Este Atleti sí vale para estar en cuartos… y para ser más que cuarto

Ardía el Metropolitano en la previa del choque como respuesta a un órdago de Simeone. ¿Cómo iba a responder la caldera rojiblanca? La duda era más retórica que real. Sin embargo, otra cuestión sí que admite respuestas. O al menos la búsqueda de las mismas. La pregunta no es otra que intentar descifrar el discurso y el libreto del técnico argentino. Porque viendo el partido ante el Inter uno se puede rebanar los sesos intentando averiguar por qué hoy sí y otros días no.
El Atleti la tuvo en botas de Rodrigo Riquelme, la tuvo en la pierna de Depay y tuvo, tuvo y tuvo ocasiones como para no tener que recurrir a la prórroga. Simeone, acuciado por la necesidad de remontar, fue valiente en su planteamiento. Y de nuevo la duda se instalaba en la grada: ¿Por qué sólo juega el equipo así cuando tiene que remar en contra? ¿Por qué no se puede hacer así en casi todos los duelos? No pongo todos porque los equipos tienen altibajos y hasta los rojiblancos tienen derecho a fallar.
El problema es que esos errores han llegado en momentos clave de la temporada. Partidos en los que el equipo no jugaba a nada. Especialmente fuera de casa, donde se ha visto una versión muy timorata de un Atleti que ante el Inter ha demostrado que si quiere, puede jugar un fútbol diferente, ofensivo, mandando en el choque y sin conformarse con lo que había conseguido. Es como si por una vez el cuarto puesto que es el gran objetivo de Simeone y los suyos no fuese suficiente. Y es que hay veces que no lo es.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 13, 2024
Simeone fue valiente. Ni siquiera el gol neroazzurri le hizo cambiar. Esta vez no. Mantuvo la verticalidad y el juego rojiblanco fluyó hasta llegar con asiduidad a la portería de Sommer. Los colchoneros desarticularon a un Inter que llegaba como coco y que se fue como un equipo que no demostró ser mejor que los rojiblancos. En ningún momento. Los madrileños desarticularon las mejores armas rivales e incluso se atrevieron a atacar la que parecía una defensa inexpugnable hasta ayer. Hasta que se encontró con esta versión del Atleti. El equipo desarticuló a un Inter que llegaba casi perfecto y para redondear la noche, el héroe iba a ser Oblak, que se lo merece para quitarse el sambenito.
El Atleti jugó como un grande y devolvió el run rún al Metropolitano sobre el juego que puede desplegar este equipo y el que normalmente hace. ¿Por qué en estas ocasiones sí y en partidos más sencillos no? La respuesta está en el discurso de Simeone. Una homilía tan indescifrable para el público como interminable en cuanto a éxitos para un Atleti que sigue vivo en Champions y que sigue cuarto en Liga. Su verdadero objetivo, aunque a veces cambiar el plan, como hizo el Cholo en la segunda mitad, puede salir bien. Sobre todo si tienes futbolistas. Y este Atleti los tiene.