA Europa, enemigos ya no tan irreconciliables. Pero por si acaso, entre medias se sentó Antonio Martín, leyenda del madridismo y presidente de la ACB.

Quien no se sentó en el improvisado palco de autoridades fue el dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban. El millonario de Ohio acostumbra a sentarse justo al lado del banquillo para vivir el partido y estar cerca de la acción. Y en Madrid cumplió con la tradición y no con el protocolo. Se colocó justo al lado de sus chicos y no perdió la oportunidad de animar como un hincha más. Incluso protestó alguna decisión arbitral.

La presencia del baloncesto no se limitó a las autoridades. El Madrid quería convertir la jornada en una noche especial y no dejó escapar ni un detalle. Así, llamó a la vieja guardia y por las tablas del Palacio de los Deportes aparecieron Felipe Reyes, Jonas Maciulis, Nole Velickovic, Anthony Randolph y Trey Thompkins para recordar la Euroliga conquistada por Doncic en 2018. Puro chute de madridismo.

En esa dosis de vitamina blanca no podía faltar la representación del equipo de fútbol. Sobre todo de los más aficionados a la NBA. Faltaba Vinicius, convocado con Brasil como el resto de internacionales. Pero en las gradas del WiZink estaban Thibaut Courtois, Toni Kross y Lucas Vázquez para representar al equipo de fútbol.

El deporte no era el único ámbito de la vida social presente en las gradas. También estaba la música con Quique González como representante. Y el mundo del cine con Helsinki (Darko Peric) al lado de la Casa de la Moneda en la calle anexa, y Blanca Suárez, que tiñó de glamour un partido de estrellas en el que una brilló por encima del resto… aunque apenas pudo resplandecer en pista.