REAL MADRID

Hugo Sánchez, Buyo y Guti respaldan a Vinicius: "No cambies"

Tres de los exmadridistas peor recibidos en los estadios rivales en España dan su punto de vista sobre la creciente polémica sobre el extremo brasileño.

Vinicius y Maffeo, durante el partido en Mallorca/REUTERS
Vinicius y Maffeo, durante el partido en Mallorca REUTERS
Enrique Ortego

Enrique Ortego

Vinicius es brasileño pero también parece inspirarse en el personaje argentino 'El Gaucho Martín Fierro', creado por el poeta José Hernández (1834-1886) y que durante toda su vida fue el modelo de vida de Alfredo di Stéfano. 'Vini' demostró en Son Moix que "un paso atrás, nunca; ni para tomar impulso". Viéndole forcejear con Maffeo; encararse, en el más amplio sentido de la palabra, con Raíllo; incidir en sus quejar al árbitro con una tarjeta amarilla a cuestas, me vinieron a la memoria los versos que don Alfredo repetía cada vez que quería definir a un 'pibe' valiente, ¿o quería decir osado? de esos que nunca esconde la cara y prefiere morir de un flechazo en el pecho que de un flechazo en el culo.

"Yo soy toro en mi rodeo; y torazo en rodeo ajeno; siempre me tuve por güeno; y si me quieren probar; salgan otros a cantar; y veremos quién es menos. No me hago al lao de la güeya; aunque vengan degollando; con los blandos yo soy blando ; y soy duro con los duros; y ninguno en un apuro; me ha visto andar titubenado; En el peligro, ¡qué Cristos!; el corazón me ensancha; pues toda la tierra es cancha; y de esto naides se asombre; el que se tiene por hombre; donde quiere hacer pata ancha".

Di Stéfano recitaba los versos de memoria. Así le gustaba definirse como futbolista y así lo plasmó en la carta que escribió a Ronaldo Nazario cuando el portugués aterrizó en el Santiago Bernabéu y que Relevo rescató del Libro Azul del club. Vinicius es la versión más moderna del futbolista rebelde al que no le importa pelearse con el mundo con tal de defender su razón.

Los ambientes hostiles en el fútbol son más antiguos que el propio fútbol. Nacieron de la mano. Son hijos de la rivalidad mal entendida. Jugadores especialmente odiados han existido toda la vida y han vestido todas las camisetas habidas y por haber. Unos equipos y unos futbolistas -no nos olvidemos de los árbitros, ni de los entrenadores- han sabido sobrevivir mejor que otros a estas situaciones extremas instaladas en un cruce de caminos. De un lado, lo que pasa sobre el terreno de juego; de otro lo que sucede en las gradas, donde se pasa del silbido al insulto sin obviar el lanzamiento de objetos arrojadizos y, por último, lo que acontece en los medios de comunicación.

Posiblemente, para Vinicius exista un antes y después del partido contra el Mallorca. Debería. ¡Ojalá! El foco está a punto de explotar y va a pillar de lleno a todos los que están cerca. Él incluido. Lo dijo Carlo Ancelotti. Lo recordó Nacho. La pelota de nieve está alcanzando proporciones inalcanzables para ser detenida ni por una brigada de gigantes entrelazados por sus brazos. La batalla "Vinicius contra el mundo" se juega un partido sí y otro también. El día antes y el día después.

Cristiano Ronaldo repitió en múltiples ocasiones, independientemente de que fuera jugador del Manchester United, Real Madrid, Juventus o de la selección portuguesa, que, cuando saltaba a un terreno de juego y todo el campo le comenzaba a gritar: "Messi, Messi, Messi..." después de una atronadora pitada con el consiguiente abucheo, su cerebro siempre reaccionaba positivamente. "Sé que esas reacciones de los aficionados son producto del miedo y de la envidia. Mitad y mitad. Unos me pitan porque temen que les haga tres goles. Otros me pitan porque quisieran ser como yo y no pueden. A mí, cuando la gente me dice 'buuuuu' me motiva, quiero jugar mejor y suelo hacerlo mejor". También es verdad que su 'status', aparente sangre fría y el hecho de estar acostumbrado a vivir con ese castigo eterno, no impidió que tuviera diferentes reacciones públicas con estentóreos gestos dirigidos a la grada o broncas directas con sus marcadores y con los árbitros, con los que nunca se llevó bien.

Ancelotti ha cambiado su discurso respecto a Vinicius Jr.VÍDEO: SAMUEL SUBIELA

Los modales de Hugo Sánchez

Hugo Sánchez no se siente incómodo hablando del asunto. Su carrera profesional siempre estuvo acompañada de situaciones parecidas a las que vive ahora Vinicius o incluso más intensas y, además, prolongadas en el tiempo. El mexicano no olvida que fue alcanzado por una botella durante un partido de Copa en Sestao (noviembre de 1987) y ese no fue el único objeto lanzado desde la grada, que le alcanzó con peligro para su integridad. "Tengo que reconocer -apunta telefónicamente- que llevaba bien esas situaciones límites. Me sentía observado y me hacía sentirme más importante. Cuanto más me pitaban, más me ponían, más quería marcar y si lo hacía, festejaba con mi 'huguina'. Nunca me acobardé en un terreno de juego por lo que me pudieran llamar o lanzar desde las gradas... Diría que hasta me gustaba".

No hace falta mucho más tiempo de introducción para que la conversación derive hacia el presente más rabioso: Vinicius. "Me gusta su juego. No se arruga. Es valiente. No tiene que cambiar, los que tienen que cambiar son los defensas que le pegan patadas como la otra noche el del Valencia. ¿Cómo se llamaba el tipo? Y encima era brasileño. La entrada fue criminal, para que le hubieran metido más de los dos partidos que le han puesto. Cuatro, como mínimo. Nunca tuvo ninguna intención de patear el balón, pateó a Vinicius. Lo que no podemos es dejar que maten a los talentos que entienden que el fútbol es un espectáculo. Siempre lo ha sido. Tenemos que cuidarles, no destrozarles".

Hugo Sánchez fue un maestro en manejar situaciones tensas sobre el terreno de juego. Tenía su propia estrategia con los defensas y con los árbitros. "Yo a los rivales no les solía hablar mucho... Algo siempre se les dice, claro, pero sin aspavientos. A Vinicius le diría que se olvide de los que le dan las patadas y ponga todas sus energías en jugar y en hacer ver al árbitro que le pegan una, dos, tres patadas... Hablarle sosegado, recordarle lo que está pasando. Por la reiteración se deben mostrar tarjetas. Si fuera su entrenador le intentaría convencer de que, sobre todo, gesticule menos, que sus quejas sean más sibilinas..."

Los árbitros de la época de Hugo Sánchez, los Urizar, Pes Pérez, Urío... solían quejarse entre sonrisas del mexicano. Les echaba el público encima. Urizar contesta a Relevo y, recordando sus andanzas con él, hasta le imita en el tono de voz. "Se acercaba por detrás. Muchas veces atusándose el pelo. A veces te llamaba por el nombre. Otras ponía la palabra señor por delante. Señor árbitro, señor colegiado... no sé da cuenta de que está haciendo el ridículo. ¿Cómo puede no haber visto esa jugada?... Como te decía las cosas casi al oído, sin levantar las manos, como si te estuviese preguntando la hora, si le enseñabas las tarjetas o le echabas, ya estaba montada. Nadie había visto ni escuchado nada, ni siquiera las cámaras de televisión. Era listo o pillo, como le queramos llamar. Es verdad que normalmente no venía con los brazos en alto. No era un santo tampoco. Los contrarios me decían que les tiraba del pelo cuando el balón estaba lejos o les tiraba alguna patadita cuando caían al suelo".

El interesado sonríe desde la distancia, allá por San Diego donde ahora vive, cuando le recuerdas los lances de su época y sus cuitas con los "señores de negro", pero acepta que "vi más tarjetas por protestar que por entradas violentas. A Vinicius le pasa lo mismo. Le pegan a él y como protesta le amonestan. Eso es lo que tenemos que evitar. Supongo que no lo estará pasando bien, pero así es el fútbol. El morbo ahora es hablar de Vinicius".

Buyo pide protección arbitral

Paco Buyo, otro 'especialista' en soportar ambientes hostiles a lo largo de toda su carrera, se expresa de manera muy parecida a Hugo. "A la situación que atraviesa ahora Vinicius se ha llegado a través de las campañas orquestadas que se han hecho contra él tanto por una parte de la prensa, como por determinadas aficiones. Están siendo desmedidas. Menos mal que el chaval tiene personalidad para seguir jugando como sabe, pero también entiendo que pueda desquiciarse al ver las cosas que ve. En Mallorca él ve la tarjeta amarilla por un pequeño pisotón cuando va andando al principio del partido y el jugador que le hace 12 faltas ve la amonestación casi en el minuto final. Eso tiene que dar rabia. Los árbitros parece que están más atentos a las pequeñas tonterías que a la violencia".

Desde su atalaya de más de 20 años de profesional, Buyo pide paciencia a Vinicius. "Tiene que seguir manteniendo su estilo de juego, que no cambie, que siga driblando. Es uno de los pocos regateadores que quedan en el fútbol y eso es lo más les molesta a los defensas que les encaren y se vaya por velocidad de ellos en el uno contra uno. Su fútbol le da mucho al Real Madrid. Es diferente. Tampoco estaría de más que sus compañeros se comportaran como los de otros equipos. A veces haces una falta y se van los once a protestar al árbitro y a defender a su compañero. Los del Real Madrid también podrían hacerlo. Es un arma que otros utilizan para presionar al árbitro y el Madrid, no".

En su caso, bajo el larguero, no recibía patadas directas, alguna quizás, pero sí codazos y empujones. Sus batallas eran con el público. "En mi caso estaba el agravante de que me lanzaban cosas en muchos campos. No solo eran los insultos o los pitos, era algo más peligroso y, sobre todo, desagradable. En Pamplona era ya una tradición y eran tornillos o trozos de hierro, pero entonces no pasaba nada. A veces ni se cerraba el estadio. Ahora las leyes han cambiado y hay que ponerlas en práctica y aprovechar para cortar cualquier tipo de violencia, como creo que se está haciendo. Lo mismo ocurre con el racismo. Vinicius ha sufrido ataques racistas y tampoco ha pasado nada. ¿Por qué? Por lo menos, no estaría de más que los árbitros intenten proteger a este tipo de jugadores, no lo digo solo por Vinicius, lo digo por todos los que quieren regatear, buscar el uno contra uno. No pueden ser más graves las protestas, levantar los brazos, que las patadas que les pegan. La del defensa del Valencia de la otra noche fue una patada de hace 20 años".

Guti cree que evolucionará para bien

Otro madridista que ha vivido en primera persona situaciones parecidas a las que ahora protagoniza Vinicius, es José María Gutierrez 'Guti'. El '14' también lo tiene claro. No debe cambiar su forma de jugar, si acaso sí sus reacciones inmediatas. "Es un jugador que en estos tiempos ya se lleva poco. Conduce, regatea, se va por velocidad, busca el uno contra uno. No hay muchos como él en la Liga. Su futbol ya no es habitual y recibe muchas faltas. Creo que su problema es que se desgasta demasiado con el árbitro y con la gente. Ese desgaste no le beneficia porque no le saca provecho. Si le hiciera mejor jugador, todavía, pero es todo lo contrario. Ese desgaste le saca de los partidos y el Real Madrid le necesita centrado al cien por cien. Es muy joven y estoy seguro que llegará el momento en que evolucione y se olvide del público y del árbitro y solo se centre en lo gran jugador que es. Todo es un poco producto de que quiere ser el mejor en cada momento y es lo que le lleva a este tipo de situaciones".