La vida nocturna de Romario en España: "Te pago la última copa y te vas porque yo voy a seguir aquí"
Movistar + estrena hoy el documental 'Romario en España', en el que aborda las dos caras del futbolista en Barcelona y Valencia.
El paso de Romario por España dejó goles, jugadas y regates absolutamente increíbles para los aficionados de Barcelona, Valencia o del fútbol en general. Pero, a pesar de ello, nunca estuvo más de dos temporadas defendiendo los colores de los dos equipos. Y es que para mantenerse en la élite del fútbol no basta solo con tener calidad y ser el número uno. 'O Baixinho' (como le llamaban) tenía una pasión más allá del fútbol: la noche. Informe +, que estrenará hoy Movistar + sobre el paso del jugador por LaLiga, refleja a la perfección las dos caras del astro brasileño y las razones que explican su corto periplo en nuestro país.
Romario llegó al Barça por 400 millones de pesetas (cerca de 2 millones y medio de euros) a través de una fórmula organizada por el agente José María Minguella. "Yo pagaba el fichaje y el Barça me daba cinco partidos amistosos que yo vendía a TV3", dice en el informe el ahora comentarista de la COPE.
Maravilló al mundo del futbol en la década de los 90. Los elogios de periodistas, excompañeros y técnicos que convivieron con él se suceden en el documental. Tras ganar tres veces la liga holandesa con el PSV, aterrizó en el Barça del Cruyff en 1993 con 27 años. Un jugador en plena madurez futbolística que llegaba a un equipo plagado de estrellas. Llegó, prometió y venció.Dijo que iba a marcar 30 goles y así lo hizo. Justo 30. Ganó LaLiga esa temporada con el Barcelona y llegó a la final de Champions. El verano de 1994 llevó a Brasil a alzar su cuarta Copa del Mundo, siendo la estrella de la selección.
Pero Romario, entre semana, era más activo en la vida nocturna que en la carrera continua del entrenamiento de por la mañana. "Si no salgo no marco" era su cantinela. Una noche Charly Rexach, segundo entrenador de Cruyff, vio al astro carioca en la esquina de una discoteca, bebiéndose una Coca-Cola y le dijo, viendo que avanzaba la noche, que por qué no se iba a casa ya. "Me tengo que quedar más rato, si no el domingo no juego bien", le contestó.
Lo de la Coca-Cola no es un eufemismo. Según afirman quienes le conocían ni bebía ni fumaba ni se drogaba. "A mí lo que me gustan son las mujeres", advirtió a Francisco Roig, presidente del Valencia en 1996, cuando fue a Brasil a convencerle para firmar por el equipo che. Roig tenía la tentación de hacer un equipo plagado de estrellas y fichó al brasileño. Antes del séptimo partido de LaLiga, volvió cedido a Brasil por graves discrepancias con Luis Aragonés, entrenador del Valencia en ese momento. Eso sí, le dio tiempo a jugar cinco partidos y a marcar cuatro goles.
Cuentan testimonios del Informe + que Romario, en los partidos del Camp Nou, tardaba mucho en salir del vestuario. Se enjabonaba una y otra vez. En una ocasión, Txiki Begiristain, uno de los mandamases hoy del Manchester City, le preguntó por qué se acicalaba tanto. "Tu no sabes Txiki, la de cosas que me pueden pasar a mí desde el Camp Nou al Hotel Reina Sofía donde vivo", le contestó.
La vida de Romario no era solo fútbol.#InformeRomario: estreno este JUEVES a las 22:00h en @vamos pic.twitter.com/XdVmKq55kY
— Informe Plus+ por Movistar Plus+ (@InformePlus) February 21, 2023
Desmiente Joan Gaspart, dueño del mencionado hotel donde residía el futbolista, que no le consta que el club le pusiese a Romario una persona para seguir sus pasos nocturnos por la Ciudad Condal, una leyenda muy contada entre los periodistas que seguían al equipo de Johan Cruyff en esos años. "Nos enterábamos de todos modos", explica Gaspart sobre ello. Los periodistas que dan testimonio al documental, en cambio, dan fe de que esa persona existía. Un día, incluso, dicen que Romario se cruzó con él en un local nocturno. "Sé que te han puesto para seguirme. Te pago la última copa. Te va a salir más barato irte a casa a estar toda la noche consumiendo detrás de mí",le comentó.
Johan Cruyff, con el que vivió una relación de amor-odio por lo efectivo y estético que Romario era en el césped y lo desordenado fuera de él, también se lo dejó claro: "Soy entrenador, no un policía. El que se perjudica es él, si no rinde va fuera". "Tú no eres mi padre", le llegó a contestar en privado una vez a su entrenador, tal y como atestiguan compañeros como Ronald Koeman y Michael Laudrup. "Si ibas con multas y castigos con él, le perdías", expone Carles Rexach, segundo de Cruyff .
"Soy entrenador, no policía"
Exentrenador de Romario en el BarçaSus entrenadores en España fueron Cruyff en el Barcelona y Aragonés, Valdano y Ranieri en el Valencia. Solo el argentino le toleraba la falta de disciplina y eso hizo que fuera el único con el que no tuviera problemas. Con Luis Aragonés son conocidos sus desencuentros, incluso públicos, como el famoso "mírame a los ojitos" en un entrenamiento ante todas las cámaras de televisión. Con Ranieri, también. "Sabes que al final de año hay Copa del Mundo, la noche no es buena y si lo haces otra vez, conmigo no vas a jugar, por lo que el Mundial lo vas a ver en la tele", destapa el técnico italiano sobre una conversación con él.
En una rueda de prensa, le preguntaron sobre qué opinaba el propio Romario y lo que pensaban sus compañeros sobre su vida nocturna, a lo que respondió: "Los compañeros que se jodan. Si vienen a hablar sobre esto los mando ya sabes dónde. Hace 18 años que juego al fútbol y la noche siempre ha sido mi amiga". Así de tajante e inflexible era el delantero con su vida privada. Reprendido por el vestuario por las mismas, ni se inmutó. Salió del mismo sin contestar.
"Nos lo decía en el vestuario claramente. 'Mi vida es mi vida y fuera del fútbol hago con ella lo que quiero'", se sincera Paco Camarasa, histórico defensa che que compartió vestuario con Romario en su etapa en Mestalla.
"Nos decía: 'Mi vida es mi vida y fuera del fútbol hago lo que quiero con ella"
Exjugador del Valencia"Un jugador impresionante, pero a su bola", resume Koeman. "Muy buen futbolista, un mal profesional", cierra Camarasa. "Es el talento más grande con el que he jugado", concluye Laudrup.