Eduardo Camavinga, el lateral escondido del Real Madrid
Desde la lesión de Mendy, el francés ha ejercido como lateral titular de los blancos, dando un notable rendimiento.

Eduardo Camavinga ha hecho olvidar a la velocidad de la luz una de las lesiones más sensibles que el Real Madrid pueda sufrir. La baja de Ferland Mendy, pieza angular del proyecto en los últimos cursos, no ha tenido el impacto esperado por una decisión de emergencia, fruto de la configuración de la plantilla, que ahora parece tener todo el sentido del mundo. Camavinga está jugando sus mejores partidos en el equipo blanco en una posición ajena, extraña, pero que paradójicamente le brinda nuevas oportunidades.
El francés es un jugador que ha vivido entre dos aguas: mientras su fútbol desacomplejado y todavía en la antesala de algo mayor luchaba por encontrar su forma, su peso en estadios avanzados de la Champions le otorgó un rol capital. Sería, junto a Rodrygo, el encargado de cambiar inercias y dar energía. Una vez demostró poder con esto, Camavinga se topó que, como titular en el centro del campo, se desaliñaba su juego, como si perdiese algo, y a pesar de sus condiciones, su impacto era mucho menor. Con Tchouaméni, Kroos, Modric y Fede como opciones por delante suyo, Camavinga quedaba relegado a ser, otro curso más, un elemento de rotación.
La lesión de Mendy abrió fronteras. Ancelotti ya le probó el pasado curso ante el Sheriff como lateral en un contexto de emergencia, y durante el Mundial volvió a esa posición con Deschamps. Todo parecía circunstancial hasta que Mendy se lesionó. ¿Por qué Camavinga parece encajar? Lo primero es porque es un jugador que necesita ver el juego de cara. Siendo interior y jugando con Kroos, el francés tenía que ir más arriba, donde su fútbol se diluía, incapaz de encontrar espacio, quedando reducido a una sombra, por mucho que su talento encontrase nuevas formas de expresarse.

De lateral el molde encaja. Primero, porque Camavinga lleva consigo la capacidad innata de desborde y de desordenar al rival, una doble virtud que convierte cada toque en amenaza ajena. El orden, algo que la mayoría de jugadores alcanzan (si es que lo logran) en la madurez, llegará después. Iniciando más abajo sus toques le permiten atraer y superar rivales, lo que ya desde inicio genera un desequilibrio que, compartiendo banda con Vinícius es doblemente peligroso.

Con pelota, Camavinga revive una zona que estaba apagada. Siendo Mendy un jugador muy irregular, incapaz de alimentar a Benzema y Vinícius en circuitos asociativos que exijan mucha precisión y tampoco siendo un gran llegador, su valor era meramente defensivo. Con Kroos, el Real Madrid tampoco echaba en falta otro perfil de forma regular, pero el rival cada vez inclina más el campo para coartar a Vinícius, y Camavinga viene a recoger el testigo y decir que él sí puede generar situaciones ventajosas para los suyos. Que partiendo desde el lateral, sea mucho más que eso.


Defensivamente, el impacto del francés es distinto al de Mendy. Mucho más agresivo (es el jugador de La Liga que más entradas realiza por cada 90 minutos si ajustamos la posesión de su equipo), le permite ser ganador en duelos individuales, aunque todavía tiene una tendencia peligrosa a meter en exceso la pierna, a caer en fintas y amagos, hecho que solventa tirando de elasticidad y lectura, pero a veces le juega malas pasadas. Su espalda, eso sí, es un punto a atacar. No tira bien la línea del fuera de juego y a veces se queda clavado, cosas naturales y corregibles en un jugador joven que debuta en esa posición.
Todo esto son peajes a pagar si uno observa más allá. En el Camavinga de lateral hay mucho más de ganancia a largo plazo que al corto. Es una inversión, una mina en la que detectas muchísimo valor y Ancelotti tendrá que decidir qué hacer con este descubrimiento una vez las piezas empiecen a emerger de nuevo y el tablero requiera que se muevan fichas. Con Tchouaméni como pivote titular y el nivel de Kroos, siendo Fede intocable, no parece que existan muchas otras opciones si uno quiere encajar el talento de Camavinga entre los titulares.