La "ridícula" sanción que robó un PGA Championship a Dustin Johnson
El estadounidense, uno de los favoritos al título este año, perdió el de 2010 por decisión de los jueces.
Imagina que estás al comienzo de tu carrera deportiva, que estás llamado a hacer cosas muy grandes en el mundo del golf pero todavía no tienes resultados que refrenden esas expectativas. Y con 26 años te plantas en el último hoyo del PGA Championship, uno de los cuatro grandes del circuito, con un golpe de ventaja sobre tus rivales. No te sale del todo bien, firmas un bogey y ya te concentras en el desempate contra otros dos jugadores. Hasta que a tu lado se sitúa un juez y todo se vuelve negro. Dustin Johnson protagonizó en 2010 una de las grandes historias de un torneo que arranca hoy en el Oak Hill Country Club de Nueva York.
¿Qué sucedió en el último hoyo? La mejor respuesta sería que una desgracia. La realidad es que Johnson pegó un mal golpe y mandó una pelota a un búnker que no estaba identificado y por el que anteriormente habían pasado decenas de espectadores. Es decir, no estaba perfectamente delimitado dentro de los límites del campo. El estadounidense salió de ahí con un gran golpe que le permitió firmar un desempate momentáneo que no llegó a disputar.
El juez que se le acercó le comentó que había pruebas de que había cometido una acción ilegal, lo que provocó la sorpresa del jugador. ¿Su pecado? Apoyar el palo en el suelo antes de su golpe desde la arena. Antes de ejecutarlo, el exnúmero 1 del mundo realizó un swing de prácticas, algo habitual pero no permitido en los búnker, y tocó con su palo en la arena, lo que conllevaba sanción. Y la normativa durante el torneo lo especificó desde el primer día.
"Esto significará que muchos bunkers ubicados fuera de las cuerdas, así como algunas áreas de bunkers dentro de la cuerda y cerca de la línea de la cuerda, probablemente incluirán numerosas huellas, huellas de talones y huellas de neumáticos durante el juego del Campeonato. Tales irregularidades en la superficie son parte del juego y no habrá alivio libre disponible en estas condiciones", apuntaban las reglas, que eran visibles para todos.
Johnson recibió dos golpes de sanción que lo relegó a la quinta plaza final, aunque recibió el cariño de todo el público presente en el campo, que empezó a gritar "déjalo jugar, déjalo jugar" desde más allá de las cuerdas. Pero la decisión era firme y nada se pudo hacer. Tras la cita, varios jugadores mostraron su malestar con la penalización y exhibieron su apoyo al jugador.
"Dustin merecía estar en el playoff", apuntó Ian Poulter. "Creo que tienen que realizar cambios significativos a un campo con cientos de bunkers insustanciales por los que tiene que pasar el público para ver a los jugadores", señaló Stuart Appleby. Trevor Immelmann, campeón del Masters de Augusta en 2008 y muy poco a dado a pronunciarse públicamente fue más allá. "Esto es ridículo. ¿Desde cuándo 1.000 espectadores pueden caminar por un bunker? !Estúpido¡", censuró.
Lo cierto, es que la carrera de Dustin Johnson ha sido una de las más exitosas en los últimos 15 años. Tiene en su poder dos Major tras ganar el US Open en 2016 y el Masters de Augusta en 2020, mientras que ha sido segundo en cuatro ocasiones. Hoy empezará su vuelta en el PGA Championship 2023 con la intención de sacarse la espina que se le clavó en 2010, una que no ha conseguido olvidar.