El regreso de Pol Espargaró: "He sentido un extra de nervios, y mucha acidez en el estómago"
El piloto de GasGas vuelve a competir en Silverstone más de cuatro meses después de su grave accidente en Portugal.
Circuito de Silverstone (Gran Bretaña)-. Regresar a la competición después de una larga lesión siempre es especial para un deportista. Pero si esa baja ha tenido un componente emocional duro, ese retorno es aún más relevante. Lo contó en su momento el ciclista neerlandés Fabio Jakobsen, que sufrió una espeluznante caída en un sprint del Tour de Polonia en agosto de 2020 y que regresó ocho meses después en Turquía. "Tengo que admitir que cuando al principio el pelotón empezaba a moverse de derecha a izquierda he tenido que tocar los frenos un par de veces, por miedo, aunque luego esa sensación se me ha ido pasando", confesaba.
Jakobsen salió de aquel sprint (tras chocar con Dylan Groenewegen por un movimiento agresivo de este) con varias fracturas craneales, sin diez dientes, con la mandíbula destrozada, y la nariz y el paladar rotos. Entre otras cosas. Y ha sido capaz de superar ese trauma. De hecho, se llevó la victoria en la segunda etapa del Tour de Francia de 2022, al superar a Wout Van Aert, en su primera participación en la ronda gala. Este viernes, en Silverstone, otro deportista ha empezado a encarar ese proceso de recuperar las sensaciones, en su caso sobre una moto.
Pol Espargaró se cayó el 24 de marzo de este año, en el primer día del Mundial, en Portugal. Sufrió una doble fractura en la mandíbula (más otras contusiones en la boca que le impidieron comer normal y que le llevaron a perder hasta nueve kilos), otras tres vertebrales, y unas cuantas roturas más. Cuatro meses y medio después ha vuelto a subirse a su GasGas, todavía con las emociones a flor de piel. En una entrevista concedida a una televisión austriaca este jueves, un día antes del regreso, no pudo contener las lágrimas rememorando este largo proceso que le ha tocado vivir hasta subirse a un prototipo con el que en su primer día alcanzó más de 335 kilómetros por hora de velocidad punta.
"Ha sido muy estresante, quizás uno de los días más estresantes de mi carrera", rememoraba una vez terminó con el trabajo en pista. "En este circuito, hacer cambios de dirección a tanta velocidad, con estas motos… Mi cerebro no era tan rápido como lo que se me venía encima. Y cuando quería hacer más, sobre todo en el primer entrenamiento, mi cerebro no funcionaba lo suficientemente rápido para toda la información que me llegaba. Te das cuenta de cómo de rápida es esta moto, lo rápido que llega todo, es una locura", confesaba mentalmente agotado, y todavía tratando de procesar toda la información de la jornada, incluida la física.
"Mentalmente estoy destrozado. Te pides mucho, pero notas que no puedes, no es sólo una cuestión de pilotaje, tengo que encarar ciertos momentos donde siento que la moto puede lanzarme por arriba, y te llegan muchas cosas a tu cabeza, y tienes que bloquearlas. No es fácil. Cuando he hecho el intento de vuelta rápida al final del día, Bezzecchi ha sufrido un highside justo delante de mí, y es en esos momentos en los que te tienes que enfrentar a tus miedos". Espargaró terminó la primera sesión último, a 3.5 segundos del más rápido, precisamente Bezzecchi, cuya caída le había recordado a la suya de Portugal, que también vino motivada por apretar con los neumáticos fríos. Y a un segundo del penúltimo, Iker Lecuona. Por la tarde fue penúltimo, mejorando su registro en casi tres segundos.
"No estoy listo físicamente hablando, hay músculos que tienen muy buena pinta en el espejo, para las fotos veraniegas, pero que luego no funcionan como quieres, la realidad es otra. Y luego hay otros músculos que sólo puedes entrenar cuando pilotas, y eso necesita tiempo", reconocía, aunque también que era consciente de las dificultades que se iba a encontrar en su regreso, con una parrilla de MotoGP con muchos kilómetros encima, y lanzada. "Sabía que iba a sufrir mucho, y lo he hecho. He sentido un extra de nervios, he sufrido mucho de acidez en el estómago, mucho, por la tensión y por los nervios". Como Jakobsen, Espargaró sufrió la falta de costumbre al riesgo inherente a su deporte, y como el ciclista, disfrutó de la sensación de volver a hacer aquello que mejor sabe hacer. Ahora le tocará terminar de lidiar con la secuelas físicas y mentales de aquel terrible accidente.