Estados Unidos vuelve a lanzar el dardo del dopaje contra los nadadores chinos y la limpieza en la natación
Caleb Dressel y Katie Ledecky, estrellas del equipo norteamericano, muestran su escepticismo con el sistema de detección de positivos.

El pasado mes de abril un nuevo escándalo de dopaje teñía la piscina olímpica. Una investigación conjunta entre ARD y el New York Times sacaba a la luz que 23 nadadores chinos recibieron la autorización para participar en los Juegos hace tres años, a pesar de haber dado positivo en controles antidopaje en los meses previos. Según la información publicada también en el Daily Telegraph australiano, la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) y World Aquatics, el organismo que rige la natación, estaban al tanto de los resultados.
Han pasado tres meses desde que la investigación salió a la luz, pero la sombra de la sospecha sigue instalada en el deporte del agua. Y, especialmente, en la delegación estadounidense desplazada a París. Katie Ledecky y Caleb Dressel, dos de las grandes estrellas de la pileta olímpica, fueron especialmente críticos con World Aquatics y mostraron su desconfianza con respecto a la limpieza de la competición que les espera en París.
"No". Así de tajante se mostró Dressel cuando le preguntaron en la rueda de prensa de presentación del equipo estadounidense sobre si confía en el máximo organismo de la natación mundial. Para más morbo, lo hizo con Brent Nowicki, CEO de World Aquatics, sentado a dos sillas de distancia. "No creo que nos hayan dado suficientes evidencias para que les apoyemos por la forma en la que han llevado estos casos".
"Cuando alguien como Caeleb [siete veces medallista olímpico] dice eso, obviamente no es lo que quieres que diga ningún atleta", aseguró instantes después el director ejecutivo de World Aquatics, Brent Nowicki, quien reconoció que el deporte necesita trabajar para restaurar la confianza. "Pero tenemos que mirar hacia adelante. Tenemos que recuperar su confianza y recuperar la confianza de los deportistas que comparten esa misma opinión".

Y es que la de Dressel no es la única voz que se ha oído hoy contraria a la institución que rige la natación y a lo ocurrido con los nadadores chinos. Katie Ledecky, ganadora de seis oros olímpicos, también lanzó un dardo sobre la limpieza de la competición. "Espero que todos aquí compitan limpiamente esta semana", dijo Ledecky. "Pero lo que realmente importa también es: ¿entrenaron limpios? Con suerte, ese ha sido el caso. Con suerte, incluso se han realizado pruebas en todo el mundo".
"Creo que todo el mundo ha oído lo que piensan los atletas", dijo Ledecky. "Quieren transparencia. Quieren más respuestas a las preguntas que aún quedan. En este punto, estamos aquí para competir. Vamos a competir con quien esté en las calles de al lado. No somos nosotros a los que nos pagan por hacer las pruebas, por lo que esperamos que las personas que las realizan sigan sus propias reglas. Eso se aplica ahora y en el futuro".
Las protestas estadounidenses vuelven a sacar a la luz el caso de los nadadores chinos. Estos deportistas, algunos de los cuales ganaron medallas meses después en los Juegos de Tokio, no fueron sancionados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que aceptó las explicaciones chinas de que los resultados fueron producto de contaminación alimentaria durante una concentración. Once de esos nadadores participarán a partir del sábado en las competencias de los Juegos de París.