ARGENTINA 3 (4) - FRANCIA 3 (2)

El cúmulo de desgracias de Francia empezó antes del Mundial

El equipo galo sólo cayó en los penaltis ante Argentina tras sobreponerse a numerosas circunstancias desde semanas antes del inicio de la cita de Catar.

Los jugadores franceses, cabizbajos, tras perder la final./Efe
Los jugadores franceses, cabizbajos, tras perder la final. Efe
Samuel Silva

Samuel Silva

Francia no pudo hacer historia en Catar, tras caer en los penaltis ante Argentina, pero su aventura hasta la final daría para escribir un libro. La selección gala fue capaz de sobreponerse a numerosas adversidades desde semanas antes del comienzo del Mundial hasta llegar al último partido, en el que también acabó de manera cruel. Lesiones de jugadores clave, el virus que hizo mella en algunos de sus futbolistas en la última semana de concentración o el propio desarrollo del partido ante la albiceleste, con ese penalti cometido por Dembele que empezó a torcerlo todo o la oportunidad errada por Kolo Muani en el último instante.

Los primeros contratiempos para el combinado galo llegaron semanas antes de la cita mundialista. A comienzos de octubre quedó descartada la presencia de N'Golo Kanté, uno de los jugadores más destacados en la victoria en el Mundial de 2018, por unos problemas en los isquiotibiales que lo perseguían desde el verano. El siguiente en caer fue Paul Pogba, la pareja titular de Kanté en Rusia, que ya había sufrido problemas en el menisco desde la pretemporada y que recayó días antes de la cita de Catar.

Los problemas para Deschamps continuarían en los días previos al Mundial y ya con la convocatoria anunciada por el entrenador. Presnel Kimpembe, que había sido incluido en la lista, dejó su sitio a Axel Disasi, después de que tampoco se recuperase lo suficiente de su problemas en el tendón de Aquiles. Peor suerte corrió incluso Christopher Nkunku. El atacante del Leipzig cayó lesionado tras un choque con Camavinga en uno de los primeros entrenamientos de Francia en Catar y también tuvo que abandonar la concentración. Los peores presagios se acabaron confirmando y Nkunku tuvo que pasar por el quirófano tras romperse el ligamento externo de su rodilla izquierda. Su baja fue ocupada por Kolo Muani, el delantero del Eintracht, que también sería más tarde un protagonista de las desgracias galas.

Los jugadores argentinos hacen el pasillo a los franceses. Alberto Estévez / Efe
Los jugadores argentinos hacen el pasillo a los franceses. Alberto Estévez / Efe

Ahí no acabaron los contratiempos para Deschamps. Apenas horas antes del debut en el Mundial, Francia tembló con la lesión del flamante Balón de Oro, Karim Benzema. La estrella del Real Madrid había venido sufriendo molestias musculares que mermaron su puesta a punto, pero en un entrenamiento en Catar se produjo una rotura distinta que le hizo decir adiós a la cita. El técnico, que respondería con tirantez durante todo el torneo, no llamó a nadie por el delantero, lo que dejó abierta la posibilidad de que pudiera reincorporarse en algún momento, una cuestión que finalmente no sucedió.

Tampoco el inicio del Mundial cambió la suerte para Francia. En el estreno ante Australia llegaría otra lesión de gravedad. Esta vez el mal fario recayó sobre Lucas Hernández, el lateral izquierdo del Bayern Múnich, que se rompió la rodilla y también tuvo que abandonar la concentración de la selección francesa. En este caso el beneficiado fue su hermano Theo, que se quedó como el único jugador puro para esa posición.

A todas estas circunstancias se fueron añadiendo otros contratiempos durante la estancia en Catar. Problemas musculares de Coman, que pusieron en duda su participación, de Giroud en las semifinales y, sobre todo, ese extraño virus que trajo en jaque a la concentración de Francia en esta última semana de Mundial. Rabiot, Upamecano cayeron enfermos y no pudieron jugar ante Marruecos en el penúltimo partido del Mundial; posteriormente, Coman, Konate y Varane también se vieron afectados en los últimos días.

Así se plantó la selección francesa en la final. Como favorita tras sobreponerse a unas adversidades que también continuarían en el último partido. A la paupérrima puesta en escena le siguió el inocente penalti cometido por Dembélé, que se marcharía a la ducha junto a Giroud antes del descanso. Luego llegaría la reacción que pudo ser culminada en el último minuto por Kolo Muani, que erró ante Emiliano Martínez. Y el colmo de las desgracias se produjo en la definitiva tanda de penaltis, con Lloris sin detener ninguno y con los errores de Coman y Tchouameni para decir adiós al sueño de la segunda corona seguida.